miércoles, 28 de mayo de 2014

RENUNCIA O DIMISIÓN (DEIA, 28 - O5 - 2014)

¿RENUNCIA  O  DIMISIÓN?
Rubalcaba y Patxi López han utilizado el mismo manual. Ambos han optado por convocar sendos congresos en los que serán elegidas las nuevas direcciones del PSOE, a nivel estatal y a nivel autonómico vasco. Ambos lo han justificado con palabras parecidas, nada nuevas porque suelen ser repetidas siempre que tiene lugar un fracaso electoral. En esta ocasión en que el fracaso ha sido calificado como “debacle” por periodistas y comentaristas diversos, Patxi López ha asumido la responsabilidad que carga sobre él, aunque no con la contundencia de Rubalcaba, que se la ha adjudicado totalmente: “la responsabilidad ha sido mía, mía, mía”. El gesto de Patxi López parece consecuente con su trayectoria como valedor de las tesis de Rubalcaba, y uno de sus mejores apoyos.
Puede ser que la fórmula elegida encierre algún truco para lograr efectos posteriores. Esto no ha sido una dimisión irrevocable, ni siquiera una dimisión, todo lo más es una renuncia y, como tal, reversible a cambio de un proceso de petición mayoritaria de firmas de los afiliados para presentarlos públicamente en el momento oportuno. (¿No dimitió Felipe González para volver en el siguiente Congreso del PSOE, pero sin la palabra “marxismo” en los textos definitivos? Veremos qué ocurre ahora. Ha habido quienes han valorado la decisión como “ejemplar”, pero usando mucho la generosidad. A mí no me lo parece, a pesar de que mi devoción por Patxi López y buena parte de su ideario sean indiscutibles. Pero el PSOE necesita algo más que Congresos que renueven ideas y propuestas. Necesita que sus cuadros dirigentes sepan que lo que llevan entre manos no precisa de guardias pretorianas que les hagan perdurar en sus puestos y cargos, sino de estructuras abiertas y bien organizadas que recojan las inquietudes de los ciudadanos más humildes y las conviertan en ideas y propuestas. Malamente esto podrá ser si no se hace hincapié en la propia militancia.
Patxi López es un buen socialista y ha sido un importante Lehendakari, pero ahora que anuncia que se va, pero sin dimitir, conviene hacer un diagnóstico riguroso de lo que ha ocurrido en el seno del PSE, que vaya más lejos que el que ha venido haciendo la directiva socialista en los reservados de algún restaurante previamente a las reuniones estatutarias. La presentación pública del plan que ha anunciado Patxi López ha contenido frases bellas, aunque de tanto escuchadas, más bien retóricas: “Hay voluntad de cambio en todas las partes. Los nuevos tiempos exigen caras nuevas. Lo importante no es dónde estemos cada uno sino donde podemos hacer más. El cargo no es hereditario y será la militancia la que decida”. Sin embargo uno de los peligros que ya están en el seno del PSE es la endogamia que impera en la elección de sus órganos directivos, lo cual contrasta con el importante bastión que ha venido protegiendo al mismo Patxi López, integrado por asesores y comunicadores cuya relación con el PSE era casi nula antes de su paso por la Lehendakaritza.
Patxi López no ha dimitido, tampoco lo ha hecho Rubalcaba. Aunque ambos han dicho que se ha tratado de actos responsables para evitar que el PSOE y PSE nunca estén a la deriva, ambos saben que dimitir no es lo mismo que renunciar, es decir, que una dimisión es una renuncia, pero con nobleza. Para resolver esas situaciones de precariedad estás las Gestoras, cuya función es hacerse cargo del Partido de forma provisional, mientras se eligen las nuevas directivas.
Yo no sé bien si Patxi Lopez debe dejar de dirigir el PSE, pero será una importante traición que anuncie el abandono de la dirección del PSE y después acuda a las elecciones para Secretario General del PSOE sin haberlo anunciado antes. Si se considera responsable principal de la caída de votos para el PSE, -cosa que yo no comparto plenamente-, de igual modo lo será de la de los votos del PSOE pues no en vano su participación en la Campaña Electoral por todas las regiones españolas ha sido muy copiosa. Al final da la impresión de que las renuncias encadenadas de Rubalcaba y Patxi López forman parte de aquel pasaje en que ambos, conjuntamente, se conjuraron para que sus destinos fueran casi idénticos.
Y digo yo, ¿por qué no han renunciado (o dimitido) los Secretarios Generales regionales del PSOE, que han perdido estas Elecciones con la misma contundencia que Patxi López? ¿Tendrá truco?

Fdo.  JOSU  MONTALBAN   

martes, 27 de mayo de 2014

MERITOCRACIA, A DEBATE (DEIA, 26 de Mayo de 2014)


LA  MERITOCRACIA  A  DEBATE

En una de esas tertulias en las que los participantes parecen vestidos con la túnica de la infalibilidad ha escuchado una defensa a ultranza de lo que ellos llamaban “meritocracia”, aunque luego encontraran grandes dificultades para dar a entender realmente lo que querían decir y se enfrascaran en pronunciar largas diatribas contra la Política y, sobre todo, contra los políticos en general, no solo contra los irresponsables o los necios. Hablaban del mérito que deben alcanzar o hacer quienes se dediquen a representar a los ciudadanos en las instituciones Públicas que dirigen los destinos de la sociedad. Mediante largas y farragosas peroratas llegaban al mismo destino, una frase hecha del tipo de “hay que premiar la inteligencia, el esfuerzo, el talento, la capacidad y el espíritu competitivo”. Quedaban satisfechos porque la frase, si uno no para a analizarla y desgranar todos sus posibles significados, no admite dudas ni puntualizaciones, pero en la sociedad actual los impecables en sus gestos e infalibles en sus palabras suelen ser aprendices de dictadores o, como poco, tecnócratas decididos a manejar la Política desde fuera, sometiéndola a las normas y leyes  mucho más restrictivas de la Economía. Los Agentes financieros, que tanto influyen actualmente sobre las decisiones de los Gobiernos, sean de derechas o incluso socialdemócratas, no son democráticos.
¿Qué es la famosa meritocracia?. La definición es tan sencilla como inconcreta: “es la forma de gobierno basada en el mérito, es decir, aquella en que las posiciones jerárquicas prevalentes son conquistadas en base al mérito, en el que predominan los valores asociados a la capacidad individual y al espíritu competitivo”. Según esto la elección de quienes nos deberían gobernar no requeriría de unas elecciones democráticas sino de rigurosos exámenes que midiesen los conocimientos y las capacidades de cada cual. En ese caso sería difícil determinar quién o quienes deberían administrar los procesos, las características de los exámenes y los criterios de calificación posteriores, además, ¿para qué elegir a nadie si ya contamos con esos sabios que determinan lo que se debe evaluar? ¡Que sean ellos los elegidos y todo queda resuelto!
La consecuencia inevitable es que el sentido democrático, -la Democracia en sí-, queda abolida porque el Estado y sus estructuras se burocratizan de tal modo que la opinión pública apenas cuenta frente a la opinión de los sabios e infalibles, porque en un sistema meritocrático las mayorías han de estar supeditadas a las elites. Ahora mismo, la opinión público se muestra contagiada por un virus muy pernicioso, inoculado por las elites económicas y financieras, y alimentado por los numerosos episodios de corrupción que día tras día van descubriéndose en los aledaños del poder político. A la derecha política, que siempre coincide con la derecha social y económica, le viene bien este contagio, es más, se siente cómoda a pesar del virus, porque las rentas derivadas de la gestión política partidista, que está en sus manos, van a caer en las cuentas corrientes de sus partidarios, que son los ricos. Así, aunando poder político y poder económico en compartimentos que ellos interrelacionan con suma destreza, llegan a pensar que su predominio en la sociedad actual responde más a un ejercicio de meritocracia que a un proceso de apoderamiento de la riqueza, del poder y de todos los resortes necesarios para eternizarse en ese lugar eminente.
Los más ricos, que son además los que influyen de forma trascendental en el ejercicio del poder político, creen que son los más sabios e infalibles porque han llegado a tales alturas, solo reservadas para los elegidos. Desde allí dictan los decretos más apropiados para mantener sus privilegios y supremacías. Sí, es verdad que a esta elite le conviene que, de vez en cuanto, surja de los abismos de esta sociedad clasista algún aventajado que pase a engrosar las filas de los mejores. En ese caso, se airea su currículo, en el que se incluye su procedencia humilde y se hace un alegato laudatorio de sus esfuerzos, como dando a entender que en nuestro sistema social y económico “siempre” alcanza sus metas el que se lo propone. Pero no es así, porque ascienden los que previamente han jurado obediencia y servicio a un orden social que no admite revolcones, todo lo más algún escarceo, eso sí, poco violento.
Seamos demagogos. (Para mí, la llamada “demagogia” no se corresponde con un término negativo: he comprobado que, en la mayoría de los casos, aquel que llama “demagogo” a quien le interfiere o le critica, lo hace porque se ha sentido afectado y siente como se le tambalean sus propios criterios sobre el tema determinado de que se trata). ¿Cómo se mide el mérito? ¿No es mérito suficiente que una cuadrilla de nigerianos abandonen sus casas con un odre de cuero de oveja sin desinfectar y lleno de agua no potable por todo avituallamiento, atraviese los miles de kilómetros sometido a los rigores y amenazas del desierto durante muchos meses, llegue a las vallas fronterizas entre África y Europa, espere el momento propicio, ascienda las altas alambradas apestadas de feroces y cortantes concertinas, y salte a la Tierra Prometida? ¿No es mérito suficiente como para que les dejemos construirse un futuro, siquiera humilde, entre nosotros, ya que no somos capaces de ayudar a sus sociedades de origen a evolucionar? ¿Qué mérito hemos hecho nosotros para vivir aquí, en la tierra de la abundancia? ¡Sólo la casualidad nos sirve como coartada! Se podrían poner otros ejemplos, que los acomodados tacharían de demagógicos pero que, en su fuero interno afectarían a su sensibilidad.
La meritocracia, en una sociedad tan desigual como ésta, es una falacia que solo está basada en la indecencia. No es decente admitir como verdad absoluta que los que han llegado a la cúspide han hecho méritos para ello, y los que están en lo más inferior han hecho también deméritos para su desventaja. No es decente porque es mentira. Las grandes fortunas, que son quizás la causa más importante de la gran desigualdad que impera en las sociedades capitalistas, nunca están al servicio de la comunidad. Las diferencias salariales que se dan entre agentes que intervienen en un mismo proceso productivo (y tienen, por tanto, un papel similar en la consecución del objetivo último) resultan bochornosas. Y no digamos nada de los sueldos multimillonarios de los directivos y presidentes de las multinacionales, los bancos, las entidades financieras, todas ellas enroladas en planes y proyectos basados en prácticas especulativas. Son precisamente ellos los que están en el germen de la crisis financiera que afecta a Europa y al Mundo capitalista. Porque no han sido controlados por los poderes políticos, peros aún, han sido ellos los controladores de la Política.
Los ricos han hecho mucho más dinero que méritos. Incluso cuando la Economía les ha dado la espalda ellos han seguido engordando sus fortunas porque, como expresa Krugman en uno de sus artículos, “la razón por la que ganan tanto es que ya son muy ricos”. Y denuncia con razón que “las rentas altas provienen cada vez más de las rentas de las inversiones, no de los salarios; y es solo ya cuestión de tiempo que las herencias se conviertan en la mayor fuente de gran riqueza”. Una última cita, esta de Piketty: “Nos encaminamos hacia una sociedad dominada por la riqueza, mucha de ella heredada, más que por el trabajo”. Con estas premisas, pensar en la meritocracia como sistema que pueda resolver los déficits de la Política parece una auténtica patochada. Porque son muchos los que, inocentemente, valoran el mérito en base al lugar que cada cual ocupa en la escala social, y no al revés. U
Una última pregunta, con nombre y apellidos: ¿Qué méritos ha demostrado la hija del banquero Botin para ocupar todas las presidencias que ocupa? Yo no dudo de que, tal vez, sea lista, talentosa, inteligente, capacitada, competitiva, ingeniosa, abnegada y demás calificativos, todos ellos encomiables, pero se me antoja que el mérito mejor demostrado para ocupar los lugares predominantes que ocupa ha sido el de ser la hija de Botin, es decir, ser su heredera.

FDO.  JOSU  MONTALBAN    
        

miércoles, 21 de mayo de 2014

¿DE QUÉ SE DEBATE EN EUSKADI (CON MÁS AHINCO)? El Siglo 19-25 de Mayo de 2014

¡DE  QUÉ  SE  DEBATE  EN  EUSKADI  (con más ahinco)!

Quien haya participado en discusiones callejeras sobre la actualidad política, tanto en Euskadi como en otras regiones del resto de España, -supongo que a excepción de Cataluña-, habrá podido comprobar que el argot, las palabras, la temática y los modos de expresión son muy diferentes. La crisis y los recortes impuestos por el PP, que se sufren como en otros lugares de España, ceden ante ese otro aspecto mucho menos social y más pre-democrático que es el territorial, es decir, el modo de relación de Euskadi con el Estado al que pertenece.
Aunque ya haya sido anunciado, y esté prácticamente consolidado el cese de la violencia de ETA, se sigue hablando de la violencia y, sobre todo, se sigue hablando en todos los ámbitos con importantes dosis de violencia larvada. Continúan vigentes los mismos enfrentamientos. De la vida pública solo ha desaparecido aquel lenguaje brusco con que la mayoría de los vascos, -los decentes-, reaccionábamos ante los asesinatos etarras. Todo lo demás permanece con las mismas características e ingredientes. El debate territorial prevalece sobre el social. Se habla mucho más de soberanía que de bienestar. La política socioeconómica parece supeditada a la búsqueda de un estatus nuevo para Euskadi porque el nacionalismo, tanto el más democrático como el radical, sabe que es en ese debate en el que cosecha los votos que le mantendrán en el poder o en sus aledaños.  
Cuando ETA anunció el cese de la acción armada los políticos vascos también quedaron desarmados. Algunos, los no nacionalistas, quedaron desarmados porque mientras imperaron las pistolas se hartaron de proclamar que se podría hablar de todo en el mismo momento en que el fuego desapareciese. ¿Y qué pasó? Que la llamada Izquierda Abertzale (IA) siguió diciendo las mismas insensateces, aunque ahora sin que estuvieran respaldadas, y a la vez desacreditadas, por su miserable y forzudo primo de zumosol. La IA encontró todo a su favor en cuanto desapareció lo que siempre había obrado en su contra: ETA. Volvía a las Instituciones democráticas sin haber hecho la pertinente reválida que certificara su “democraticidad” (perdón por el palabro). Y lo hacía en buena medida amparada por la ineptitud del resto de los partidos políticos vascos, que habían mantenido comportamientos democráticos mientras la IA practicaba la brutalidad del modo más arbitrario. Ninguno de los otros, -ni PNV, ni PSE, ni PP-, se atrevieron a proponer un gobierno de coalición entre ellos, de tantos como era posible, para instalar un cortafuegos entre la IA antidemocrática y la Democracia. Porque la IA, con los dirigentes que actualmente la gobiernan aún no se comporta de forma decente. Sí, de vez en cuando amaga pidiendo a ETA que se desarme definitivamente, pero lo hace con tanta desgana mientras pone toda la carne en el asador en la defensa de los etarras presos, que su empeño siempre suena a hueco.
Por si fuera poco, siguiendo un símil futbolístico, su banquillo es abundante. Tiene en la cárcel a su “mandela” (Arnaldo Otegi) que, a pesar de haber sufrido como “preso político”, -si es que se le puede llamar así, que lo dudo-, menos de la quinta parte del tiempo que sufrió el socialista vasco Ramón Rubial, ya parece superarle en crédito y valoración ciudadanos. Resulta espeluznante escuchar a tantos líderes vascos, de todos los partidos e ideologías, que Arnaldo Otegi debería estar en la calle. Curiosamente quienes se desgañitan pidiendo que Otegi salga se han olvidado del líder sindical Díaz Usabiaga, que entró en la penitenciaría a la vez y por la misma causa. Espeluznante y absurdo, porque si les asiste tal seguridad jurídica deberían buscar por todos los medios a su alcance esa libertad que  reclaman con tanta insistencia por vía oral. Da la impresión de que tratan de quedar bien ante una ciudadanía pacata, como la vasca, que ya ha perdonado, aunque lo haya hecho de modo tácito, y casi se ha olvidado de los muertos que ETA produjo.
El nacionalismo tranquilo, es decir el PNV, se ha escorado hacia el soberanismo tenuemente, de manera que parezca que lo desea, aunque en su fuero interno no contempla que su nuevo estatus sea realmente la independencia. Pero no le cabe otra estrategia porque la IA le va comiendo terreno electoral aprovechándose de que muchos vascos procedentes de la emigración española del pasado siglo, y sus descendientes, son más proclives a votar a los animosos abertzales que a los “carcas” nacionalistas. Las hordas a las que el nacionalismo tildó de “maketas”, formadas por gentes que tanto sudaron para que Euskadi fuera una tierra próspera, se desarraigaron de la España de sus ancestros, y hoy les da igual arraigarse en las tierras vascas a cambio de cualquier promesa fatua. El nacionalismo siempre valoró como una señal de pedigree los “ocho apellidos vascos” con que los maketos no cuentan. En ese sentido la IA ha sido mucho más condescendiente, de hecho ETA ha dado labor y cobijo a un buen número de activistas y simpatizantes de procedencia maketa.
Y, ¿qué decir de las fuerzas no nacionalistas? Mientras existía ETA, y la IA estaba ilegalizada reinó la tranquilidad, únicamente alterada por el hecho bárbaro de que ETA mataba sin piedad a los militantes del PSE y del PP, y amedrentaba a todos sus cargos públicos, que tenían que salir escoltados a la calle. Fueron el PP y el PSE quienes soportaron la gran responsabilidad porque el nacionalismo nunca se opuso con suficiente contundencia a la violencia, tanto en el fondo como en la forma. El Gobierno del Lehendakari Patxi López, formado con la confluencia de ambos partidos, fue la respuesta más acertada ante la desidia del nacionalismo, que condenaba los actos violentos pero guardaba una equidistancia sospechosa cuando se pronunciaba en contra del Estado que la combatía. Tal fue la evolución durante los años previos al abandono de la acción violenta por parte de ETA.
Pero, volvamos atrás. El debate político, que la violencia etarra había eclipsado, ha despertado con especial virulencia ahora porque, tal como se dijo, sin violencia iba a poderse hablar de todo. Sin embargo, la violencia siempre fue la coartada para no hablar de un solo asunto: el de la soberanía, la autodeterminación y la independencia. De modo que ahora solo importa hablar del nuevo estatus, es decir, de esos tres asuntos que ya se han reducido a uno solo: el derecho a decidir. ¿No hubiera sido más juicioso haber resuelto hace tiempo el tema pendiente de la soberanía, de la independencia? Los nacionalistas, y también la IA, coinciden cuando reclaman que los ciudadanos decidan, y los no nacionalistas recelan porque pudieran decidir que es preciso cambiar la situación o relación actual. Pero la balanza está desequilibrada. Los nacionalistas no se juegan nada porque, en una supuesta consulta, si se decide que no hay que decidir nada nuevo, seguirán igual: reivindicando sus derechos soberanistas en base a pasajes históricos. Pero los no nacionalistas, que son y se sienten tan vascos como españoles, se la juegan, porque en caso de perder en la consulta ellos sí dejarán de ser una cosa que sienten: dejarán de ser españoles.
Y este es el debate que entretiene a los vascos. Bien diferente al que se discute en cualquier otro rincón de España, en cuyas casas se exhiben tantas reliquias vascas enviadas por quienes engrosaron la emigración hacia Euskadi de otras regiones del Estado. . Este es el debate, aunque quizás un poco más enrevesado.

Fdo. JOSU  MONTALBAN    

sábado, 17 de mayo de 2014

¿QUO VADIS FELIPE? ( EL PAIS, 17 - 05 - 2014 )

¿QUO VADIS FELIPE?
¿De qué se trata ahora: de un jarrón chino, de un cultivador de bonsáis, de un diseñador de joyas, de un asesor de empresas multinacionales, de un Ex Presidente, se un conseguidor, de un pensador, de un omnisapiente,…? Ha irrumpido en la campaña para las Elecciones Europeas Felipe González, y lo ha hecho de forma brillante, más aún deslumbrante, tanto que ha dejado a todos los líderes políticos españoles estupefactos. Su propuesta de llegar a un acuerdo PP-PSOE, hasta el extremo de formar un Gobierno de coalición “si el país lo necesita” ha dejado descolocados a todos, incluso a él mismo, que no sabe explicar ni el modo como se puede hacer, ni en qué términos, ni cuales son las necesidades del país, ni siquiera de los paisanos. Porque, me da la impresión de que desde hace tiempo imita a Icaro, y vive sobrevolando España aunque guardando muy bien que sus alas no se derritan. Sin embargo no sé qué es lo que desde sus alturas, porque yo siempre he visto España como un lugar en que más de cuarenta millones de ciudadanos normales y corrientes, algunos de ellos muy humildes y atribulados por escaseces varias, viven supeditados al poder y caprichos de unos pocos. Sí, es verdad que votan, como ahora, mayoritariamente a los escasos poderosos, pero es el miedo el que tantas veces les guía, y el temor a que no les queden ni las migajas que se desprenden de las hogazas de los ricos.
Propugnar un acuerdo de los socialistas con el PP mediante un Pacto de Gobierno es despreciar al socialismo que él mismo ayudó a reconstruir. ¿Cuántos socialistas españoles, desde Pablo Iglesias hasta Ramón Rubial se mostrarían dispuestos a ejecutar tamaña afrenta? Creo que ninguno, lo cual no quiere decir que no haya asuntos que requieren acuerdos y buenas disposiciones compartidas por ambos partidos pero ¿quién sería el virtuoso capaz de escribir el programa de gobierno de tal unión PP-PSOE? Da la impresión de que Felipe González habla mucho de pájaros y flores (que son las necesidades del país) y muy poco de miserias, de paro, de ancianos mal atendidos, de niños pobres, de pobres de todas las categorías (que son las necesidades de los paisanos). Tal vez lo haga inspirado por el viejo dicho de que “todo el mundo es güeno”, pero cuando se trata de reflexionar en un programa de televisión, el rigor es fundamental.
¿Alguien cree que si el Gobierno del PP propone una subida razonable de las pensiones públicas, el PSOE se va a oponer? No, luego no hace falta estar sometido a un pacto de gobierno para ser juicioso. Y bien, ¿alguien ve por algún lado la posibilidad de que un jornalero andaluz, votante del PSOE, pueda ir a votar cogido de la mano de Aznar, por ejemplo, convencidos ambos de que persiguen el mismo fin? Pues no, las ensoñaciones acontecen cuando uno está dormido y, ahora mismo, son muchos los españoles que no pueden soñar porque tampoco pueden dormir, perseguidos como están por sus penurias, agobiados por las amenazas de recortes y pérdidas de derechos que Rajoy enarbola en cada una de sus comparecencias públicas.
Menos mal que la dirección socialista ha sido tajante al informar que no está de acuerdo con Felipe y que “no habrá gobierno de concentración”. Nunca he estadod e acuerdo en la afirmación felipista de que un ex presidente debe ser considerado como un jarrón chino porque estorba en todos los sitios. Un ex presidente no tiene por qué perder sus principios éticos ni su ideología, que se verán positivamente enriquecidos por sus conocimientos y experiencia en el ejercicio de su cargo, por eso no debe estorbar. Eso sí, cuando el jarrón chino tiene ruedas y se mueve sin control por las estancias sólo para hacerse omnipresente y siempre visible desde todos los puntos, corre el riesgo de mostrarse fuera del tiempo, de no ser coetáneo de las gentes que viven a su lado, lo cual es casi imposible y perjudicial.
Por todo esto, bueno será que Felipe González muestre discreción y, si aún le quedan arrestos, retorne a la arena para ver si encuentra adhesiones para sus teorías diabólicas. De no hacerlo será mejor que no use los servicios de megafonía de este coso taurino que es España porque un gobierno de coalición entre el toro y el torero se me antoja tan imposible como contraproducente para quienes viven y admiran el espectáculo desde el graderío.
Fdo.  JOSU  MONTALBAN     

lunes, 12 de mayo de 2014

PONGA ROMERO EN SU CASA (El Diario Norte, 11 - 5 --2014)

PONGA ROMERO EN SU CASA…
… Y EN LA DE SUS AMIGOS Y VECINOS. Según los estudios realizados en una Universidad del Reino Unido el olor a romero aumenta la memoria hasta un 75%. Tal como relata la noticia los estudios no parecen mostrar nada demasiado nuevo porque Shakespeare ya ponía en boca de su personaje Ofelia: “Aquí traigo romero que es bueno para el recuerdo”. Sin embargo, tengo la sospecha de que hay pocas plantas de romero en los jardines públicos que comparten los españoles, porque son demasiados los que parecen no acordarse de lo acontecido en los últimos años.
Según la mayoría de las encuestas que se han realizado, como preámbulo de las próximas Elecciones Europeas, el PP aún va en cabeza en la previsión de voto. Habrá quien lo achaque al hecho de que su cercano competidor, PSOE, atraviesa una crisis extraordinaria que le desprovee de todo aliciente; y habrá quien, amparándose en el descrédito de la Política admita que si no es aconsejable votar a los partidos de una tendencia, tampoco lo es votar a los de las otras tendencias. La razón es débil, pero una razón endeble repetida muchas veces y en diferentes ámbitos termina por cobrar fortaleza.
Quienes nos preocupamos por buscar un mundo mejor e intentamos difundir las ideas que sirvan para construirlo, andamos algo desanimados porque hay factores ajenos a la Política que han arraigado en ella, y hay políticos impostores que han llegado a puestos muy notables en ella mediante la doble estrategia de, primero, practicar la corrupción en alguna de sus múltiples facetas y, después, practicar la defensa a ultranza de sus perversas gestiones en base a subterfugios y rodeos que justifiquen sus propias corrupciones valiéndose de sus puestos preeminentes. El deterioro ético de bastantes políticos ha arrastrado a la Política a las cloacas sin prestar ninguna atención al hecho de que si no nos dirigen los políticos, -cuya mayoría son gente honrada-, lo harán los dueños del Capital y esos señores que desde el poder económico y financiero tanto influyen ya hoy en nuestros destinos.
Por todo esto, habrá que plantar romeros en los parques públicos para refrescar los recuerdos de los viejecitos que cobran cuatro reales de pensión y pagan un par de ellos en copago farmacéutico; habrá que llenar los jardines de las escuelas y universidades de las flores casi moradas del romero para que todos recuerden que las prestaciones de la Educación son cada vez más escuetas; habrá que regalar romeritos a los dependientes para que recuerden como las ayudas que recibían para atenuar sus carencias se han quedado en meras limosnas poco resolutivas; habrá que alinear romeros flanqueando los caminos para que los desempleados que por ellos transiten recuerden de qué modo han ido enflaqueciendo sus subsidios y de qué modo se ha alejado de sus esperanzas la posibilidad de alcanzar un nuevo empleo. Y así sucesivamente, porque durante los dos años y pico del Gobierno del PP la ciudadanía más normal y humilde no ha recibido ni una sola alegría y, por el contrario, ha visto cercenados sus derechos laborales y sociales, ha visto esquilmados sus monederos después de que hayan renunciado a usar billeteras por innecesarias a causa de la ausencia de billetes, y ha visto desprotegidas, al mismo tiempo, su seguridad y su libertad.
Pues bien, todo esto ha acontecido por voluntad expresas del Gobierno de derechas del PP, sin que ningún otro grupo político se lo haya propuesto y sin que ninguno le haya apoyado. Eso sí, para justificar tales reducciones y recortes  han buscado justificación en los consejos y mandatos de Merkel y de Europa, que vienen a ser lo mismo.
¿Cómo puede ser que las encuestas sigan inclinándose a favor del PP para las próximas Elecciones Europeas? Como no quiero recurrir al término “necedad” lo haré a este otro, mucho más benigno, de “ausencia de romero”. Porque, además de recortar todo lo enumerado hay que recordar, por ejemplo, este sencillo titular de un periódico reciente: “Los dueños del Ibex son un 67% más ricos desde que gobierna Rajoy”. También esto es preciso recordar. Y dado que estos dirigentes del PP son tan cínicos que no se ruborizan ni cuando son descubiertos en falsedad, hay que extremar las medidas para agilizar las memorias del vulgo votante. Según las investigaciones de la Universidad de Northumbría, en Newcastle (Reino Unido), la solución está en sentir el olor a romero. Poned, pues, muchos romeros en vuestras huertas y jardines. Poned romeros por todos los lados.
FDO.  JOSU MONTALBAN  

jueves, 8 de mayo de 2014

EL FÚTBOL NO SE MERECE ESTO

EL FÚTBOL NO SE MERECE ESTO
En el que es, en mi opinión, uno de los libros más bellos de cuantos se han escrito sobre el fútbol, - “El Fútbol, a sol y a sombra”, de Eduardo Galeano -, el autor hace una primera confesión que deberían tener muy en cuenta tantos lenguaraces que pueblan las tertulias radiofónicas y televisivas, y lo hacen con la única intención de ensalzar a sus equipos y denostar a sus rivales al margen de los merecimientos reales de unos y otros. Confiesa Galeano: “”Yo no soy más que un mendigo de buen fútbol. Voy por el mundo sombrero en mano, y en los estadios suplico: ‘Una linda jugadita por amor de Dios’. Y cuando el buen fútbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece”.
El fútbol es un deporte bello que se mira y admira desde las gradas alineadas en los cuatro lados de la cancha rectangular. Pero es también un espectáculo, y es sobre todo un negocio que mueve cantidades ingentes de dinero. Para que el negocio fuera cuanto más productivo se inventaron las competiciones, y se instrumentalizaron los equipos, alrededor de los cuales los hinchas enarbolan banderas, insultan a los jugadores contrarios, amedrentan y amenazan a los árbitros y, por fin, demuestran sus alegrías o tristezas usando el mobiliario urbano de las ciudades de modo inapropiado, sea movidos por la pena o por la euforia. Sí, también hay hinchas comedidos que entonan himnos y columpian sus bufandas acompasadamente en las gradas. Pero la gran mayoría, incluidos estos, adolecen de buenas dosis de ceguera cuando se disponen a valorar el espectáculo que están contemplando sobre el césped. Allí, en el cuadrilátero, los hinchas vitorean a los jugadores de su equipo, que son los “ángeles”, y abuchean a los del rival, que son los “demonios”. Es curioso que sean once los jugadores por cada equipo, contabilizados uno a uno, mientras los miles de espectadores e hinchas solo son contabilizados como uno: ellos -todos- son el jugador número doce, para el que no hay entrenamientos, y si en algún partido se le alaba por parte de los informadores es porque ha voceado sin cesar y con el mayor estruendo. Para poder ser el jugador número doce hay que pagar una entrada al estadio, nada barata, cuyo dinero se reparten entre los jugadores del uno al once y algún otro cargo técnico del equipo.
A pesar de ser un deporte complicado en el que comparten espacio ingredientes difíciles de definir y calibrar, son demasiados los que se consideran expertos, más bien todos los que lo contemplan. Pero casi nadie de los que más opinan ha leído libros sobre técnica y estrategia del Fútbol. Ellos hablan de impresiones, pero no de las percibidas a través de sus sentidos, sino de las que fluyen del corazón, que suele ser fuente inagotable de pasiones. Por eso, ahora que el fútbol arremolina a su alrededor negocios abusivos y, en muchos casos, fraudulentos, da pena ver a tertulianos de los espacios deportivos, que en lugar de hablar de Fútbol estrujan su magín para inventar ocurrencias cuyo único destino es realzar a los dos equipos, -Real Madrid y Barça-, que más vergüenza y rabia producen a tantos españoles agobiados por la crisis y sus consecuencias, dados sus dispendios, las fichas multimillonarias que pagan a sus jugadores mediante fórmulas sofisticadas que les ayudan a evitar el pago de impuestos, el descubrimiento de fraudes alevosos en determinados contratos y el escaso ejemplo ético que sus deportistas dan en los estadios. Estos tertulianos, aunque no en todos los casos, acuden al foro de debate ataviados con camisetas y distintivos de “su” equipo. ¿Por qué pensar que estos banderizos saben de Fútbol? ¿Por qué tener en cuenta lo que dicen? Sirva como ejemplo que, ahora que ha surgido un tercero (que actualmente es primero) en discordia, tampoco ha conquistado en las tertulias el lugar que le corresponde. El Atlético de Madrid es aún una especie de convidado en tales debates.
Y sin embargo el Fútbol es un bonito juego, un deporte muy completo y un vistoso espectáculo. Imagino al primer practicante del fútbol: un muchacho pensativo que caminaba mirando hacia el suelo y vio una pequeña piedra a la que golpeó con su pie. Algunos metros más adelante vio otra piedra a la que golpeó con otra pretensión: mandarla cuanto más lejos. Más adelante vio una tercera piedra a la que golpeó con otra intención, cual era dirigirla contra el tronco de un árbol que había a poca distancia de allí. Cuando llegó el muchacho a su aldea contó a sus vecinos aquella experiencia y casi todos los muchachos ensayaron aquella práctica que él les había descrito. Organizaron fiestas y concursos en los que unos exhibían su fuerza y otros su habilidad en el golpeo de las piedras con el pie. Cuando al más sagaz de los muchachos se le ocurrió que todo aquello podía ejecutarse en equipo, los concursos de fuerza y de habilidad devinieron en competiciones en que unos grupos se enfrentaban a otros, en espacios improvisados a los que acudían los vecinos y aplaudían con admiración a los más fuertes y virtuosos.
Alguien diseñó un espacio limitado cuando vio que los espectadores se confundían con los jugadores porque no tenían adjudicado un lugar concreto para ellos. Y alguien fue poniendo las reglas que debían regir los concursos y los campeonatos para que todo fuera evaluable mediante la exactitud que garantizan los números. Cuando se delimitó el espacio que debían ocupar los jugadores y el que debían ocupar los espectadores, quedó instaurado el espectáculo. Al principio un espectáculo casi rudimentario, pero muy pronto se pensó que si se establecía  otra barrera en las espaldas de los espectadores que impidiera acceder a los meros fisgones, la autoridad competente podría imponer el pago de una cantidad para poder disfrutar del espectáculo. ¿Adónde debería ir a parar el dinero reclutado de este modo? Los dueños del espacio ocupado reclamaron su parte, y los artífices del espectáculo también reclamaron la suya. Así hemos llegado a nuestros días, de este modo sencillo, pero en algún momento la naturalidad se ha mudado en artificio, de modo que ya no hay niños que hagan porterías despojándose de su jersey para jugar al fútbol en medio de una plaza pública. El juego de entretenimiento llamado Fútbol ya no se improvisa en un instante: se programa y se anuncia. La infancia juega pero no se divierte realmente porque, desde muy pequeños son atosigados, se les exige desenvolverse como si se tratara de los grandes ídolos del Real Madrid o del Barça, pero no exactamente porque la perfección sea algo bello sino porque a un costado de la cancha algún familiar directo, que sueña con que su niño sea millonario en el día de mañana, no para de reconvenir cada una de las andadas futbolísticas del niño.
Mientras tiene lugar este proceso los expertos tertulianos de los espacios deportivos hablan de su Real Madrid y de su Barça olvidando que de lo que deben hablar es de Fútbol. Galeano lo explica con gran habilidad: “Cuando concluye la vibrante jornada en el coloso de cemento, llega el turno de los comentaristas. Antes los comentaristas han interrumpido varias veces la transmisión del partido, para indicar a los jugadores qué debían hacer, pero ellos no han podido escucharlos porque estaban ocupados en equivocarse. Estos ideólogos de la WM contra la MW, que viene a ser lo mismo pero al revés, usan un lenguaje donde la erudición científica oscila entre la propaganda bélica y el éxtasis lírico. Y hablan siempre en plural porque son muchos”.
Hay que terminar. El Fútbol es un bello juego, un gran deporte y un vistoso espectáculo que no merece convertirse en lo que realmente es ahora mismo: un escandaloso negocio.
Fdo.  JOSU MONTALBAN               

jueves, 1 de mayo de 2014

PALABRAS CALCULADAS ( EL PAIS, 1 - 5 - 2014)

PALABRAS  CALCULADAS
El Juez del Tribunal de Justicia del País Vasco que ha archivado la denuncia contra el dirigente abertzale Hasier Arraiz por enaltecimiento del terrorismo ha calculado tanto el alcance de sus palabras como lo hizo el propio Arraiz cuando pronunció las suyas en el homenaje a los asesinados Brouard y Muguruza, que empujó a los quisquillosos de la asociación Dignidad y Justicia a denunciar al dirigente abertzale. Hubiera sido más razonable que el Juez Iriarte hubiera dictado el sobreseimiento sin aportar explicación ninguna. Lo cierto es que a Hasier Arraiz se le han acabado los agobios, pero la sociedad vasca no puede encontrar en el texto que recoge la noticia nada más que ambigüedades.
Hasier Arraiz dijo en aquel homenaje que “hace 35 años (tiempo pasado desde los asesinatos) la izquierda abertzale hizo una elección que consideramos acertada. No participamos en un juego que no tenía nada de democrático… No estamos dispuestos a rechazar ni a revisar nada de aquello; es más reivindicamos, con todos nuestros errores, lo que fuimos y lo que somos, lo que hemos hecho y lo que hacemos”. Con ser éstas unas palabras miserables, teniendo en cuenta lo ocurrido durante los 35 años transcurridos, llevar esto a los Tribunales era un exceso. Sin embargo el veredicto resulta muy poco edificante, porque lo dicho por Arraiz no es, como ha dicho el Juez, “ambiguo y desacertado”.
Ni resulta de recibo que sea el auto del Tribunal el que intente poner paños calientes advirtiendo que Arraiz “es presidente de un partido legal cuyos estatutos excluyen el uso de la violencia para la obtención de fines políticos”. Es curioso que el mismo Juez diga que las palabras de Arraiz “en ningún caso incitan a la comisión de actividades terroristas aunque presenten dudas respecto a su intención”. Al fin el Juez parece lleno de dudas, por lo que aplica el principio “in dubio pro reo”. Y justifica al autor de las palabras con afirmaciones como que fuero dichas “a bote pronto”, poco elaboradas y pensadas, que fueron dichas “sin la debida meditación”, lo que excluye que pueda suponer un delito doloso “en el que solo cabe incurrir de forma voluntaria”. No es extraño, pues, que la dirección de SORTU se haya empavonado y haya hablado de forma gratuita de “ataque a la libertad de expresión”.
El tema no da mucho más de sí, pero debe servir para recalar en la endeblez de las afirmaciones contenidas en la sentencia, al menos, de las que han trascendido a los medios de comunicación. Porque las palabras de Arraiz, que tienen su razón en cuanto aconteció en la década de los setenta del siglo anterior, en un tiempo en que las características de ETA y de la Izquierda Abertzale eran unas concretas, bien poco tienen que ver con lo acontecido en los 35 años pasados desde entonces, después de que la Democracia se implantase e, incluso, desarrollase medidas de gracia y amnistías que debían haber llevado al desistimiento de los terroristas y de los cómplices violentos. Cuando Arraiz reivindicó todo lo ocurrido también estaba reivindicando como bueno el secuestro durante un año de Ortega Lara, o el asesinato brutal de Miguel Ángel Blanco, o el atentado de Hypercord, o los muchos cientos de asesinatos  que acontecieron desde entonces.
Es por esto que las explicaciones aportadas por el Juez para justificar el sobreseimiento me parecen, no ya un error, sino una osadía. No se puede llamar “ambiguo” a lo que es ignominioso, ni “desacertado” a lo que es infame. No se pueden considerar “desafortunadas” unas palabras que agreden tan violentamente a las víctimas y a todos los ciudadanos de buena voluntad. Y sobre todo, no se puede admitir como atenuante el hecho de que el líder abertzale se pronunciara “sin la debida meditación”.
En realidad estamos ante la farsa de las palabras calculadas. Calculó los riesgos de sus palabras Hasier Arraiz cuando habló como un lenguaraz, y los ha calculado el Juez para fundamentar esa duda que le ha embargado, y le ha llevado a usar el fatuo principio (en este caso) del “in dubio pro reo”. ¡Curioso reo, este Hasier Arraiz!

FDO.  JOSU  MONTALBAN