jueves, 28 de noviembre de 2013

OPORTUNISMO  DEL  PP

No se pueden negar las importantes dosis de oportunismo y de cinismo que le asisten al PP cada vez que se pronuncian sobre el terrorismo. Ya son dos años desde que ETA anunció que no se producirían más acciones terroristas pero ¿ha observado usted, querido lector, muchas diferencias  en los pronunciamientos de los señores del PP respecto a tal asunto a lo largo de los tiempos? Yo no tengo dudas de que la Izquierda Abertzale (IA) está siendo demasiado mezquina en sus valoraciones sobre el hecho terrorista ya finiquitado, al menos en teoría, pero la sociedad ha dado sobradas muestras de que quiere rubricar el final anunciado por ETA, con planes de convivencia que convierten el futuro en una época de concordia y paz evidentes. Sin embargo el PP continúa, erre que erre, poniendo sobre la mesa interpretaciones de cuanto acontece que no se corresponden con la realidad.
Mientras no se demuestre lo contrario ETA permanece en el letargo anunciado, que fue adelantado como definitivo. Como tal permanece, a pesar de que nunca falten intervenciones inoportunas, como la de Hasier Arraiz, que se negó a rechazar el pasado de la IA, que fue la ilegalizada Herri Batasuna. La inoportunidad del presidente de SORTU llamó al oportunismo del resto de las formaciones vascas cuyos líderes posaron ante los medios informativos subrayando lo evidente, por cierto, una evidencia que ya comparten buena parte de los partidarios de la IA que se han convencido, por fin, de que ETA y la Democracia en que vivimos desde la muerte del Caudillo Franco siempre fueron incompatibles. Pero el oportunismo del PP siempre ha ido un poco más lejos, sin duda para aprovecharse de las circunstancias.
En los dos últimos episodios relacionados con ETA y la IA el PP se ha lanzado al ruedo como si se tratara de espontáneos taurinos en busca del beneficio de la posteridad. Cuando el Tribunal de Defensa de los Derechos Humanos de Estrasburgo ha ordenado intervenir sobre la Doctrina Parot, el PP ha mostrado tantas dosis de cinismo como de cobardía: en lugar de aceptar el veredicto prefirió cuestionarlo aunque sin esgrimir razón alguna, pero no tuvo arrestos para ignorarlo y combatirlo. No podía hacer otra cosa, ni podía ni debía, pero entonces ¿a qué responden los pronunciamientos en contra si nunca tuvo en su mente combatir la resolución por la vía práctica? El PP alimentó una vorágine incontrolable de asociaciones de víctimas que, salvo honrosas excepciones, nunca tuvieron otro objetivo que hacer de punta de lanza para abrirles el paso, por eso las agitó para protestar contra Estrasburgo, y sus líderes acudieron a las manifestaciones públicas convocadas por ellos, arriesgándose incluso a recoger voces de protesta e insultos como fruto de sus presencias en tales actos.
Aquí, en Euskadi, Hasier Arraiz les ha facilitado una nueva coartada. No son pocas las iniciativas y los proyectos que van tomando forma y fondo en Euskadi. Sin embargo, el PP ha encontrado una nueva oportunidad y ahora propone un nuevo lugar de encuentro con el PNV y el PSE “para desmentir a quienes hoy avalan a ETA”. ¿Quién avala hoy, públicamente, a ETA? Incluso Hasier Arraiz se ha desdicho de su insensatez. En todo caso, están sentadas las bases para una convivencia en paz, y bien que se preocupan los líderes de la IA en no trasgredir dichas bases.
Por eso la propuesta del PP vasco solo está basada en el oportunismo y contiene buenas dosis de cinismo. Todos los fundamentos de su propuesta han sido ya debatidos y conseguidos: la deslegitimación del terrorismo, la inexistente razón de ser de ETA, la legitimidad de las instituciones democráticas, la preocupación de la sociedad superada por el comportamiento de las formaciones políticas democráticas o democratizadas, el prestigio de los principios éticos, el rechazo social,…, todo ha sido conseguido. ¿Para qué insistir en remarcar protagonismos? ¿No es mejor que las iniciativas y proyectos empezados culminen con toda su fuerza y credibilidad, aupadas por todos? ¿Por qué no intenta el PP que se integre en todos los proyectos del futuro, también, la IA? La Historia más reciente no ofrece dudas, pero la construcción del futuro exige menos oportunismo y menos cinismo.
Resulta curioso, y chocante, que quienes tanto empeño ponen en apuntalar la memoria inmediata, muestren tantos remilgos en aceptar los contenidos de la Ley de la Memoria Histórica, que hace alusión a hechos suficientemente graves y, aún recientes, que provocaron más de un millón de muertos en España. ¿No encierra demasiado cinismo esta actitud?
¡Cuidado, que nadie deslice su imaginación por falsos derroteros! Franco y ETA, berdin da.
FDO.  JOSU  MONTALBAN      

miércoles, 20 de noviembre de 2013

GENERACIÓN  Y  REDISTRIBUCIÓN  DE  LA  RIQUEZA
Me Encuentro un tanto deprimido y asombrado porque cuanta más información se almacena en mi disco duro más contradicciones me asaltan. A mí, que soy un tipo que lee todos los periódicos y revistas que caen en emi mano, que son muchos, que escucho las noticias de todas las radios y televisiones y las paso por la planta depuradora de mi conciencia para hacer potables sus contenidos, que me paro ante los escaparates para ver la fluctuación de los precios como si me dedicara a calcular IPCs, que analizo a mi manera las añagazas con que nos intentan atraer los folletos publicitarios, me asombra la ligereza con que el sistema convierte las situaciones en euforias y amenazas, según convenga. Total, que quienes no tienen tanta información, porque no han querido recabarla o porque no tienen tiempo para hacerlo, viven en un “ay” porque sufren como hechos consumados las decisiones del Gobierno desalmado que nos está tocando soportar.
El capitalismo tiene estas cosas tan contradictorias: mientras la pobreza aumenta y los miserables se van multiplicando, los opulentos engordan sus andorgas, añaden ceros a la derecha de sus saldos bancarios y amplían los garajes en los que guardan sus suntuosos automóviles. La media, -que es esa cantidad que convierte en cincuenta y uno el salario promedio entre uno que gana cien y otro que gana dos-, es favorable en las previsiones y resultados que enarbolan quienes, desde los ministerios económicos, pregonan que “se ha parado la caída de la economía”. Recientemente el Banco de España ya ha anunciado por la boca de su máximo responsable que España ha salido de la recesión. ¿Cómo se mide la recesión? También en esto hay truco, porque aunque es necesario que en dos trimestres consecutivos haya tasas negativas de crecimiento económico para que un país entre en recesión técnica, basta con un solo mes en positivo para abandonar la recesión. Por eso las autoridades económicas hinchan el pecho para anunciar que hay luz al final del túnel. Pero los ciudadanos no paran de sufrir porque la señora Merkel sigue amenazando con controles y disciplinas que los más humildes saben que serán una buena tunda de golpes en sus costillas. Mucho más cerca todos anuncian reformas. (¡Atención, “reformas” es sinónimo de “recortes”!). Todavía no he escuchado una sola vez la palabra “reformas” para etiquetar a la implantación de algún provecho para las clases más bajas.
En pleno delirio de declaraciones, como las que hizo Botín cuando afirmó que a España están llegando inversiones y dineros en aluvión y desde todas las procedencias, la Ministra Báñez “da una vuelta de tuerca a la reforma laboral”. ¿Para qué? Si ya ha dejado a los trabajadores, que son mayoría aplastante en España (porque los desempleados deben ser contabilizados como tal), desamparados con la primera aplicación de la Reforma laboral, debemos esperar en nuevo mazazo, pues los expertos que se reúnen periódicamente para asesorarla son tan afines al neoliberalismo capitalista como ella y el Gobierno del PP al que pertenece.
No solo dará una vuelta de tuerca a la reforma laboral sino que la llave inglesa también apretará la tuerca de las pensiones, a las que con anterioridad ha sometido a una poda inverosímil e injustificada. También en este asunto la están asesorando gentes a las que el asunto les trae bastante sin cuidado, porque su poder adquisitivo desmesurado les permite adquirir planes de pensiones privados cuantiosos. Quienes están llamados a aconsejar en este ámbito  apenas sufrirán mermas importantes en sus pensiones cuando cumplan los años correspondientes. La condición de “expertos” de las personas que asesoran bien poco tiene que ver con la “experiencia” que tengan. Puede que sean conocedores de los entresijos y vericuetos en los que se mueve la Economía, pero no conocen demasiado bien el mundo del trabajo, ni las limitaciones que va imponiendo la edad a la mano de obra y la productividad, bueno, no estoy tan seguro de que no lo sepan, pero sí de que no lo tienen en cuenta pues para ellos el trabajador de diferencia muy poco de un tornillo o de una máquina: cuando no sirve va a parar al mismo lugar, es decir, al desguace. Esa es la brutal verdad que guía al capitalismo. Los expertos que viene usando el PP para justificar sus decisiones son, salvo muy pocas y  honrosas excepciones, fieles partidarios de la brutalidad insolidaria del sistema capitalista.
Mi asombro se acrecienta al leer otros titulares de prensa: Por ejemplo, que los beneficios del Banco de Santander han subido un 77% y los del BBVA un 85%. Que Caixa Bank ha aumentado sus beneficios un 164%, y el Banco de Sabadell ha duplicado sus ganancias, a la vez que Bankinter ha aumentado su beneficio en un 115%. Las páginas de color sepia de los diarios no paran de sobresaltarnos y, al menos a mí, de encolerizarme, porque al lado de tanto exceso de ganancias se recogen otros datos muy chocantes, por ejemplo, que el empleo público se ha reducido en 161.000 puestos en el último año, y que el gasto de la prestación por desempleo evoluciona a la baja a pesar de que el número de desempleados permanece constante. Sí, los peones del Gobierno, con las señoras Báñez y Sáenz de Santamaría a la cabeza hacen su labor, tanto más fructíferas para sus intenciones arteras como sus falsedades y medias verdades se lo permiten. La última fechoría consistió en adelantar en rueda de prensa que más de medio millón de parados “hacían fraude” en la percepción del subsidio de paro. Sí, rectificaron después y aminoraron la cifra hasta niveles puramente testimoniales pero su intención estaba clara: se trataba de desacreditar a los parados “por tramposos y por vagos”, pues no en vano subrayaron la escasa disponibilidad de los parados para aceptar todo tipo de trabajos.
Y bien, ¿quieren más contradicciones? Las hay de muy diferentes tipos. Mientras desde el extranjero se empecinan en invertir en España (Botín dixi) y el mismísimo Bill Gates invierte en una empresa tan española como FCC de la presidenta Esther Alcocer Koplowitz haciéndose con un 6%. Mientras las exportaciones se sitúan en un máximo histórico tras crecer un 6,6%, y una empresa española (como otras muchas) se adjudica contratos en América Latina por 441 millones de euros, sorprendiendo incluso a Francia y Alemania que han visto caer el crecimiento interanual de sus exportaciones en un 2% y 1,1% respectivamente. Mientras todo esto ocurre hay un titular que nos administra un jarro de agua helada: “El crédito a las familias y empresas cae a niveles del año 2007”. Las familias han recibido casi un 5% menos en préstamos, y las empresas no financieras, es decir, las más pequeñas y buena parte de ellas de carácter familiar, han sufrido un recorte del 6%. ¿Para qué más? Contradicción tras contradicción porque el capitalismo constituye en sí mismo una dolorosa contradicción cuando se le valora e interpreta a la luz de los valores humanos.
El capitalismo genera riqueza que no reparte. Los neoliberales aseguran con absoluta desvergüenza que tiene un efecto distribuidor porque tanto sirve para proveer beneficios a los dueños del capital como salarios a los trabajadores, en muchos casos de miseria para favorecer la productividad, pero esta distribución ni es equitativa ni es igualitaria. El socialismo niega esa cualidad distribuidora que los capitalistas adjudican al libre mercado. La socialdemocracia, en el limbo intermedio, propone un proceso “re-distribuidor” que, tras aceptar ese libre mercado  que desean los neoliberales, implementa mediante las políticas fiscales y las medidas sociales que forman el llamado Estado de Bienestar. ¿Qué está ocurriendo ahora mismo en España? Algo tan sencillo como que el actual Gobierno del PP, empeñado en llevar a sus últimos extremos su fidelidad al capitalismo brutal en que se inspira, ha olvidado cualquier impulso redistribuidor. Y pasa también que la alternativa, el PSOE, debate si es socialista o socialdemócrata, sin tener en cuenta que las medidas tomadas por Rajoy en sólo dos años de gobierno, aprovechando el socorrido recurso a una crisis que nadie se ha parado a medir y estudiar realmente, han trasladado a los españoles un materia de derechos sociales a los últimos años del franquismo. Ahora mismo, por tanto, es más eficaz el socialismo que la socialdemocracia en España.
Si a la pérdida de derechos sociales sumamos la pérdida de derechos ciudadanos y la restrictiva lectura del uso que ha de hacerse de los espacios públicos, con que nos amenazan los gobiernos del PP en todos los niveles territoriales en los que gobierna, esto se parece bastante a un franquismo, pero sin Franco.
Fdo.  JOSU  MONTALBAN            

domingo, 17 de noviembre de 2013

NI  MENOS  MEMORIA  NI  MÁS  OLVIDO
Desde que el TEDH de Estrasburgo se ha pronunciado sobre la Doctrina Parot todo han sido sobresaltos, de tal modo que los dos años que hemos pasado sin terrorismo y sin ETA apenas han liberado de carga emotiva a quienes, desde el fuego asesino o desde las trincheras, vivimos tal tragedia. Puede que sea lógico pero la construcción de un futuro que supere el brutal y doloroso pasado exige que el presente no sea ni fláccido ni rencoroso. La Memoria, que se ha ido escribiendo en páginas indelebles, no es la suma de las memorias tan llenas de recuerdos de quienes vivimos y sufrimos aquellos tiempos. Si el anuncio de los encapuchados liberó nuestras conciencias de ciertos preceptos y ataduras, y nos dejó salir a la calle olvidándonos de peligros y guardaespaldas, debemos liberar nuestras conciencias de las ansias de venganza que con tanta frecuencia nos atenazan y nos mueven a opinar y actuar sin la más mínima generosidad.
Es verdad que tal vez no la merezcan los asesinos, pero ser generosos responde más al deseo de quienes lo sean que a la obediencia a un guión preestablecido. Es cierto que no han pedido perdón los etarras, y es cierto también que cuando, individualmente, han reconocido el dolor causado lo han hecho utilizando subterfugios que han pretendido justificar o atenuar sus responsabilidades como matones al servicio del terror, pero si aceptamos que vivimos un tiempo nuevo hemos de hacerle que parezca nuevo también en nuestros comportamientos y valoraciones. Si durante tantos años brutales y miserables los demócratas nos hemos echado en cara la utilización de la violencia etarra, -y de los sentimientos que ha suscitado en los ciudadanos-, para ganar adeptos en la lucha política y partidista, es evidente que ya ha llegado el tiempo de eliminar esa estrategia y dejar de enconar las relaciones entre las gentes regando las plantas de la venganza por un lado y las plantas del olvido por el otro.
Las Instituciones, que han de gestionar las leyes y reglas que dirigen nuestra convivencia, no paran de inventar. Ahora que el I+D+i sufre los embates de la crisis económica mediante una rebaja de los fondos destinados a ello, el tratamiento del “post-terrorismo” no para de inventar, desarrollar foros, lanzar iniciativas e incluso celebrar fiestas, pero en cada uno de los eventos resultan mucho más ostentosas las posiciones irreconciliables entre los grupos políticos y humanos que los acuerdos. La celebración del Día de la Memoria ha insistido en ese esquema. Se ha celebrado en cuatro o cinco sitios diferentes, y en cada uno de ellos ha habido presencias y ausencias de responsable políticos y sociales que han alimentado la controversia.
Del mismo modo, la salida de las cárceles de los presos de ETA a los que afecta la Doctrina Parot y el veredicto de Estrasburgo está generando ríos de tinta en los diarios, muestrarios de fotos, aludes de interpretaciones y, por si fuera poco, manifestaciones públicas en las que se profieren consignas claramente enfrentadas al respeto de los Derechos Humanos. La politización interesada de los colectivos de Víctimas, auspiciada por la fracción más reaccionaria de la derecha española, ha traído consigo este batiburrillo tan contradictorio que ha llevado a que los compañeros de su mismo partido hayan insultado a Arantza Quiroga (líder de la derecha vasca) que siempre se ha pronunciado en contra de ETA. Quienes, militando en el PP, han acudido a protestar contra el veredicto de Estrasburgo sobre la aplicación de la Doctrina Parot, se han apresurado a subrayar que su presencia en las manifestaciones ha obedecido a una muestra de solidaridad con las víctimas, exclusivamente. De no haberlo puntualizado cabe concluir que al PP, al menos a una de sus versiones, no le preocupan demasiado los Derechos Humanos, y se muestra dispuesto a criticar y despreciar las posiciones del Tribunal de Defensa de los Derechos Humanos (TEDH), que tiene por objeto preservarlos en Europa.
Se trata de reclamar a cada cual las dosis de decencia que cada cual debe aportar. Quienes salen de las cárceles deben guardar el regocijo en su interior, porque han sido terroristas y asesinos, y cualquier demostración ostensible de alegría es una agresión para las víctimas y para sus familias. Quienes sufren ausencias también han de superar sus traumas, pero siempre con el apoyo y la comprensión de quienes hemos aborrecido y rechazado el terrorismo aunque no hayamos sufrido sus consecuencias de modo directo. Los líderes de los partidos políticos, si se tienen por tal, deben preocuparse por construir el futuro y no por recrearse en la constante revisión del pasado. El Tribunal Europeo de Defensa de los Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, se ha expresado con la debida contundencia … Y con el debido rigor, con el rigor que le cabe en base al sistema político y social imperante. A nosotros nos toca hacer un esfuerzo de interpretación de lo acontecido huyendo de conceptos como victoria y derrota, que siempre están sujetos a interpretaciones caprichosas e interesadas.
El Profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, Fernández de Casadevante, ha dicho: “Si no se acepta que hay víctimas y verdugos, y que no se les puede poner en el mismo plano, el problema no se resolverá”. Y ha dicho también que “no es posible una memoria compartida”. Verdades de Perogrullo que no admiten discusión, pero si el terrorismo se ha acabado, ¿para qué atrincherarse en sus aledaños? Busquemos la Verdad, no la verdad de cada cual. ¿Existe una Verdad que sirve para todos?
Fdo.  JOSU  MONTALBAN        

viernes, 15 de noviembre de 2013

EL  FANTASMA  DE  LAS  DOS  ALMAS  EN  EUSKADI
Un fantasma viene recorriendo el mundo del debate político en Euskadi. El asunto ha emergido hace poco tiempo pero los episodios en que se sustenta son ya viejos. No es baladí que las formaciones políticas vascas, -todas sin excepción-, hayan mostrado en alguna ocasión fisuras más o menos ostensibles que no encuentran cemento que las remedie en los órganos, reglamentos o sistemas de funcionamiento de los propios partidos. El último episodio ha tenido lugar en el seno del PP vasco pero ha despertado a ese fantasma que sobrevuela a todo el elenco de los partidos vascos. El terrorismo está en el principio de todo porque ahora que los terroristas, en un alarde de generosidad, han dicho que dejan de matar, a unos les entran unas ansias indisimuladas de venganza, mientras que otros se han guarecido bajo un Síndrome de Estocolmo evidente que les lleva, a los primeros a convertir el Estado de Derecho en una especie de patíbulo justiciero, y a los otros a convertirlo en una madre que, para no volver a sufrir lo ya sufrido rinde su casa a los caprichos del hijo pródigo a costa del bienestar de los familiares que siempre la han acompañado y servido de paño de lágrimas.
La metáfora que mejor define esta situación la suministró hace unos meses el eurodiputado popular  Carlos Iturgaiz cuando criticó el hecho de que algunos compañeros suyos del PP vasco acudieran a debatir junto a miembros de la Izquierda Abertzale (IA). La cita que trascribo a continuación contiene todos los ingredientes: “La IA, que es el brazo político de ETA, no es un partido más y no se puede ir a debates, a tomar un café o hacerse fotos en plan coleguismo; muchas personas en el PP vasco piensan como yo; (la actual dirección del PP vasco) tendrá que decidir entre esas dos almas”. La idea de “alma” como principio que vivifica el cuerpo, que es diferente a él pero que lo humaniza, responde a una creencia muy antigua que a lo largo del tiempo ha llevado a múltiples interpretaciones y versiones. Por lo que sugiere Iturgaiz con su afirmación está muy claro que el mismo cuerpo, el PP vasco, se convertiría en un ente o ser totalmente diferente dependiendo de que se dote de una o de la otra de las dos almas. Sin duda Iturgaiz se corresponde con una de esas dos almas, concretamente la que no comparte la actual dirección del PP vasco con Arantza Quiroga a la cabeza.
La respuesta desde la dirección del PP fue inmediata. Oyarzábal negó la existencia de dos almas y remitió a las resoluciones congresuales del año 2008, cuando Basagoiti sustituyó a María San Gil. Eso sí, como buen dirigente político, terminó su posicionamiento anunciando que pediría responsabilidades al parlamentario europeo. Apenas dos meses después una de las dos almas ha estado presente en San Sebastián, en la presentación del libro “Cuando la maldad golpea”, que contó con la presencia del Ex Presidente de España José María Aznar y la Ex Presidenta del PP vasco María San Gil. Curiosamente no acudió al acto la dirección actual, que se ha reservado el papel de responder a lo que tanto Aznar como San Gil dijeron poniendo voz y palabra a una de las dos almas. Ejerciendo ese papel Sémper, como abanderado del alma que podríamos llamar “oficial”, dijo: “Queremos superar el pasado a base de verdad, justicia y memoria”. Pero Iturgaiz le conminó a, entre otras cosas, “tener constancia y respetar el trabajo desempeñado por María San Gil”. Como se ve, las dos almas del PP vasco parecen estar encendidas, arremetiendo la una contra la otra, quizás intentando destruirse, y sin darse cuenta de que la existencia de dos almas está generalizada en todas las formaciones vascas.
Es cierto que esa dualidad se muestra con diferente intensidad en unos u otros partidos, pero el terrorismo de ETA no sólo extorsionó y mató sino que amedrentó de tal modo a las vascas y los vascos que la venganza de los irritados y el perdón de los conmiserativos son reacciones que se sujetan con la misma cuerda. Las heridas que aún supuran producen escozor en quienes han sufrido directamente la acción terrorista. Quienes no la sufrieron tan directamente, vivieron en el miedo a llegar a sufrirlo, y ahora parecen dispuestos a aceptar lo que, de no estar amedrentados por la fatal experiencia, considerarían totalmente inaceptable.
Hablar de la Euskadi actual exige tantas dosis de valentía como de respeto, pero sobre todo exige que las reflexiones de cada cual sirvan para propiciar las reflexiones de los otros, en lugar de formular dogmas indiscutibles. Ya lo he dicho: en Euskadi todos los partidos han mostrado dos almas en algún momento, incluida la IA, pero esta alma del PP, la que mostraron Aznar y San Gil (que satisface a Iturgaiz), es harto peligrosa porque se recrea en proclamar frases categóricas cuyo contenido y significados están superados por los hechos. Aznar dijo que “en la política vasca hoy se busca la normalización del silencio y del olvido, lo que es una confusión hirtórica y moral”. Y dijo San Gil, bajando más al nivel de la calle, que “Garitano e Izaguirre (ambos dirigentes institucionales de la IA) son “bilduetarras” con quienes los partidos conviven con naturalidad”. Ambas frases son falsas y peligrosas, lo cual no quiere decir que esos convencimientos no sean asumidos por bastantes miembros del PP e incluso por miembros de otras formaciones políticas.
No solo el terrorismo ha propiciado el fenómeno de las dos almas en el seno de los partidos. La lucha electoral (y electoralista) obnubiló a muchos dirigentes que han creído que los votantes de la IA pudieran llegar a ser un filón de votos para los demás una vez acabada la violencia. Fuera por el Síndrome de Estocolmo o fuera por el afán recolector de sufragios los partidos vascos han abierto sus corazones para acoger a muchachos acostumbrados a la algazara sólo porque pudieran parecer de izquierdas o fueran ataviados como tal, pero han resultado ser mucho más secesionistas que socialistas, incluso mucho más independentistas que demócratas. Así, una de las almas ha perdurado en el absoluto inmovilismo mientras la otra se ha ido por los cerros de Úbeda. Y así en cada una de las formaciones. ¿Acaso pertenecen a la misma alma del PNV Ibarretxe y Urkullu? ¿Pertenecen a la misma alma del PSE Nicolás Redondo, Patxi López y Jesús Eguiguren? ¿Madrazo y Arana, servían a la misma alma en Esker Batua (IU)? ¿Y Matute, en qué alma estaba Matute que ha saltado desde Esker Batua a la IA? ¿Pertenecen a la misma alma todos los líderes que han confluido en BILDU o SORTU? ¿Más atrás en el tiempo, respondía a la misma alma de Herri Batasuna Arnaldo Otegi que la gran mayoría de los dirigentes que iban siendo ilegalizados?
De modo que el fantasma de las dos almas ha venido contagiando a todas las formaciones vascas. Sin embargo, lo acontecido en el PP vasco tiene unas repercusiones especiales porque se trata de una formación ubicada en uno de los extremos del abanico vasco, además de ser la formación que sustenta al Gobierno del Estado. Quienes desde el PP vasco han decidido “atacar” poniendo en valor su propia “alma” se han venido caracterizando por mostrarse como “desalmados” frente a ese mundo “abertzalísimo” que formaban ETA y sus cómplices, que durante cincuenta años tuvieron su alma vendida al diablo.
Ahora, no valen para nada los espacios herméticos, ni sirve sellar todas las salidas a quienes se muestran dispuestos a salir del círculo vicioso, pero cometerá un error quien se deje llevar por la desidia y olvide que aún están presentes la mayoría de las víctimas y la mayoría de los asesinos. Las Instituciones democráticas tienen que distinguir entre ambos haciendo que la culpabilidad y el perdón avancen en su justa medida, pero han de ser las Instituciones que representan a todos las que protagonicen la transformación necesaria. Cualquier avance en la buena dirección de la reconciliación, venga de donde venga, será positivo  pero solo las iniciativas institucionales tendrán el marchamo de la autenticidad, que será lo que realmente justifique su eficacia. Las leyes han de ser aplicadas con rigidez. Las medidas de gracia también, con generosidad, pues tanto las leyes como las gracias han de responder al mismo empeño: fundamentar la convivencia, fortalecer la cohesión social, sentar las bases de la democracia que los vascos, de tanto cuestionarla, no han disfrutado del todo.
FDO.  JOSU  MONTALBAN

viernes, 1 de noviembre de 2013

LOS  “SIN”
Lo peor acontece cuando tras la identidad de uno las autoridades abren un paréntesis en el que definen su auténtica situación empezando con la palabra “sin”. Quienes son “sin” molestan con su presencia a quienes son “con”. La acción política, que debería ocuparse en mitigar las carencias de los que no tienen, pasa de puntillas sobre la realidad y, todo lo más, intenta ponerle freno legislando en contra de quienes no tienen, en lugar de atajar la auténtica raíz. La ética con que valoramos la tragedia de los “sin” choca con la desidia de quienes deberían recurrir a ella para gobernar el Mundo y resolver los problemas que acucian a una gran parte de la Humanidad.
Han coincidido en el tiempo dos hechos que muestran la profunda degradación humana que nos asiste. El gobierno de Hungría, -y también el de Benidorm, que está más cerca de aquí, y el Ayuntamiento de Madrid, que es la capital del Estado-, ha aprobado a través de su Parlamento nacional una ley que castiga a los que viven en la calle, es decir, a los “sin techo”, como si ese modo de vida correspondiera a algún estilo licencioso o peligroso para la comunidad. La bárbara medida, que impide mendigar e impone multas de hasta 500 euros y hasta la pena de cárcel, será de muy difícil aplicación, en todo caso requerirá ejercer la violencia con quienes, normalmente, viven en los centros de las ciudades dejando pasar el tiempo, alimentándose más de los rayos del sol que de cualquier alimento, soñando que un día, casi sin darse cuenta, sientan que no volverá a amanecer para ellos. En el afán privatizador de casi todo hay gobiernos que están dispuestos a privatizar los espacios que siempre se han caracterizado por ser públicos. El Presidente húngaro, el conservador Orbán, ha dicho que su Ley tiene por objeto “asegurar el orden de los espacios públicos e incrementar la seguridad”. Poco ha observado este dirigente si teme que un pacífico mendigo puede desordenar la calle o suponer un riesgo para quienes por ella discurren.
Más bien se trata de separar a los pobres de los ricos, a los “sin” de los “con”. Según se desprende del texto loa ayuntamientos señalarán las calles reservadas a los pobres y las otras calles, que se dedicarán a actividades más “provechosas”. Inventarán una señalización ad hoc que conminará con un “¡pobres no!” a quienes no han cometido otro delito que “no tener”. No tener comida, no tener dinero, no tener casa, no tener un techo para guarecerse, no tener esperanza, no tener futuro. Peor aún, estas personas que la autoridad está dispuesta a marginar en el espacio público podrá ser castigada con la realización de trabajos en beneficio de la comunidad. Curiosa paradoja: la misma comunidad que les relega, que les abandona en las afueras, se aprovechará de su trabajo. Y bien, se han levantado voces en defensa de los “sin techo”, pero urge que los que realmente creen en la ciudadanía como modo de pertenencia digna al género humano, destierren de una vez por todas a este tipo de gobernantes que creen que la calle es suya, tan suya que su procacidad les lleva a elegir o rechazar a quienes no cometen otro delito que ser pobres y no tener otro techo que un cartón humedecido por el rocío de la noche.
Casi a la vez otros “sin” han sufrido otro fatal percance bien cerca de las costas italianas. Han muerto al menos 200 inmigrantes africanos, y han desaparecido otros 150 frente a las costas de Lampedusa. Los doscientos descansarán en ese cementerio terrible de la isla que provocó la fatal pregunta de su alcaldesa, dirigida a la UE en Febrero: “¿Cuán grande tiene que ser el cementerio de mi isla?”. Los desaparecidos, esos 150 más, habrán descendido al fondo del mar y allí, olvidados del desalmado mundo, servirán de pasto para los peces menos escrupulosos y más salvajes. Los quinientos tripulantes que llenaban la gran barcaza estaban ya a solo mil metros de la costa de su tierra prometida. Eran eritreos, o libios, o somalíes, qué más da, y habían dejado el infierno a sus espaldas. Ya no miraban hacia atrás, al menos desde que habían divisado a lo lejos el lomo abultado de la isla, la tierra que constituía su destino. Todos habían sonreído con ese gesto cómplice de quienes comparten la meta a alcanzar. Las mujeres embarazadas que formaban parte del pasaje soñaban con un paraíso para sus hijos aún no nacidos. Los niños también soñaban con un mañana más halagüeño mientras balanceaban su candidez al ritmo de las olas. Pero el destino les tenía reservada una sorpresa brutal y diabólica.
Sí, el destino, pero no solo el destino. Nada es solamente achacable al azar aunque sea el azar el que se utiliza como vana explicación de cuanto nos atormenta. La lectura de lo acontecido frente a las costas de la isla de Lampedusa no puede hacerse desde el escaso rigor de la casualidad. El hambre, la sed, la excesiva pobreza y los conflictos bélicos y tribales provocan éxodos masivos desde el tercer mundo africano hasta las accesibles costas del Sur de Europa. Los africanos se desplazan en busca de la vida que les niegan sus tierras de origen. Más de quince millones de ellos viven refugiados en países vecinos, y casi veintinueve millones viven desplazados de sus poblaciones de residencia. Se mueven en familia, al menos eso cabe concluir del hecho de que sean un 52% los hombres desplazados y un 48% las mujeres. Igualmente el 46% son menores de 18 años. Las áreas de conflicto están claramente delimitadas, pero la huida resulta harto complicada, porque incluso donde buscan la protección también están teniendo lugar los conflictos.
Pero no nos vayamos de Lampedusa. Sí, la solidaridad se produce cuando un barco lleno de moribundos llega a las costas, pero han sido varios días de travesía en unas condiciones difíciles, en medio de un gran desierto de agua y sal que en todos los instantes les ha ido mostrando las fauces de la muerte. Pero, ¿qué pensaban quienes se cruzaban con ellos en medio de los mares? Al menos tres barcos pesqueros vieron a la barcaza en apuros, zozobrando o, lo que es peor, hundiéndose. La vieron arder sobre las aguas porque sus tripulantes decidieron arriesgar y convertirse en teas en demanda de auxilio, pero… A estos “sin papeles” tampoco se les puede socorrer sin arriesgarse a que las autoridades italianas les consideren cómplices de la inmigración clandestina. De modo que los doscientos muertos y los ciento cincuenta desaparecidos son muy poco más que un número porque eran hombres, mujeres y niños “sin”. Sin nombre, sin apellidos, sin papeles.
Tendremos que recuperar la cordura y la dimensión ética y moral de nuestras percepciones si no queremos perder nuestra condición de humanos, corresponsables todos de hacer del Mundo un hábitat soportable. Nuestro aislamiento personal, que responde al comportamiento cobarde de quien cree que los otros no son iguales a los unos, puede convertir el Mundo en una Lampedusa infinita. Los “con” desean reducir a los “sin”, conminarlos a que vivan en reductos y parajes apestados de riesgos. De ese modo, tal como ha adelantado el Papa Francisco, ellos también se convierten en unos “sin”: unos sin-vergüenzas.
NOTA: En el tiempo transcurrido entre la escritura de este artículo y su publicación se ha producido otra noticia en el mismo sentido de cuanto critico, respecto a lo acontecido en Hungría con los “sin” techo, pero esta vez mucho más cerca de nosotros, en Madrid. El Ayuntamiento de la capital de España ha anunciado una Ordenanza en el mismo sentido que lo aprobado en Hungría y en Benidorm. No es necesario añadir nada nuevo porque en realidad solo son nuevos párrafos del mismo relato. La sociedad se desliza fatalmente por el camino de la insolidaridad más absoluta.
FDO.  JOSU  MONTALBAN