lunes, 26 de octubre de 2015

UNA ESCUETA Y BÁSICA REFLEXIÓN... (El Diario Norte, 26-10-2015)


UNA ESCUETA Y BÁSICA REFLEXIÓN…

… sobre la Propiedad privada.
La noticia que acabo de leer en un diario de gran tirada es fácil de interpretar: “Amancio Ortega pugna con Bill Gates por ser el hombre más rico del Mundo”. (En el mismo día hay otro diario que encabeza su información con “Amancio ortega, el hombre más rico del Mundo, según Forbes”. Ambas noticias son reales porque, al final, el detalle de ambas solo tiene que ver con el hecho de que determinados bursátiles de última hora hicieron fluctuar las fortunas de Gates y Ortega a la hora de definir quién de los dos es el más rico. ¡Qué más da! Me voy a quedar con quien más cerca está de mí es decir con Amancio Ortega, pero no precisamente para hacer una semblanza suya sino para sacar una conclusión tan sencilla como definitiva: la propiedad privada, en un sistema capitalista como el que nos atañe, puede degenerar en una flagrante e insoportable injusticia.
Si la “propiedad” es la “facultad o el derecho a poseer algo, dentro de los límites de la ley”, si Ortega ha sido capaz de amasar la terrible fortuna que posee, ha de ser porque la Ley ha sido poco estricta o, en todo caso, no se ha puesto al servicio de todos los ciudadanos por igual. Forbes ha hecho público el ranking de los más ricos. El patrimonio de Amancio Ortega, contabilizando sus bienes inmuebles, sus inversiones en Bolsa y sus propiedades empresariales, llega a 71.700 millones de euros, que puestos en pesetas, -que sigue siendo la unidad monetaria que usan tantos millones de españoles pobres o humildes-, son casi dos billones (con “b”, no con “m”) de ellas. No es extraño, por tanto, que aparezca en las fotos que ilustran la noticia con una sonrisa de oreja a oreja, las manos en los bolsillos y una oronda panza, que son los símbolos que identifican a los satisfechos.
Yo no sé si este hombre está preocupado por algo, porque para más inri su hija Sandra tiene el futuro solucionado, al menos en el aspecto económico, con su fortuna, conquistada o heredada, de 7.200 millones de euros. No parece estar preocupado, pero muchos de sus compatriotas españoles sí están preocupados, no en vano hay en España más de un 20% de personas por debajo del umbral de la pobreza. De cualquier modo, cuando no se controlan ciertos comportamientos, que permiten almacenar fortunas de esta dimensión deberemos convenir en que el sistema socioeconómico es tan injusto como inadecuado.
La injusticia inherente al mismo sistema pretender ser contrarrestada mediante acciones caritativas y solidarias, protagonizadas por los mismos favorecidos, que siendo encomiables y útiles para ganar la gloria del cielo, no deberían ser admitidas aquí en la Tierra. Por ejemplo Ortega anunció hace algunos días una donación de 17 millones de euros para financiar los tratamientos de cáncer en la sanidad pública gallega. Nada puede aducirse en contra, pero este tipo de donaciones, que acarrearán beneficios fiscales para el propio donante, no disminuyen la gravedad del problema, que no es otro que el que deriva del hecho de que en medio de una crisis económica que afecta a todo lo público, el patrimonio privado de una sola persona sea tan desmesurado.
Sería interesante conocer de qué modo ha hecho esta fortuna Amancio Ortega, y saber qué piensa de sí mismo, qué piensa de su gran fortuna, y si la considera justa o injusta a tenor de la situación actual que atosiga a tantos españoles. Y sería muy interesante conocer al detalle de qué modo cumple Ortega sus obligaciones fiscales. No lo escribo con ánimo condenatorio, sino por simple curiosidad. Sin otra pretensión añadida. Eso sí, he puesto en números lo que los diarios han puesto en letra para que los lectores se den cuenta de lo extraordinario de la cantidad. La fortuna de Amancio Ortega es de 71.700.000.000´- euros, que traducidos a pesetas  se convierten en 11.928.876.200.000´- pesetas. Lo cual alcanzaría para abonar durante casi seis millones de años a alguien que ganara un sueldo de mil euros mensuales. Como se puede ver se trata de cifras que no son comprensibles. Por eso precisamente me permito afirmar que este hecho tan desmesurado, -la fortuna de Amancio Ortega-, sólo responde a un sistema económico perverso, injusto y brutal. Además de inhumano.


Fdo.  JOSU  MONTALBAN         

jueves, 22 de octubre de 2015

LOS EMERGENTES Y LA IZQUIERDA ESPAÑOLA (DEIA, 22 - 10 - 2015)

LOS EMERGENTES Y LA IZQUIERDA ESPAÑOLA

La irrupción en la Política española de dos fuerzas emergentes como Ciudadanos y Podemos, aprovechándose ambas del descrédito en que han caído las dos fuerzas políticas que han venido configurando lo que se ha dado en llamar “bipartidismo”, igualmente desacreditado como tal, ha traído consigo un nuevo modo de comportamiento que, a la postre, adolece de los mismos déficits y riesgos que aquejaban al tiempo anterior. La “gente”, que es el nuevo término que ha venido a sustituir al ya viejo “sociedad”, se ha visto supeditada a los discursos y artimañas que los líderes emergentes vienen utilizando para hacerse con el predominio, primero, y con el dominio de la situación, después.
La corrupción, que ha sido la razón esgrimida para desacreditar al sistema imperante, no ha sido patrimonio exclusivo de la clase política. Los corruptos más famosos no han sido los políticos en ejercicio, sino los que han administrado el poder social y económico, que en muchas ocasiones no ha coincidido con el poder político e institucional. Es bien cierto que los casos de corrupción, siquiera tangencialmente, han contado en algunos casos con la aquiescencia de dirigentes institucionales y políticos, pero la corrupción ha invadido casi todos los campos y ambientes, y se ha instalado en los aledaños del poder de cualquier tipo para garantizarse el éxito. Nadie se ha librado de caer en la tentación: políticos sí, pero en mayor número banqueros, empresarios, juristas, sindicalistas, economistas, etc…, es decir todo aquel que ha manejado dinero en gran cantidad para especular con él. Por si fuera poco la opinión pública se ha visto invadida por acusaciones de fraude en ayudas públicas y subsidios percibidos a través de las oficinas públicas, de ayudas sociales destinadas a los más desfavorecidos.
En medio de esa nauseabunda nube, Ciudadanos ha intentado capitalizar los votos de derechas, y Podemos ha hecho lo propio con los votos de izquierdas. Ambos, aunque de vez en cuando porfíen entre ellos para hacerse con los votos de ese centro político indefinido y desideologizado, juegan a lo mismo, aunque lo hagan mediante actitudes y comportamientos bien diferentes. Al descrédito generalizado de la Política ambos han respondido con el mismo slogan: aquí estamos nosotros para echar a los corruptos, limpiar las Instituciones y gestionar los dineros con eficacia.
Previamente, ambos han negado las reglas clásicas y establecidas. Para ellos no existe la izquierda porque tampoco existe la derecha, y viceversa. Es decir, que la derecha del PP y la izquierda del PSOE ya no tienen ninguna razón de ser, peor aún, ambos son causantes a partes iguales del mal que nos aqueja. Que Rivera haya pertenecido a la derecha española hasta que decidió exhibirse en pelotas en un cartel electoral, no parece importarle, de modo que afirma que ha llegado a este momento de la Política para redimir a esa derecha y a sus acólitos. Que Pablo Iglesias proceda de la izquierda sucesora del PCE, a la que no se esforzó en mejorar y adecuar a los nuevos tiempos, tampoco debe importarle, hasta tal punto que ya se ha impuesto, lo primero de todo, destruir a la vieja izquierda de Iu para, a continuación, emprenderla a mamporros y descalificaciones con el PSOE.
Sin embargo, el nuevo horizonte muestra comportamientos diferentes en la derecha y en la izquierda. Ciudadanos, con la debida cautela, ha irrumpido sin mostrar una violencia excesiva hacia la derecha del PP. En todo caso, frente a la derecha del PP de Rajoy, que se muestra heredera de los viejos tiempos, asimilables a los últimos años del franquismo y a la Transición, Ciudadanos se muestra, contundente, totalmente desmarcado de la corrupción que tiene al PP agujereado como si se tratara de un queso gruyere. Pero, ¿muestra Ciudadanos alguna señal que le pueda distinguir, en su ideología y estrategia política, del PP? Creo que no, que la única razón por la que Ciudadanos está donde está ha sido el oportunismo de la formación y la osadía del líder Rivera. En contra juegan sus propuestas, que en nada se diferencian de las de la vieja derechona española en lo económico y lo social.
En la izquierda no pasa lo mismo. La irrupción de Podemos aconteció de un modo diferente, porque el PSOE había sufrido un varapalo importante en las Elecciones Generales, e IU continuaba con su camino al Calvario, a pesar de que la debacle socialista le hubiera dado un respiro. La insoportable ambición de Pablo Iglesias y Podemos ha sido un virus brutal para la izquierda española, siempre proclive a obsesionarse en debates ideológicos alrededor de los matices, lo cual la ha hecho en algunos casos autodestruirse en discusiones y debates numantinos. Podemos es una formación de izquierdas que no se define como tal porque teme, con mucho fundamento por cierto, que en la izquierda española hay una formación mayoritaria en apoyos que es el PSOE. No obstante, aunque el tiempo ha de ser el que dicte sentencia, resulta doloroso ver a Pablo Iglesias obcecado hasta los tuétanos por conseguir el debilitamiento (o la desaparición) de IU. Probablemente, en ese juego de siglas que Podemos pretende imponer eliminando “IU” de los carteles electorales, el PSOE sería el más beneficiado, pero a la vez la izquierda española perdería gran parte de su noble Historia y de su legitimidad.
Los emergentes pueden ser útiles. Lo son ya, pero puede llegar a serlo mucho más si no les apremian las prisas, si no quieren inventar lo ya inventado y en vigor, si no avasallan a base de violencia dialéctica que solo puede servir para desacreditar, aún más, la Política. No es bueno poner en entredicho los valores y principios intrínsecos en que se asienta la Política. Al final los que llegan a ella tan impregnados de ansiedad suelen administrarla desde el atolondramiento y la misma prisa que les invade.
Los otros partidos políticos han de sacar conclusiones. Principalmente los que han venido protagonizando la Política que cuestionan los emergentes. Vivimos tiempos difíciles. La Economía se ha convertido en la única estrella que guía la Política, no solo la macropolítica que mueve el dinero y los negocios por todos los confines del Mundo, también la micropolítica que afecta a cada uno de los ciudadanos, a cada uno de los que componemos esa masa heterogénea que los emergentes llaman “gente”. No basta con denunciar la inacción de los otros. La izquierda española la componen ahora mismo tres partidos de ámbito nacional (PSOE, IU y Podemos), junto con algunas formaciones de ámbito autonómico en las que suele primar más la inquietud nacionalista o secesionista que la social. Lo peor que le puede pasar a dicha izquierda es, precisamente, someterse a un debate irracional y encarnizado que impida a las formaciones de izquierda y progresistas llegar a acuerdos suficientes para que actúen de forma unitaria. Desde luego que la derecha española, mucho menos cuarteada que la izquierda, obrará como siempre lo ha hecho: actuando en bloque.
Será una pena que la izquierda se obsesione en peleas bizantinas a partir de ahora. Cuatro años de Gobierno de esta derecha del PP en España nos han retrasado más de diez años en los aspectos sociales. La Economía tal vez haya mejorado y ofrezca cifras algo más halagüeñas, lo cual satisfará a los banqueros y a los empresarios mejor instalados, pero la felicidad de los ciudadanos, de la gente, es un bien cada vez más difícil de alcanzar. Cada vez son más los que sienten su felicidad tan amenazada como imposible. La felicidad de todos los que aspiran a ser felices, o la provee la izquierda o no será posible. Si no, al tiempo.

FDO.  JOSU MONTALBAN

lunes, 19 de octubre de 2015

"YO SOY EL ÚNICO RESPONDABLE..." (Artur Mas) El Confidencial Digital ( 19 - 10 - 2015 )

“YO SOY EL ÚNICO RESPONSABLE…” (ARTUR MAS)

Este fue el inicio de la frase que Artur Mas odreció al Tribunal Superior de Justicia para culminar de ese modo su intento de inmolación voluntaria, es decir de autoinmolación. La frase completa, (“yo soy el único responsable de lo que aconteció el 9-N, aunque fuera una legión de voluntarios la que lo ejecutó”), define claramente al personaje que nos ocupa, probablemente uno de los más nefastos políticos españoles desde que se recuperó la Democracia.
Pocas veces se ha visto una comitiva más absurda que la que formaron Artur Mas, y quienes le acompañaron, al acudir a declarar ante los jueces el día 15 de octubre en Barcelona. Es verdad que esta parafernalia impostada responde a ese empeño de una minoría de catalanes (poco más que un 33% de los contenidos en el censo electoral), que quieren la independencia de Cataluña. Y es verdad también que no es bueno que la Política muestre su impotencia ante esta propuesta populista de Mas, que está convulsionando en exceso a la sociedad catalana y está convirtiendo la convivencia de los catalanes en una quimera. Pero, siendo verdad eso, ya no caben más paños calientes: la máxima responsabilidad de esta debacle es de Artur Mas. Resulta clarísimo que si Artur Mas toma el camino que la Ética y la Decencia deberían dictarle, es decir si se va, la discusión sería más razonable y la solución del problema, aun siendo complicada, empezaría a ser atisbada.
15 de Octubre en Barcelona: la procesión de encorbatados, con Mas a la cabeza, para asistir a la autoinmolación del President resultó patética. La foto frontal exhibida en los diarios, que completaban siete hombres y tres mujeres (una de ellas, como es lógico, su esposa) no puede resultar más agresiva para tantos españoles, -catalanes incluidos-, que acuden solos a los Juzgados, interiormente avergonzados quienes se saben culpables, por causas mucho menos escandalosas que esta de Artur Mas. Porque a mí no me cabe ninguna duda de que Mas se va a ir de rositas, incluso reforzado, mientras que a quien, por ejemplo, ha robado en el cepillo de una iglesia para dar de comer a sus hijos hambrientos, la vergüenza ante sus vecinos y conciudadanos le caerá sobre la cabeza y su reputación como un mazazo irresistible.
Artur Mas no está avergonzado por incumplir la Ley o las normas democráticas. Inflado como un pavo ha pasado bajo la bóveda que improvisaron 400 alcaldes catalanes de las fuerzas afines ocasionalmente a Mas con sus bastones de mando, de madera noble tallada y puños esculpidos. Jamás los bastones de mando de los alcaldes sirvieron para un acto tan escasamente edificable. La cohorte que le acompañaba también pasó bajo los bastones, probablemente sintiendo como el poder legal y legítimo se doblegaba ante la soberbia de quien se considera por encima de la Ley. Así ha sido, tras la desobediencia la soberbia. Él, que ha firmado tantas leyes catalanas, controvertidas como casi todas, que algunos catalanes han aplaudido y otros han abroncado, se niega a acatar las Leyes de los estamentos superiores a los que él preside. Que pueden ser desacertadas, sin duda, lo mismo que las que él ha firmado. Por eso su deber es dar ejemplo y acatar la Ley.
El asunto traerá cola. Ya la traía desde que su cobardía le empujó a llamar “proceso participativo” a lo que era un referendo ilegal, lo que ha llevado a que alguien haya afirmado que se trata de “un demócrata perseguido por poner urnas”. Lejos de haber acudido al lugar convencido de que deberá acatar los veredictos, ha recibido con una sonrisa palmadas envenenadas de sus compañeros, como la del Coordinador de CDC Rull que se ha permitido adelantar que “Cataluña tiene el derecho y el deber de ignorar una posible inhabilitación del presidente catalán”. Me permito afirmar que no creo que haya habido nadie en ningún Gobierno del Mundo que haya apuntalado su liderazgo con una cartilla de servicios y éxitos tan escasa como la de Artur Mas. Como líder político, y como gobernante, no muestra más caudal que su oportunismo y su osadía. Ha dicho que “desoír a la Justicia si le inhabilita dependerá del momento político en que estemos y de la situación jurídica del país”. ¿Cabe desafío mayor?
Puede ser que llegue a armarse la de San Quintín, que debió ser farragosa e incomprensible. De momento la mayoría de los líderes políticos españoles que no están en ese engendro que se llama “Junts Pel Si”, resuelven el conflicto refiriéndose a él como buenamente pueden, y demasiado remisos en sus valoraciones sobre las bravuconadas de Mas. Desde luego que lo primero de todo critican, todos ellos, los pasos dados por Mas de forma unilateral; y después abogan para qué el problema sea resuelto en el ámbito de la Política, porque “la solución está en el diálogo, la amplitud de miras y los acuerdos democráticos”. Este último entrecomillado pertenece a otro líder político español, nacionalista como Artur Mas, pero mucho más juicioso que él.
Y yo subrayo estas últimas palabras de Ortúzar (PNV). Igualmente hago mías las palabras de Pedro Sánchez, que tendrá que afrontar el problema si finalmente llega a la Moncloa, que imputa la parte de responsabilidad que le toca a Rajoy y a su Gobierno, por haberse mostrado tan escasamente avezados e inteligentes para evitar este enfrentamiento irracional… Pero el responsable de este desaguisado ha sido, y sigue siendo, el incompetente Artur Mas.


Fdo.  JOSU MONTALBAN    

martes, 13 de octubre de 2015

EUSKADI VERSUS ESPAÑA. DOS DEBATES DE POCO FUSTE (El Diario Norte, 13-10-2015)

EUSKADI VERSUS ESPAÑA. DOS DEBATES CON POCO FUSTE

Andan como exaltados, o asustados, los tertulianos de la televisión vasca, -y también los de otras cadenas televisivas-, con dos asuntos que han acontecido casi a la vez y han provocado sendas discusiones absurdas e innecesarias. Diferentes líderes socialistas, gobernantes actualmente en otras tantas Comunidades Autónomas, han urgido a que se revise el Cupo que ha de pagar el Gobierno Vasco al Gobierno Español en cumplimiento de la Ley del Concierto Económico. Casi a la vez se ha armado otra trifulca porque la líder del PP vasco Arantza Quiroga ha retirado su propuesta relativa a la Ponencia de Paz del Parlamento Vasco, al parecer tras una refriega con la dirección del PP de Madrid. Los tertulianos han coincidido, en su gran mayoría, en afirmar que ni el PSOE ni el PP tienen una visión específica del tipo de política que hay que hacer en Euskadi. Y se han quedado tan panchos con esa conclusión tan simplona, claro que la mayoría de tales tertulianos actúan con un sesgo tan nacionalista, y emiten opiniones tan interesadas y poco rigurosas, que no cabe esperar otro tipo de resolución. 
Ahora da la impresión de que Arantza Quiroga, a la que los oradores nacionalistas han machacado cada vez que han podido, se ha convertido en una especie de diosa sacrificada en el altar de la capital de España solo porque matizó en su documento que la Izquierda Abertzale (IA) debía “rechazar” la violencia etarra, en lugar de “condenar”, que era la palabra que rezaba en tiempos pasados. Aunque es verdad que esa variación tan nimia no parece suficiente para que la dirección de su partido la reconvenga, es evidente que el esfuerzo que están haciendo los nacionalistas (tertulianos o no) para valorar positivamente su actitud solo tiene que ver con el hecho de que la dirección máxima del PP la haya llamado al orden. Si Arantza Quiroga de hubiera empecinado y hubiera seguido por su camino la IA habría buscado las vueltas y habría terminado por arrinconarla, con la ayuda, claro está, del nacionalismo político y mediático, porque también la pacificación y la convivencia en Euskadi pasa por aceptar a pie juntillas sus estrategias y posicionamientos.
El segundo debate suscitado en torno al Cupo, -que no al Concierto Económico, al que todos los líderes políticos vascos han blindado de forma harto sospechosa-, ha tenido como protagonistas a los socialistas y, principalmente, los nacionalistas como gobernantes en Euskadi y Navarra. Cuando Susana Díaz, y otros tres dirigentes más, han propuesto que se revise (o “recalcule”) el Cupo vasco, los dirigentes nacionalistas han puesto el grito en el cielo utilizando para ello la argucia de insinuar que se estaba cuestionando el Concierto Económico de Euskadi y el Convenio con Navarra. Y la argucia les ha salido bien porque los vascos, al menos el 90% de ellos, no saben con detalle lo que es el Cupo y apenas saben que el Concierto y el Convenio sólo son normas o leyes de orden económico y tributario cuya comprensión se les escapa.
Desde luego que, ni Urkullu ni Ortúzar ni Atutxa les han explicado nada al respecto porque se trata de un término tan sagrado que no cabe en la mente de los humildes, hasta tal punto que está protegido por unas “rayas rojas” que, como dijo Urkullu, son intocables. Sin embargo resulta chocante que esa contumacia casi irracional que muestra el PNV cuando defiende el Concierto se ha visto respaldada por el PP “españolísimo”, y sobrepasada por los líderes de BILDU, a quienes la LTH en que se apoya y sustenta siempre les pareció una conquista propia de cobardes y pusilánimes. De modo que el populacho se siente agredido porque ve enfurecidos a los gobernantes vascos, a los más adinerados y a las fuerzas nacionalistas.
Lo cierto es que a casi nadie le ha interesado entrar en el fondo del debate, sin embargo una lectura seria y responsable de cuanto está aconteciendo debería concluir en dos datos curiosos: que la Ley del Concierto Económico actualmente vigente fue firmada por José María Aznar tras haberla negociado con el PNV, y que la Ley que regula el cálculo del Cupo mediante una farragosa fórmula que fue pactada entre los dos Gobiernos, -vasco y central-, ha caducado hace casi cinco años, ya debería haber sido renovada, y solo ha sido prorrogada ante la falta de acuerdo entre los gobiernos concernidos.
O sea que lo que se está reivindicando cuando se pide que se “recalcule” el Cupo sólo es que se lleve a efecto lo que tenía que haberse acordado hace casi cinco años. Si tan convencido está el nacionalismo de que el Cupo que paga actualmente está ajustado e, incluso, es superior al estipulado por la Ley, nada será mejor que sentarse en una mesa y tirar de datos, de cifras y de calculadora…
… Y dejar de marear la perdiz para que los tertulianos no parezcan soldados aturdidos y asustados que disparan a todo lo que se menea. Y sobre todo para que no saquen esa conclusión tan gratuita de que PP y PSE(PSOE) no tienen criterio para gobernar las cosas de aquí (que es como llaman a la política vasca).


Fdo.  JOSU MONTALBAN 

lunes, 12 de octubre de 2015

EL EJEMPLO DE GRECIA: HA GANADO SYRIZA (Deia, 12-10-2015)

EL EJEMPLO DE GRECIA: HA GANADO SYRIZA

Estaba inmerso en la lectura de las últimas páginas del libro de Pedro Olalla “Grecia en el aire” cuando me enteré del resultado de las Elecciones griegas del domingo 20 de Septiembre. Los griegos han vuelto a confiar en Syriza y en Tsipras. ¿Podía ocurrir otra cosa? Evidentemente sí pero, ¿era razonable? A pesar de lo ocurrido desde que Syriza fue elegido hace ya ocho meses, nada diferente cabía, porque aunque es verdad que Tsipras “engañó” a los griegos, porque se doblegó con demasiada facilidad ante las imposiciones de la Troyka, aunque es verdad que Tsipras no siguió los deseos que los ciudadanos griegos expresaron en el referendo celebrado posteriormente, aunque todo eso fuera verdad, los demás partidos griegos han actuado con una desidia excesiva durante este tiempo como si, sintiéndose impotentes ante la situación lo dejaran todo en manos de la fortuna siempre tan ambigua. ¿Qué podían hacer los griegos en esta situación? ¿Echarse en manos de los desidiosos que se habían mostrado complacidoscon las imposiciones de la Troyka? ¿Entregar la dirección y administración de sus vidas a quienes habían aceptado con delectación las rigurosas medidas inherentes al rescate financiero? No, no cabía otro resultado salvo el que se ha producido.
Para quienes no somos griegos la campaña electoral griega ha pasado casi desapercibida. Los diarios españoles han llenado el espacio con noticias más cercanas, o más trascendentales. Para los españoles ha sido muy importante el debate en torno a las elecciones catalanas del 27 de Septiembre. Por si fuera poco la crisis y el posterior éxodo de los ciudadanos sirios hacia Europa ha generado inquietud y ha provocado un aluvión de noticias y discusiones que han dejado a las elecciones griegas en un segundo o tercer término. Pero a mí, que estaba inmerso en el libro de Olalla, lo ocurrido me ha llevado a las mismas entrañas de Atenas, porque no han sido pocos los acontecimientos y situaciones que se han repetido. No en vano el libro lleva un subtítulo esclarecedor: “Herencias y desafíos de la antigua democracia ateniense vistos desde la Atenas actual”.
Hoy no es ayer, pero da la impresión de que hay pasajes en la Historia que se repiten o, al menos, se asemejan. Nada en la Atenas actual es como antaño fue. Por ejemplo, no se entiende bien que la abstención en las Elecciones griegas haya sido tan elevada. La desafección de los ciudadanos griegos (casi un 50% de abstención) no es normal en una ciudadanía (y en la actual situación) que procede de aquella tan antigua en la que se castigaba la desafección. Solón, uno de los Siete Sabios, promulgó una ley contra la desafección política por la cual perdía sus derechos ciudadanos quien no tomara partido en las cuestiones que enfrentaban al pueblo, si bien a su vez democratizó la sociedad y abrió la posibilidad de que todos los ciudadanos griegos pudieran formar parte de las Instituciones de Gobierno por el mero hecho de serlo, sin que fuera necesaria ninguna otra condición, incluso en las Instituciones de la Justicia.
Muy oportunamente ha caído en mis manos el libro de Pedro Olalla porque relata con profusión de datos de qué modo construyeron los atenienses aquella Democracia, ya vieja, que no se quedaba en lo superficial sino que profundizaba al máximo, de modo que no bastaba con promulgar o instituir unos sistemas democráticos para elegir a sus dirigentes, sino que los propios dirigentes debían comprometerse de tal modo que los periodos de vigencia del poder no estaban fijados de antemano.
No es la primera vez que Grecia atraviesa por una vicisitud complicada. Si el rescate concedido por las Instituciones europeas ha obedecido a la existencia de una deuda desmesurada, motivada por la irresponsabilidad y desmesurada alegría de los gobernantes de las últimas décadas, es bueno recordar lo que ocurrió hace tiempo. Los préstamos recibidos de quienes la ayudaron a conquistar su independencia precisaron para su amortización la toma de algunas medidas drásticas. Entonces, 1832, como hoy, para evitar la quiebra Grecia solicitó un nuevo préstamo a sus “protectores”, que le fue denegado, y fueron los protectores, -rusos, ingleses y franceses-, reunidos en Londres los que elaboraron un protocolo de pago que Grecia debía cumplir a rajatabla. Representantes de los tres países asistían a los Consejos de Ministros griegos para verificar el cumplimiento de dichos compromisos: despido de un tercio de los funcionarios, reducción salarial del 20%,, reducción del presupuesto militar a menos de la mitad, reducción a la mitad el número de profesores universitarios, cese de Obras Públicas y despido de todos los ingenieros del Estado, cierre de embajadas en el extranjero, cierre de todos los centros de salud, cese en el pago de pensiones, aumento de tasas y aranceles, liquidación de deudas con el fisco mediante métodos expeditos y exigencia del pago por adelantado del impuesto sobre la renta. ¿No se parecía demasiado al programa de medidas que la Troyka a infligido a la actual Grecia? Pues bien, diez años después, el ajuste impuesto fue aún más duro, teniendo que intervenir incluso la famosa casa Rothschild como supervisora del proceso, hasta que el dos de Septiembre de 1843 Grecia firmó un memorándum por el que se comprometió a pagar 3,6 millones de francos en concepto de amortización e intereses. De modo que hoy, 175 años después, Grecia se haya otra vez en una situación dramática.
No quiero ser mal pensado, pero cabe pensar que en Grecia a la desafección de los ciudadanos que han acudido a votar en tan escasa cantidad, se le suma la desafección de los propios políticos que asisten, asustados, al festín de la Troyka que se excede constantemente en sus imposiciones. A Grecia no le salen sus cuentas, pero a la Troyka tampoco, y a los gobiernos europeos les embarga la preocupación (a bastantes de ellos) porque sus deudas son casi tan insoportables como la deuda griega, y la solidaridad, que tan presente estuvo en la elaboración e incipiente desarrollo del proyecto europeo, se ha quedado en agua de borrajas. Leo en un titular que “Grecia concede a Tsipras la gestión del rescate europeo”. Se trata de una concesión endiablada porque ese rescate, -permítanme un exabrupto-, no hay dios que lo gestione.
Ved, queridos lectores, de qué modo finaliza su libro Pedro Olalla: “Un buen día, cuando el trabajo sea tan barato que apenas influya en el precio del producto, cuando el derecho a la salud sea un artículo de lujo, cuando la educación sea un privilegio de clase, cuando legiones de seres humanos estén dispuestas a todo por un bocadillo, cuando la riqueza generada por todos sea propiedad privada de unos pocos, cuando el agua y la tierra tengan un nuevo dueño, cuando hayan conseguido erradicar la solidaridad y hacernos delatores, resignados y cobardes, cuando la democracia sea tan solo ´sombra del humo´ inconsistente y triste, entonces, la crisis habrá terminado. Nunca en tan poco tiempo habrán conseguido tanto”.
¡Suerte Grecia! ¡Suerte Tsipras!


Fdo.  JOSU  MONTALBAN   

martes, 6 de octubre de 2015

BALIDO O AULLIDO (ElCorreo, 06-10-2015)

BALIDO O AULLIDO

No quiero aguar la fiesta de Bildu, que publicó hace unos días un artículo (“Nuestra decisión, la paz”. El Correo, 01-10-2015) muy interesante, pero creo que es preciso puntualizar algunos aspectos, porque puede dar la impresión de que en España tuvo lugar (o está teniendo lugar aún) un conflicto con ciertas similitudes al conflicto sirio que enfrenta, principalmente, al dictador Bachar Al Asad con el Ejército Islámico (EI). Con mucha generosidad podría admitir que en los primeros tiempos de la existencia de ETA podrían ocultar sus perversas intenciones detrás del hecho de que la dictadura franquista estaba omnipresente en la sociedad española, con una mayor beligerancia en nuestra Comunidad Autónoma que, en aquel tiempo, no pasaba de ser una sencilla región de la piel de toro. Pero, como he dicho, con gran generosidad, porque  a pesar del significado de las siglas ETA (Euskadi y Libertad), ninguna de las fuerzas políticas vascas, -clandestinas y en el exilio-, aceptaron como suya a aquella ETA.
Aún resulta mucho más incongruente, e inaceptable, admitir a la ETA después de la muerte del dictador, porque la Transición trajo consigo la legalización de todos los partidos políticos, desde la extrema derecha hasta la izquierda extrema, incluidas las formaciones separatistas e independentistas, y la España constitucional que se construyó entonces, a pesar de algunas lagunas, contaba con grandes dosis de comprensión y esperanza para todos. No es ningún exceso afirmar que ETA se convirtió, tras la muerte de Franco, en la más infame lacra, en la reliquia de un tiempo negro que, afortunadamente, estaba siendo invadido por las luces de un amanecer remiso pero optimista. ETA, por tanto, y quienes la han venido alentando es lo único que queda del franquismo. Por eso me resulta chocante y absurdo que líderes de EA, de Alternativa y de Aralar acepten firmar este artículo que solo asume y acepta los planteamientos de Sortu (la antigua HB).
Resulta ya curioso el título del artículo porque la paz, como resultado de una decisión tomada, obliga a pensar que la situación anterior aa esa paz era la guerra. Quienes han venido aceptando la existencia de ETA como la consecuencia de un conflicto, o debate más o menos encarnizado, deben aceptar que todo conflicto desaparece cuando se produce un acuerdo, sin embargo las guerras han terminado casi siempre en armisticios y treguas que han facilitado la paz posterior. Y aquí nunca se ha producido un armisticio firmado por dos partes, sino obedeciendo al capricho interesado de uno. A ETA, y a sus adláteres (que nunca han sido EA, EB, ni Aralar), siempre le ha gustado el lenguaje bélico y militar. Sus líderes, siempre encapuchados, han usado términos como “hostilidades” o “tregua” con ánimo de dar a entender que había dos frentes enfrentados entre sí y en continua pelea. Cuando Urízar, Ubera y Matute, que son los firmantes del artículo junto al líder de Sortu Arraiz, no estaban en Bildu no hablaban de “guerra sí o no”, sino de “democracia sí o no”, y aún siendo críticos con el sistema, sus planteamientos eran bien diferentes al de esta ocasión en que sirven de apoyo a quienes justificaron atentados mortales, pusieron en tela de juicio la democracia y negaron la condición de ciudadanos a quienes no pensaban como ellos, hasta tal punto de pasear por las calles con todo su descaro portando gigantescas pancartas en las que rezaba la bárbara leyenda “ETA mátalos”.
El artículo citado pretende legitimar una estrategia equivocada e interesada. De hecho, aprovechan para invitar a los lectores a una manifestación que se iba a celebrar en San Sebastián (ya se habrá celebrado), todo dentro de una programación absurda que encadena un buen ramillete de acontecimientos y convocatorias en los que los que siempre fueron amigos de los etarras han rendido pleitesía al terrorismo. Es verdad que a lo largo del artículo asumen su responsabilidad en varias ocasiones, pero siempre compartiéndola, a partes iguales, con quienes no hemos hecho otro mal que esperar la presencia ante nosotros de un terrorista que nos diera el pasaporte y nos hiciera pasar a mejor vida. El descaro les llega tan lejos que se atreven a achacar a las autoridades del Estado la responsabilidad porque “nunca vieron con buenos ojos esta vía vasca (la suya) hacia la paz”. O sea, que los mismos que practicaban la guerra eran los que pergeñaban un plan de paz, alejado de la Justicia, y que solo a ellos les beneficiaba. Por fin su procacidad les empuja a un abismo donde no caben las virtudes. Allí donde no cabe la virtud solo caben los cambalaches y las disculpas interesadas. Para los firmantes del artículo las responsabilidades quedan soslayadas en esta especie de conmiseración con la que su culpabilidad se esparce por igual entre víctimas y victimarios, peor aún, para ellos los culpables son los otros: “Nunca les gustó la unilateralidad, ni para conseguir la paz”. Así legitiman esa unilateralidad que proponen, después de que las víctimas cayeran todas de uno de los lados.
Se trata, pues, de un artículo tan abominable como innecesario. Es verdad, como dicen, que “la paz es demasiado importante como para reducirla a un relato de vencedores y vencidos”. Sí, es verdad, pero la paz no la vulneraron dos partes enfrentadas en un litigio, sino la ignominia y la brutalidad de ETA y de sus cómplices. Ya basta de reclamar comprensión por parte de incomprensivos. Ya basta de violencia, incluso dialéctica, pero sobre todo basta de engañiflas y basta de corderos que, según su conveniencia, balan o aúllan.
Como he dicho, no es fácil de entender la autoría compartida de este artículo. Solo por eso, ya merece ser desatendido, como poco.


FDO.  JOSU  MONTALBAN

lunes, 5 de octubre de 2015

JORGE MARIO BERGOGLIO. EL PAPA FRANCISCO (06-10-2015)


JORGE MARIO BERGOGLIO. EL PAPA FRANCISCO

Queridos Lectores, me he hecho forofo incondicional del Sumo Pontífice Francisco. Así, como suena. Ya ha pasado todas las pruebas a las que le he sometido: es simpático, es cercano, es dicharachero, es risueño, le gusta besar y acariciar a los niños como muestra de cariño y compromiso humano, es comprometido, es certero en sus aseveraciones y es atrevido. Pero, no os equivoquéis conmigo porque no soy cristiano ni católico. Admiro al Papa Francisco. Ahora mismo es su mano la mano humana que más me gustaría estrechar, y el rostro humano que más me gustaría besar es el suyo. Desde que abandoné la práctica religiosa, -no digo la fe porque aquella actitud mía, que confundí con la fe, me había sido impuesta a base de palo y tentetieso-, siempre he estado buscando motivos para criticar a esa institución omnipresente pero molesta para mí, que es la Iglesia. Pues bien, queridos lectores, ya no siento la misma animadversión hacia ella pero, lejos de que me haya podido abducir a costa de sus misterios, ha sido la figura de Bergoglio la que ha provocado que el clergyman ya no me provoque rechazo. A tal prenda no llegaba a acostumbrarme porque siempre sentí gran simpatía por aquellos curas obreros que elegían como indumentaria las camisas de cuadros mejor que aquellos cuellos redondos y rígidos. Y resulta que el Papa Francisco, que viste con riguroso clergyman, habla como obrero y como persona humilde, se mete en el pellejo de los humildes y exhorta a los insolidarios para que dejen de serlo en todos los lugares a los que acude.
Me acecha esta pregunta: ¿Por qué la Iglesia ha elegido a Jorge Mario Bergoglio como Papa? ¿Por qué, después de haber tenido cuatro Pontífices anodinos y, por una u otra razón, controvertidos? ¿Por qué justamente después de un Papa polaco y otro alemán, ha sido elegido un argentino? ¿Por qué, más justamente aún, después del que fue complicado cardenal Ratzinger? A estas preguntas me lleva el nuevo tiempo y, aunque no tenga enjundia como única respuesta, creo que su condición de jesuita, -como alguna vez me ha apuntado mi amigo Marcaida-, además de sus cualidades, puede servir para justificar el volantazo que supuso mudar a Ratzinger, hombre de rostro incómodo y acre semblante, por este otro que parece más humano y muestra un semblante mucho más entrañable.
Ya he dicho que no soy religioso ni soy adicto a ninguna fe, ni siquiera a la Fe con mayúsculas. De muy niño, en la catequesis parroquial, aprendí aquello de que “la fe sin obras es fe muerta”. Muchos de los Pontífices anteriores  al actual escribieron encíclicas brillantes, pero muy pocos salieron por el Mundo a llamar la atención sobre los tormentos de los pobres que sufren, sobre la injusticia inherente a la existencia de una opulencia desmesurada y grosera en un Mundo en que 1000 millones de personas viven en una pobreza extrema. Y fueron precisamente aquellas actitudes las que me alejaron de aquella Iglesia altiva y soberbia que no aplicaba al completo el dicho popular de “a Dios rogando y con el mazo dando”. De modo que si ahora me muestro forofo convencido del Papa Francisco no es porque crea en Dios sino porque creo en el Hombre. En cuanto a dioses, si alguien me fuerza a definirme, me inclino por el Agnostos Theos de los antiguos griegos: el “Dios Desconocido” que prestó auxilio en la antiquísima Atenas a los agnósticos o ateos, que es como yo me defino.
En muy pocas ocasiones he visto a Jorge Mario Bergoglio representar a un dios concreto. Apenas se le escucha pronunciar la palabra “dios”, y es eso lo que vulgariza sus palabras para que lleguen a cuantas más personas. Tanto las vulgariza como las engrandece, porque el Mundo está lleno de gente vulgar y corriente, incluso todos somos vulgares y corrientes, que nos definimos como “seres vivos que nacen, crecen, se multiplican y mueren”. Lo otro, es decir las fatales diferencias que tanto cultivamos y defendemos para justificar posibles privilegios, castas y clases sociales, son apósitos que nos deprecian como personas y nos deshumanizan.
¿Para qué va a hablar en nombre de Dios si habla de cosas tan humanas como las guerras brutales, o el hambre, o los abusos sexuales, o el sufrimiento de los niños abandonados a su suerte, o la precariedad de las vidas de los parados, o el abandono de los ancianos, o la soberbia de los poderosos, o de la paradoja que supone la tragedia de las migraciones para los que emigran y la importante aportación con que pagan los inmigrantes la acogida en el país de llegada, o las injusticias que han hecho que la vida sea un itinerario tan arduo atravesando un valle de lágrimas que, por fortuna, es finito.
La gota que ha desbordado mi vaso ha sido la visita que ha realizado a Cuba, a Estados Unidos y a las Naciones Unidas. A pesar de que en tales visitas, en que se ha fotografiado con sus Presidentes, no se hayan firmado compromisos formales, los discursos de Jorge Mario Bergoglio han ocupado los espacios estelares en todos los noticiarios del Mundo. ¿Acaso no ha sido mucho más eficaz y humano el encuentro del Papa con Obama que el que ha tenido poco tiempo  después Obama con el Presidente chino Xi Jinping? Porque, cada vez que dos líderes políticos se juntan para un fin concreto, quieren ser tan exactos en fijar la parafernalia de la puesta en escena del encuentro, que el documento que resulta de la reunión adolece de inexactitudes que convierten los compromisos en papel mojado.
Las palabras del Papa Francisco han sido contundentes, sobre todo después de que el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon dijera que “este es un encuentro decisivo para la historia de la humanidad… la agenda es una promesa de los países miembros con los ciudadanos de todo el mundo para acabar con la pobreza en todas sus formas”. Sin embargo, las palabras del Papa constituyeron una reconvención ante los incumplimientos del documento de la ONU “Objetivos del Milenio”, cuyo retraso es más que alarmante. Es cierto que tal documento no es de estricto y obligado cumplimiento, pero se apoya en reglas y cánones obligatorios que el Papa recordó a los más de 150 jefes y presidentes que acudieron. En un discurso acusador dijo: “Si se respeta y aplica la Carta de Naciones Unidas con transparencia y sinceridad, sin segundas intenciones, como un punto obligatorio de justicia y no como un instrumento para disfrazar intenciones espurias, se alcanzan resultados de paz”. ¿Cuáles son esos intereses espurios que denunció Bergoglio? Pues son los que permiten que haya un 15% de personas en el Mundo que viven con menos de 1,25 dólares al día; que no se haya reducido apenas la mortalidad infantil (mueren aún 43 menores de cinco años de cada mil niños por causas prevenibles); que aún no se haya logrado el acceso universal a la salud y apenas se haya reducido la mortalidad materna. Estas, y algunos más, son fracasos en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio.
Ban Ki-moon admitió que un mundo mejor es posible. El Papa Francisco denunció la situación con datos y se mostró airadamente en contra del actual sistema económico mundial que se ha impuesto sobre la Política y domina a los gobiernos de todos los países del Mundo, cuyos líderes estaban oyendo sus palabras. Primero afirmó que dicho sistema ha demostrado con sus hechos y con los resultados obtenidos que fomenta la desigualdad, siempre injusta, y luego rechazó la “sumisión asfixiante” a los organismos internacionales de los mandamases del Mundo. Es de suponer que muchos de los más de 150 dirigentes del Mundo, allí presentes, se sentirían denunciados, y quizás avergonzados.
Acabo, queridos lectores. No me veréis en la iglesias salvo para admirar el arte que contienen en sus interiores, pero he incluido a Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco, en el anaquel en que conservo y muestro a mis personas y personajes más admirados.


Fdo.  JOSU  MONTALBAN             

viernes, 2 de octubre de 2015

IBARRETXE Y MAS (El Diario Norte, 02-10-2015)

IBARRETXE  Y  MAS

Justo el mismo día (domingo) que los catalanes han acudido a votar sus elecciones plebiscitarias, el Lehendakari Ibarretxe ha ocupado un puesto de honor, en la primera fila de butacas, en la conmemoración del Alderdi Egua del PNV, que es el día del Partido Nacionalista Vasco. Ni Ortúzar ni Urkullu se preocuparon mucho de lo que estaba aconteciendo en Cataluña a tenor de cuanto discursearon en la celebración. Se refirió algo a ello el Presidente del PNV, Ortúzar, pero sus referencias se pueden resumir en su grito final: “¡Visca Cataluya Lliure!”… Al que algunos militantes del PNV, despistados, respondieron con un “¡viva!” que apenas se oyó porque los ensordecieron los aplausos.
Ambos acontecimientos, -las Elecciones plebiscitarias y el Alderdi Egura-, han constituido actos de exaltación, pero los impactos han sido diferentes porque, mientras en el Alderdi solo estaban presentes los afiliados y simpatizantes del nacionalismo vasco, a las Elecciones plebiscitarias habían sido llamados todos los catalanes mayores de dieciocho años. Mientras uno de los actos era de puro divertimiento para quienes habían ido a allí a divertirse, el otro acto era trascendental para todos, tanto que tendría sus repercusiones al día siguiente. Ahora, cuando escribo este artículo, que ya estamos a martes, el Alderdi es agua pasada, mientras que las consecuencias de las elecciones plebiscitarias no paran de mover el molino de las intransigencias.
He establecido estos paralelismos entre Euskadi y Cataluña a pesar de que estoy convencido de que nada hay que nos une a vascos y catalanes salvo nuestras pertenencias más o menos controvertidas a España, y casi todo nos separa, porque no caben dos nacionalismos “hermanos” a pesar de que, egoísta e interesadamente, los nacionalismos tiendan a retroalimentarse unos a otros. Por eso, me atrevo a advertir que al PNV nada le ha ido ni le ha venido en esas Elecciones, lo cual ha quedado demostrado en el escaso interés mostrado por sus líderes. Entre las elecciones plebiscitarias a la brava de Mas y la búsqueda comedida de “nuevo estatus” de Urkullu hay una distancia casi infinita, es más, los caminos de ambos proyectos ni siquiera se divisan entre sí.  
(Yo no soy nacionalista. Incluso soy, ideológicamente, opuesto a cualquier nacionalismo, aunque mi convicción democrática me impide ignorar aquello que ya está presente y ocupa la mente de tantas personas que viven y conviven conmigo. Hago esta aclaración para quienes deseen, e intenten, hacer interpretaciones de este artículo con aviesas intenciones).
Cabe decir, como hizo Cristo unos minutos antes de morir crucificado, que “todo está consumado”. Pero la consumación, que en Euskadi no nos ha deparado tan fatal consecuencia, en Cataluña ha deparado una secuela imprevisible después de que quien estaba llamado a apaciguar los ánimos exaltados, es decir Mas, se ha empeñado en continuar al frente del timón de un barco de nombre extraño –“Junts pel sí”-, de tripulación más extraña aún por sus básicas desavenencias, y de pasaje absorto porque nada ha resultado ser como estaba planeado: la arribada de la nave a una costa rocosa, al pie de un acantilado, hará que el desembarco sea más bien una desbandada.
Concluyo. Si Mas inició una dificilísima travesía, con su risa sardónica y a la vez cínica, la va a terminar, probablemente, en el ostracismo, arrinconado por su propia soberbia. Da la impresión de que Mas ha querido imitar a Ibarretxe pero, peor aún, se ha empecinado en superarle, ha tirado de la cuerda hasta la extenuación, y se ha extenuado. El Plan Ibarretxe siguió los pasos que tenía que seguir durante los cuatro años que duraron las discusiones en los diferentes foros. El “plan” Mas solo ha obedecido a sus ansias de posteridad, a su deseo de superar a todos, incluida la Ley. Lo peor es que está obsesionado con continuar la travesía a pesar de que tiene la nave encallada y en el cielo se anuncia una tempestad inevitable.
Ahora mismo Mas e Ibarretxe deberían ponerse de acuerdo para pasar unos días en algún cenobio. Allí, en el incomparable marco del claustro Ibarretxe deberá convencer a Mas de que hay caminos que, una vez elegidos, llevan inconfundiblemente al abismo por más que haya entusiastas seguidores jaleándonos mientras pasamos. Y que hay éxitos perecederos porque no son vividos ni interpretados del mismo modo por todas las conciencias. Ibarretxe se fue de la Política como se van quienes, dignamente, asumen una equivocación. Mas deberá irse también, porque se ha equivocado, pero además lo ha hecho con nocturnidad, premeditación, alevosía y mucha soberbia. Si no se va, debería ser despachado por los mismos que le alzaron a un pedestal para el que no tenía ni ética ni aptitudes.


FDO.  JOSU  MONTALBAN