lunes, 30 de julio de 2012

LA SOBERBIA DEL PP


LA  SOBERBIA  DEL  PP

Cuando Rajoy explicaba en la Tribuna las medidas que va a imponer a todos los españoles, en extremo restrictivas de derechos, en extremo coartadoras de espacios de libertad de los ciudadanos, los diputados y diputadas del PP prorrumpieron en aplausos mientras dirigían sus semblantes cómplices hacia su jefe. Algunos de ellos han dicho después que si actuaron de ese modo fue porque estaban escuchando palabras malsonantes, encolerizadas, procedentes de los diputados de los demás grupos. ¿Qué esperaban? ¿Acaso se puede reaccionar ante una pérdida de derechos tan flagrante con un “córcholis” o un “cáspita”? Lo cierto es que Rajoy retornó a su escaño y escuchó una clamorosa ovación.
Una de dos, o no habían escuchado todas sus palabras o son unos descarados de tomo y lomo. Porque Rajoy, entre hachazo y hachazo, había dicho que no le gustaban aquellas propuestas, como para fortalecer la inevitabilidad que le había llevado a tomarlas: “Las tengo que tomar aunque sea yo el primero al que no le gusta hacerlo”. Pero los suyos asistieron complacidos a esa retahíla de despropósitos. Que los funcionarios van a cobrar una paga menos: aplauso. Que los parados van a cobrar menos subsidio y durante menos tiempo: aplauso. Que las personas dependientes van a dejar de ser asistidas por un acompañante que les ayude a vivir con dignidad: aplauso. Que los partidos políticos, armazón insustituible de la democracia, van a percibir ayudas del Estado menos cuantiosas hasta poner en riesgo su existencia: aplauso. Que los trabajadores van a verse más desasistidos por la rebaja importante de las ayudas económicas a las organizaciones sindicales que les representan y defienden: aplauso. Que los jóvenes van a tener más dificultades para acceder a una beca, y para mantenerla posteriormente: aplauso. Que los artículos de primera necesidad van a ser más caros porque se les va a aplicar un IVA más alto: aplauso. Que ya no va a haber desgravación alguna por la compra de algo tan básico como la vivienda: aplauso.
Nada de discriminar entre unas medidas y otras para calibrar la intensidad del aplauso. El Congreso de los Diputados se convirtió en una especie de tienda de las de “todo a cien”. Todo por un aplauso. Y como Rajoy les dijera, textualmente, que “no hay más para escoger”, volvieron a aplaudir. ¿Qué aplaudían entonces? Tiene muy poco mérito escoger lo único que existe luego, ¿qué aplaudieron? Quizás la estulticia y la cobardía de su Presidente.
La ovación final de quienes contemplaban al decidor con rostros condescendientes tuvo su broche en un “¡Qué se jodan!”, dirigido a los afectados por los recortes, prununciado por una mujer millonaria y agraciada en cuanto a su belleza, claro está que hablamos de su belleza exterior, que no interior. Estas fueron, más o menos, las secuencias de la gran muestra de soberbia exhibida hace muy pocos días por el PP en el templo de la Democracia española, que es el Congreso de los Diputados. Tras un ataque contra los más humildes, las manos que aplaudieron solo pueden corresponder a soberbios desalmados, gentes que se sienten ungidas por los óleos de los privilegiados, de los elegidos. ¡Había que ver sus rostros complacidos y satisfechos, sus semblantes sonrientes ante la afrenta que acababan de perpetrar! Me pregunto si hay alguno de aquellos 190 diputados del PP que procede de padres pobres y humildes que se desvivieron por proveerles de estudios y de medios para pasar a formar parte de la clase de los ricos y aventajados. Seguro que sí. ¿Qué estaban pensando esos mientras aplaudían? ¿Acaso no han sido capaces de encarnar en sus propios padres a quienes hoy ya se sienten afectados por las terribles medidas, atemorizados y asustados ante el futuro que tienen ante ellos?
Ciertamente, las medidas son atroces, pero lo más brutal es la soberbia con que las aceptan y las aplauden los hombres y mujeres del PP. Porque Rajoy miente a sabiendas: no son inevitables porque no son las únicas que se pueden escoger. Sólo son “únicas” para sus conciencias clasistas y sometidas a sus exclusivos intereses. Y esa soberbia alcanza sus máximas cotas cuando los dirigentes del PP llaman a sus militantes menos señalados a “mantener la cabeza muy alta y salir a la calle con la cabeza enarbolada”, cuando se incita a los más sencillos de sus partidarios a “no avergonzarse” por participar de esas ruines decisiones. Claro, lo vergonzoso fue la actitud de los Diputados del PP desbordándose en aplausos. Solo hubiera faltado que la misma que había voceado aquel “¡que se jodan!” dirigido a los parados, hubiera sacado una oreja de toro de su bolso de piel, se hubiera calado un sombrero de fieltro negro y ala ancha, y se la hubiera entregado al flamante Rajoy, acompañando el acto con un abrazo y una sonrisa.
¡Estimados lectores: perdonadme que haya intentado prender una sonrisa en el corazón de la tragedia!.
NOTA FINAL: Nunca entendí bien que se aplaudiese en el Congreso de los Diputados, mientras fui diputado. Aplaudí alguna vez, pero evité el aplauso en la mayoría de las ocasiones. Pero recuerdo que cuando el Gobierno de Rodríguez Zapatero tomó medidas restrictivas, que podían afectar a algunos derechos conquistados por los ciudadanos a costa de empeños denodados, los diputados socialistas no aplaudimos. Están las grabaciones para atestiguarlo,…para demostrar, entre otras cosas que los socialistas no tenemos casi nada que ver con la soberbia derecha española.

Fdo.  JOSU  MONTALBAN        

martes, 24 de julio de 2012

ASPECTOS  POSITIVOS  DE  LA  INMIGRACIÓN

Ya puede dormir tranquilo Basagoiti, -y sus acólitos del PP-, porque parece que se está cumpliendo su deseo, resumido en su lapidaria frase “primero los de casa”. Poco antes, los populares del Ayuntamiento de Bilbao habían buzoneado una misiva en la capital bilbaína en la que daban a entender que los inmigrantes se beneficiaban de privilegios a los que no tenían acceso “los de casa”. Supongo que en los barrios bilbaínos más humildes serían bastantes los inmigrantes que leyeron aquella misiva que contenían tantas falsedades como desvergüenzas. Pues, ya está, los hados han escuchado a Basagoiti y las cifras empiezan a mostrar una deriva que satisfará a la reaccionaria derecha.

El paro de los inmigrantes se ha disparado en Euskadi, ahora es del 34,3%, es decir, el triple que el paro de los autóctonos. En este sentido la insaciabilidad de la derecha es desmesurada y aún pensarán que se puede dar otra vuelta de tuerca. No será extraño que cualquier día salgan con otra boutade del tipo de “mientras haya un solo autóctono parado no debe haber un solo inmigrante trabajando”. Puede ser que sean capaces de decir lo que piensan, a pesar de que cuando uno se asoma a los barrios ricos, como Neguri, ve salir de las haciendas a inmigrantes que llevan a los niños al colegio, o tiran de las sillas de ruedas sobre las que van los ancianos; a pesar también de que cuando uno mira hacia las mansiones ve a través de las ventanas cómo trajinan las muchachas inmigrantes en las labores de limpieza y mantenimiento de los hogares. Esta imagen se repite en las ciudades, en las zonas en que residen las clases medias y altas.

Esta situación de los inmigrantes lleva añadidas una buena cadena de consecuencias, todas ellas negativas, para el colectivo citado. La crisis ha incidido de modo brutal en ellos, porque el soporte familiar apenas les protege, -muchos de ellos/as viven aquí solos mientras sus familias permanecen en sus países de origen-, y porque mientras han trabajado lo han hecho en condiciones de precariedad, cuando no en la economía sumergida. Plasmado en números resulta que los parados extranjeros suponen el 13,3% de los parados a nivel nacional, pero su participación en el gasto por prestaciones de desempleo solo es del 9,7%. Si la correspondencia fuera lineal y lógica no se produciría un desfase de casi un 4% en el montante cobrado. Hay otra consecuencia fatal para el inmigrante desempleado, cual es que les convierte en “irregulares”, dado que no pueden renovar su permiso de trabajo, pudiendo ser expulsados de España.

Frente al mensaje subliminal de la derecha, que traslada a los atribulados ciudadanos que la presencia de los inmigrantes pone en riesgo su acceso al empleo y la suficiencia del gasto en ayudas sociales, es preciso exponer los aspectos positivos de dicha presencia entre nosotros. En la era del envejecimiento de la población las mujeres inmigrantes han aumentado la natalidad dentro de su colectivo en un 3,4%, mientras la natalidad general en Euskadi ha caído en un 3,3%. En lo económico las mujeres inmigrantes han aportado a la sociedad vasca mucho más que lo que han recibido. Un estudio elaborado por Emakunde así lo certifica: las mujeres inmigrantes generan el 1,7% de la renta total del País Vasco. Las aportaciones fiscales alcanzan unos 224,1 millones de euros, cantidad muy superior a los ingresos que perciben como prestaciones al desempleo y ayudas sociales, que solo llega a los 142,3 millones de euros. A estas cifras cabe añadir que también consumen, ellas y sus familias ( y así aportan su granito de arena a la activación de nuestra Economía ), y que su consumo ha generado ingresos por IVA de 45,2 millones de euros. El informe de Emakunde es contundente, y concluye en tres frases muy concretas de su Directora María Silvestre: “Las inmigrantes han paliado el grave problema del envejecimiento. Las mujeres extranjeras generan renta y riqueza. La presencia de latinoamericanas responde bien a las necesidades de la sociedad vasca”.

Recientemente la Consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gema Zabaleta, afirmó que la motivación de los inmigrantes para recalar entre nosotros es el trabajo. Sólo unos pocos acuden siguiendo ese mal llamado “efecto llamada”, para captar ayudas económicas. LO hizo en la presentación del “Pacto Social por la Inmigración en Euskadi”, que no responde al simple capricho de la responsable política, sino que ha sido elaborado por una comisión plural de personas integrada por filósofos, sociólogos, profesores universitarios, escritores, abogados, fiscales, y demás personas elegidas por su posibilidad de aportar luz, mucho más que por adscripciones políticas partidistas. Por so contenido y por el tono empleado en el texto del Pacto  deberá llegar a todos los centros escolares y universitarios, más aún, debiera llegar a todos los hogares.

Hay una frase contundente que marca las intenciones de quienes han elaborado el texto y conduce a los lectores a la senda de humanidad desde la que debe ser abordado el fenómeno de la inmigración: “No abordamos el fenómeno de la inmigración en términos utilitaristas, sino en términos de humanidad y de justicia. Nos inspira la perspectiva de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el convencimiento de que todos los derechos recogidos en ella son patrimonio de todas y cada una de las personas”. Y es que hay gentes, entre los autóctonos, que creen que los inmigrantes no son personas como ellas, y como tal les tratan, que no les asisten todos los derechos, de tal modo lo creen que agigantan los posibles “riesgos” que comporta su llegada y minimizan sus efectos positivos. Lo cierto es que la sociedad vasca es más diversa con ellos y, por tanto, más rica. Nos hicieron más ricos quienes llegaron desde otros lugares de España a trabajar a nuestras minas y nuestras fábricas, del mismo modo que nos hacen más ricos quienes ahora llegan desde más allá de las viejas fronteras, o allende los océanos. También los vascos emigrantes han enriquecido cultural, económica y socialmente a las sociedades que les han acogido.

Si les remito a los textos del Pacto Social por la Inmigración es porque se trata de un bello texto, que lima las rencillas que puedan producirse entre los favorables o los detractores de la inmigración, porque lleva a un terreno de condescendencia donde la convivencia entre todos, por muy diferentes que podamos ser, encuentra muchas facilidades. Está basado en principios y valores indiscutibles y marca caminos que resultan tan fáciles de recorrer que se muestran placenteros. Con estas sencillas aportaciones solo intento llamar la atención para que busquemos su fuente argumental con la avidez de los sedientos de armonía y convivencia. Y llamo a que lo lean con la máxima atención al Señor Basagoiti y los suyos para que esa “casa” en la que viven, según él, los “primeros” (y los únicos) que han de recibir ayudas, abra sus puertas y ventanas para llenarse de luz y de humanidad.

Por eso, y para eso, trascribo para terminar el último párrafo del referido Pacto, -cuyo subtítulo es “Un compromiso común por la convivencia”-: “La inmigración y las nuevas diversidades que la acompañan debe ser una oportunidad y un incentivo para volver a pensar, colectivamente, la sociedad vasca que queremos para todos nosotros y para las futuras generaciones. Si acertamos hoy con los compromisos que adoptemos y con las decisiones que tomemos estaremos poniendo las bases para un futuro mejor”.

Fdo.  JOSU  MONTALBAN    

martes, 17 de julio de 2012

LA  CAZA  DEL  VOTO  EN  EUSKADI. ¡SE ABRE LA VEDA!
Ya estamos en campaña electoral en Euskadi. A pesar de que por activa y por pasiva el Lehendakari Patxi López haya anunciado que las Elecciones serán en la fecha prevista, en Marzo de 2013, los partidos políticos se han apresurado a actuar como si las elecciones fueran a ser ya. Resulta absurda esta prisa por aventurar, por hacer conjeturas, por meterse en la cabeza de Patxi López o por suplantarle.
No solo en el ámbito político de los partidos, también hay grupos de presión que aportan su grano de arena en este desaguisado en el que solo el Lehendakari mantiene la templanza y está a lo que debe de estar un gobernante: a gobernar. Los otros aspirantes a ocupar el sillón de Ajuria Enea están, sobre todo, a intentar que fracasen todas las iniciativas presentadas por el equipo del Lehendakari. Se trata de un comportamiento irresponsable que convierte la acción política en un instrumento exclusivo de conquista del poder en lugar de un ejercicio noble destinado a incrementar el bienestar de los vascos y las vascas en estos tiempos de despiadada crisis.
La campanada de salida la quiso dar el PP vasco cuando retiró todos los apoyos al Lehendakari. La razón esgrimida fue tan peregrina como decir que el Gobierno Vasco, con sus políticas de apoyo a la Sociedad del Bienestar, estaba haciendo oposición al gobierno de Mariano Rajoy. Curioso argumento si tenemos en cuenta que la situación del País Vasco es sensiblemente diferente a la del resto de España: más de diez puntos menos de desempleo, economía más saneada (o bastante menos precaria que en España), entramado financiero suficiente, mayores dosis de paz social y política, etc. Pero Basagoiti prefirió entonces desacreditar a Patxi López y dejarle solo. ¿Acaso las medidas “inevitables” tomadas por Rajoy también eran “inevitables” en una Euskadi con diferentes características? ¿Acaso las políticas propuestas por Patxi López, de defensa del bienestar, amortiguando los efectos perniciosos de la crisis y atenuando los rigores de los más necesitados no convencieron a Basagoiti? Tal debe ser, no en vano Rajoy, -que siempre justificó sus potentes recortes sociales con el término “inevitables”-, pasó a decir ante las autoridades europeas que habían rescatado su sistema financiero maltrecho, que las reformas respondían a su “convencimiento más profundo”. O sea, que el “convencimiento” de Rajoy tuvo su antecedente en el de Basagoiti.

Roto el acuerdo PSE-PP se desataron las especulaciones. El PNV se apresuró a buscar un candidato a Lehendakari y, como no lo encontró al modo tradicional suyo, se saltó reglas y costumbres para nombrar al mismísimo Urkullu. El PNV siempre había criticado a los partidos en los que se hace coincidir a la máxima jerarquía del partido con el candidato a Lehendakari, pero esta vez se ha visto obligado a hacer lo mismo, pero no con la naturalidad de quien serenamente elige una de las varias posibilidades que tiene a su alcance, sino para no descuajeringarse en unas luchas intestinas que empiezan a sugerir que son la sintomatología de un mal crónico desde que Arzallus e Ibarretxe se empeñaron en convertir al PNV en el agente de gala de la secesión vasca. La prisa del PNV por llegar a Ajuria Enea es enfermiza, aunque justificada por la rabia acumulada tras cuatro años de ausencia del Gobierno.
La Izquierda Abertzale (IA) también ha sentido la prisa. Sus ansias liberadoras, hasta hace poco afirmadas en la violencia terrorista de ETA, se apoyan ahora en una impostura sin límites. Su vagabundeo en un firmamento de siglas tan diversas como significativas de quien vive huyendo de sí mismo, parece aplacarse ahora que SORTU ha sido legalizada. Es curioso que, ahora que SORTU es una palabra que puede pegarse en las paredes, vayan a ir con otro nombre (EHBildu) que sólo ellos gobiernan y manipulan aunque se trata de una coalición de formaciones. Sí, la verdad es que quizás estén pagando un tributo, miserable por lo escueto, a las formaciones democráticas que se han llevado por delante, -EA, Alternatiba, Aralar-, dejándolas aún tener algún vestigio de su presencia, pero todo hace prever que la IA ha llegado sin haberse renovado ni un ápice. Sí, se han renovado en lo más funesto, por ejemplo, su candidata Mintegi no permitió preguntas a los periodistas cuando fue presentada en sociedad, y ella misma se ha permitido cuestionar la figura de Otegi para respaldar la suya propia, cosa curiosa en quien nunca ha rehuido la visita y apoyo a presos etarras de la calaña de De Juana Chaos.
Conviene hacer algunas aportaciones ante este nuevo tiempo, tras la derrota de ETA, porque ha marcado claramente la acción del Gobierno de Patxi López. La espantada de Basagoiti y del PP vasco constituye una irresponsabilidad gratuita, porque la lucha por la normalización en Euskadi fue una de las razones más potentes del gobierno constitucionalista PSE-PP, ¿cabe pues este abandono cuando aún estamos envueltos los vascos en debates intrincados y en revisiones de cuentas aún no resueltas? La candidata de la IA ha usado para su presentación un lugar emblemático, -el Hotel Carlton de Bilbao-, para recordar que allí tuvo su sede el Gobierno Vasco de José Antonio Aguirre durante la Guerra Civil. También en este detalle se basa su desvergüenza, porque aquel fue un Gobierno de emergencia, fundamentado en un Estatuto de idéntica condición, y fue un Gobierno en el que estuvieron presentes todos los partidos y formaciones políticas que existían entonces. ¿Va a ser lo mismo en los próximos tiempos? ¿Es esa la disposición de EHBildu? Más aún, en el año 36 no existía ETA, que sigue siendo quien tutela a la candidata Mintegi, incapaz de desmarcarse de su ámbito.
Como va a rezar el slogan de la IA, es “tiempo de soluciones”. Contiene una palabra que mueve muchos interrogantes. ¿Qué tenemos que solucionar? Los problemas suelen tener enunciados bien sencillos. Cualquier vasco, alrededor de una suculenta mesa, encuentra soluciones al incontenible problema vasco. Conforme se va consumiendo el vino, o el txakoli, dichas soluciones son más o menos drásticas, pero son siempre sencillas. En las mesas del debate político, las cosas se complican. Por eso los vascos de bien siempre hemos tenido en cuenta lo fundamental: en ausencia de violencia y terrorismo toda reivindicación es posible y admisible. Una simple vindicación es irrefutable: la del derecho a la vida como paso previo a la reflexión de las soluciones. Pues bien, la candidata abertzale puso una envenenada guinda: “si alguien piensa que la paz es solo la ausencia de ETA, se equivoca”. ¿Qué es si no? ¿Quién ha impedido la paz si no ha sido ETA?
Queda poco atrezzo que añadir a este escenario. Los grupos económicos de presión también han puesto el grano de arena por alusiones. Los empresarios vascos han pedido adelanto electoral con el argumento de que necesitamos  un gobierno fuerte en Euskadi. ¿Cabe más fortaleza que la mostrada por el Lehendakari Patxi López cuando ha reclamado una revisión de las políticas fiscales para hacer más justa la sociedad y mantener el gasto social? Tal vez lo que reclama la patronal vasca sea un gobierno “fuerte en la defensa de sus intereses (de la patronal)”, pues las afirmaciones del Presidente fueron hechas pocos días después de que otro alto cargo de su Organización anunciara que iban a aplicar en Euskadi todo lo que la Reforma Laboral aprobada por el PP les permitiera.
Algo se puede añadir sobre el comportamiento de los medios de comunicación, cuyas adscripciones a partidos, ideologías y sensibilidades son tan esenciales en Euskadi. Es evidente que quienes leen las páginas políticas, sociales y económicas en los medios vascos sabe lo que tiene entre sus manos. Los intereses de cada cual residen entremezclados en los renglones. El nacionalismo y el abertzalismo tienen sus propios instrumentos de información. El constitucionalismo también los tiene, aunque con slogans mitigados y difusos. El poder económico también tiene sus engalanadas tribunas. Solo las capas menos acomodadas viven huérfanas de apoyos, total, no leen los periódicos ni visitan las páginas de los diarios digitales.
En este escenario preelectoral que alimentan casi todos, acuciados por su prisa por degustar las mieles del poder, resulta placentero que Patxi López se muestre dispuesto a seguir en su lucha por mantener las políticas sociales en Euskadi, y seguir apuntalando la dignidad recuperada después de que la paz sea un bien impagable para todos los vascos y las vascas.

Fdo.  JOSU MONTALBAN           

domingo, 8 de julio de 2012

MI "NO" AL ADELANTO ELECTORAL EN EUSKADI



Solo hay dos situaciones o circunstancias que llevan a la celebración de Elecciones Autonómicas: que venza completamente el tiempo de la Legislatura o la voluntad expresa del Lehendakari. Cada legislatura tiene una duración de cuatro años, y solo una moción de censura puede acabarla antes de tiempo sin que medie la voluntad del lehendakari. La voluntad del Lehendakari obedece, como todas las voluntades, a cuestiones que son imponderables para los otros. Las especulaciones de los ciudadanos, siempre fundamentadas en reflexiones particulares, suelen obedecer al intento descarado de doblegar esa voluntad. Cuando dichas especulaciones proceden de los contrincantes políticos o de grupos de presión, incluidos los mediáticos, la pretensión de doblegar la voluntad incluye además la dimensión coercitiva, toda vez que tiene un importante componente de acoso, a veces despiadado, de dicha voluntad. Tal ha sido la situación hace bien poco, pero la voluntad del actual Lehendakari no parece quebrada, lo cual dice mucho a favor de Patxi López.

¿Es necesario un adelanto electoral? Quien lo proponga tendrá que explicar por qué, pero deberá explicar además qué papel quiere jugar en el nuevo tiempo, y hasta dónde está dispuesto a colaborar para que se cumpla la normalidad. Lo normal es que los Gobiernos duren los cuatro años que dura una Legislatura. Cualquier espantada antes de tiempo debe ser explicada con mucho detalle, pero cualquier extorsión que tenga como objetivo forzar un adelanto electoral también debe ser explicada al detalle para que los ciudadanos, -a la vez, votantes-, sepan a qué atenerse el día de las urnas. Ha habido experiencias muy concretas en las que el adelanto electoral no ha favorecido ninguna mejora para la vida de los ciudadanos, aunque haya logrado el objetivo artero y oculto, perseguido por los interesados en él, que casi siempre es castigar al Gobierno para provocar la victoria del otro. Sirva como ejemplo el caso español en que a un “desacreditado” Zapatero, vapuleado desde los más procaces rincones de la derecha española, le ha sustituido un Rajoy, dotado de mayoría absoluta, que ha logrado en poco más de seis meses duplicar la prima de riesgo, acrecentar la crisis y el paro, provocar un rescate-intervención financiero que desbarata el futuro de España para bastante tiempo y, lo que es peor, destruir el Estado social de Bienestar que tanto costó construir tras la recuperación democrática.

No voy a ser yo quien diga a Patxi López lo que tiene que hacer, porque le respeto tanto como le admiro. Además no lo haré porque tengo el deber y la misión de protegerle en el desarrollo de este proyecto socialista para Euskadi que los dos deseamos culminar. Sí, he dicho bien: culminar. Porque es precisamente su compromiso con el proyecto socialista lo que ha llevado a las fuerzas políticas vascas a arremeter pidiendo el adelanto. El abandono de la derecha neoliberal del PP de los apoyos que tenía comprometidos con el Gobierno Vasco, tuvo su detonante en la negativa de López a asumir las antisociales y antihumanas medidas aprobadas por Rajoy. El empeño de los conservadores del PNV en debilitar al Gobierno y al Lehendakari también tiene que ver con las propuestas progresistas esbozadas por el Lehendakari  en relación con la necesidad de servirnos del Concierto Económico, y de sus posibilidades, para implantar una política fiscal más rigurosa y útil. Si a estos ataques provenientes de los partidos políticos añadimos los empellones que vienen a través del poder mediático más conservador y de los grupos de presión de carácter económico, -empresarios, profesionales liberales, etc-, ya tenemos definidas todas las batallas, e incluso la guerra.

Y nadie puede afirmar, refiriéndose a la política desarrollada por el Gobierno Vasco, que se trata de un socialismo áspero ni montaraz. Muy al contrario, se trata de una socialdemocracia tenue, acorde con los rigores del tiempo en que vivimos, eso sí, comprometida con quienes más necesitan, que preservará las políticas sociales, la sanidad y la educación como tesoros que la sociedad fue conquistando con muchísimo esfuerzo. La convivencia, que en Euskadi es ahora un bien preciado a favorecer tras tantos años de terrorismo etarra, también tiene que ver con las condiciones sociales y económicas en que vivan los vascos. No es admisible que las desigualdades inherentes al sistema capitalista que tutela a Europa y a la mayor parte del Mundo, se vean acrecentadas por las políticas que desarrollan las instituciones más cercanas a los ciudadanos. También en Euskadi hay desequilibrios: demasiadas personas viven bajo el umbral de la pobreza. ¿Habremos de desatenderlas amparadas en que la crisis exige esfuerzos de “todos”? Ahí está uno de los meollos importantes de las peticiones de adelanto electoral: conseguir que la crisis consigue su ansiado efecto colateral abriendo paso al capitalismo más injusto y desvergonzado.

Y bien, como en todo Gobierno, ha habido lagunas y errores, algunos de ellos como consecuencia de un entramado institucional, -Gobiernos Central y Autonómico, Diputaciones Forales, Ayuntamientos-, demasiado celosos de sus funciones y más preocupados en la lucha partidista que en gobernar con eficacia pensando en los ciudadanos más necesitados. Ante el balance positivo y el tiempo delicado en que vivimos será bueno infundir serenidad, también al Gobierno Vasco, y no inquietar con apocalípticas previsiones de las que ya huye hasta la canciller Merkel. No es bueno un adelanto electoral por una razón fundamental: igual que un kilo son 1000 gramos y no 960 gramos, una Legislatura son cuatro años y no tres años y nueve meses, como algunos quieren que sea. Por cierto, quienes reclaman adelanto electoral, entre otras razones porque preven dificultades para la aprobación del Presupuesto del 2013 debieran tomar nota: el PP y sus agentes mediáticos y económicos consiguieron adelantar en cinco meses las Elecciones Generales, pero Rajoy (mayoría absoluta) demoró la aprobación del Presupuesto hasta Marzo del año siguiente. Por todo lo que he dicho, creo conveniente que no se produzca un adelanto electoral.

Convendría, eso sí, que no mostraran tanta prisa los nacionalistas; que mostraran menos deslealtad y más humanidad los ultraliberales del PP; que fueran algo más discretos  los grupos de presión cuando expresan sus desatadas preferencias; y mucho rigor en el poder mediático cuando ejerce su importantísima función informadora. Esto y que le asistan la cordura y la firmeza a Patxi López para preservar su voluntad de avatares y circunstancias interesadas o infundadas.

FDO.   JOSU  MONTALBAN