sábado, 30 de julio de 2016

¿DESDE CUANDO ES PRESIDENTE MARIANO RAJOY? (LaInformacion.com, 30 - 07 - 2016)


¿DESDE CUANDO ES PRESIDENTE MARIANO RAJOY?

Acabo de leer unas declaraciones de un miembro de Podemos en las que “acusa” a Pedro Sánchez y al PSOE de ser quienes van a volver a hacer Presidente de España a Mariano Rajoy. Ya no sé cómo calificar a quien se atreve a decir esto. Estoy convencido de que es, sobre todo, un oportunista atrevido, pero es más cosas. Aprovechar las oportunidades que se presentan en la vida no es algo perverso, salvo que respondan a acciones o movimientos mal intencionados de quien las busca para su exclusivo provecho. Sin embargo quienes afirman estar en la Política para mejorar las vidas de los ciudadanos, para luchar contra las prácticas corruptas de todo tipo y para convertir este valle de lágrimas que es la vida en un lugar para las sonrisas, no pueden convertirse en sus más potentes detractores. No, no hablaré de quien asesora a otros (Venezuela) sin permiso de su patrón (Universidad) y sin abonar lo estipulado por la ley, como Monedero. Ni lo haré de quien se sirve de un asistente manteniéndole en la economía sumergida, pagándole con dinero negro, como Echenique. No lo hago porque me parecen solamente anécdotas, criticables, pero solo acontecimientos aislados que no pasan de ser las guindas del pastel.

Me parece mucho más grave el uso que están haciendo los líderes de Podemos del fracaso de la Política en España, que inició sus andanzas en las Elecciones del 20D y aún continúa tras las del 26J. Se cumplen casi tres trimestres y Podemos continúa con su raca-raca intentando minar la resistencia del PSOE. Convendría que recordaran la Historia del socialismo español, que ha resistido a regímenes totalitarios, cárceles y Transición, y además ha protagonizado los más de cuarenta años que lleva durando la Democracia en que vivimos actualmente. El descrédito que pretende infligir al socialismo es propio de advenedizos osados empeñados en emborronar las páginas de la Historia con la tinta de la histeria. Por eso, culpabilizar al único líder (Pedro Sánchez) que ha escrito negro sobre blanco sus pretensiones más básicas para llegar a un acuerdo con C´s es un atrevimiento propio de necios mal intencionados.

Para ser, un buen puñado de ellos, profesores universitarios, están bastante “peces” en algo tan básico para andar por la vida como son las “cuatro reglas” que todos tuvimos que aprender cuando solo éramos unos niños. Ni siquiera necesitan usar las cuatro, les basta con la primera de ellas, la suma, para comprobar que tras el acuerdo actual entre PP y C´s, alcanzar los 176 escaños necesarios para poder investir a un presidente  se presenta como una quimera inalcanzable. Además, deberían tener en cuenta que no se deben sumar elementos antagónicos y que esa suma que ponen sobre la mesa, -todos los demás frente al PP y C´s-, resulta imposible máxime tras los pasos iniciados por las fuerzas nacionalistas catalanas. ¿Sirven para gobernar a España y a los  españoles los escaños ocupados por diputados procedentes de un lugar (Cataluña) al que intentan sacar de España, al menos en sus conciencias, quienes se regodean repitiendo hasta la saciedad que no son ni se sienten españoles? No sirven para ello, ni siquiera sirven para echar del Gobierno al nefasto PP ni al Presidente Rajoy. De modo que las palabras de los “podemitas” (voy a empezar a usar esta palabra que no me gusta demasiado por puro utilitarismo) son groseras y gratuitas, y solo responden a su manifiesta cobardía.

Rajoy no ha dejado de ser Presidente del Gobierno, aunque lo sea “en funciones”, porque Podemos no quiso apoyar al único candidato con agallas para enfrentar un problema tan enrevesado y difícil de resolver como es la inestabilidad política e institucional que afecta a España. Resulta paradójico que estos hombres y mujeres tan inteligentes como para reclamar para su responsabilidad un posible gobierno el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), no dominen las cuatro reglas, concretamente la suma, que es la primera de las cuatro, que se puede desarrollar usando los dedos, como en ciertos tiempos lo hacían los pastores de la Alcarria para hacer el recuento de sus rebaños.

Lo que debe hacer Pablo Iglesias (Turrión, que no Posse), es pronunciarse públicamente a favor de un Gobierno presidido por Pedro Sánchez, pero dejando a un lado las condiciones propias de los trueques o intercambios de posesiones. Si tan imprescindible y urgente es el cambio de Gobierno, para evitar cuatro años más de Rajoy y PP, ha de ponerse en manos de la segunda fuerza, que es la más legitimada para protagonizar dicho cambio, por muy “casta” que le parezca. Y algo más, deberían olvidarse de deslegitimar constantemente a C´s, porque es una fuerza tan oportunista, pero no más, que Podemos. Ambas surgieron aprovechando los errores ajenos, apoyándose en la rabia y el descontento de la gente, utilizando como slogans las consecuencias de una crisis para la que no han puesto sobre la mesa ni una sola solución concreta, y usando a los jóvenes y su desatada inexperiencia como punta de lanza. En suma, que en menos de un año se han convertido en la misma “casta” a la que pretendían sustituir, probablemente porque se han dado cuenta de que la palabra y concepto “casta” nunca sirvió para definir a la clase política con probidad. Ahora que ellos ya son “casta”, desde que se han mostrado tan inútiles para forjar los imprescindibles acuerdos propios de toda democracia, usan el infantil recurso del “yo no he sido” que, repetido con voz de papagayos, convierte a quien lo pronuncia en eso mismo, en papagayo.


FDO.  JOSU  MONTALBAN        

domingo, 24 de julio de 2016

LA CREDIBILIDAD DE LAS REDES SOCIALES (El Diario Norte, 24 - 07 - 2016)


LA CREDIBILIDAD DE LAS REDES SOCIALES

¿Qué son las Redes Sociales? ¿De dónde surgen? ¿Hasta dónde llegan? ¿Quién las controla? ¿Cómo se controlan sus contenidos? ¿Son un medio de comunicación fiable o son un medio perverso e incontrolable? Podría terminar este artículo son sólo preguntas y apenas alguna respuesta, pero es preciso responder a todas las preguntas para conformar un criterio más o menos atinado de lo que actualmente representan las Redes Sociales. Los quioscos de venta de periódicos apenas amontonan diarios de papel, sin embargo las pantallas de los ordenadores están, a primeras horas de la mañana, llenas de titulares. Antes, como ahora, lo más leído eran las letras de trazo grueso, aunque antes fueran de tinta y ahora no lo sean.

No obstante las Redes Sociales se han convertido en un medio de comunicación muy directo en el que uno se informa, se cartea, establece amistades, provoca reacciones y agrede de mil formas diferentes. Al margen de que cada modalidad o servidor puede proveer  cualquier servicio útil, también se facilitan informaciones absurdas y, sobre todo, no faltan nunca los osados sinvergüenzas que ofrecen informaciones absolutamente falsas. Por eso creo que la virtud que debe imperar en el uso de las Redes cuando se introducen noticias o links diversos, ha de verse complementada por el virtuosismo de quienes las usan para informarse. Son tan ambiguos y diversos los usos que sólo una utilización muy responsable de ellas las convierte en útiles y fiables.

Con motivo de la mortal cogida del torero Víctor Barrio en la plaza de toros de Teruel los activistas antitaurinos se han pasado de rosca (al menos los que han usado las Redes para verter obscenidades) y han convertido las pantallas de los ordenadores en muestrarios de insultos dirigidos al muerto, que no han aparecido siquiera cuando, en otras tragedias, los fallecidos han sido sátrapas o dictadores mucho más perversos. Ante tales tiranos se ha guardado silencio o, en todo caso, se han dedicado comentarios muchos menos perversos que los utilizados con el torero. ¿Pueden caer más abajo las Redes Sociales?

Lo evidente es que las Redes Sociales tanto acogen verdades como mentiras, venganzas como compasiones, rigor como flojera, firmeza de ánimo como pusilanimidad. A través de ellas se manipulan y tergiversan las informaciones, se maquinan conspiraciones, se da soporte a mafias y grupos de dudosos intereses, se teledirigen encuestas que reconducen la voluntad de los votantes hacia una opción política del mismo modo que se hace la propaganda de un artículo de venta. Y sin embargo las Redes han acogido a todos los medios de comunicación e información, ni uno solo de los que aún publican en papel ha renunciado a estar presente en las Redes Sociales.

Uno entra (cae) en la Red y ya está atrapado. Pero si rehúye las Redes Sociales pierde prácticamente todos los contactos con el Mundo que le rodea, porque se convierte inmediatamente en un ser aislado. Y por si fuera poco se verá obligado  a acudir a alguna Red cuando acuda a efectuar una operación bancaria de pura rutina y el empleado de la entidad le conmine a ello, porque hay trámites que requieren de ellas para ser cumplidos.

Estamos atrapados en la Red, en las Redes, aunque curiosamente las Redes contienen tantos riesgos como utilidades. Si las mentes humanas, que son a la postre las que han de cuidar la veracidad de cuanto se escribe en las Redes, no se someten a un ejercicio de confianza, y se responsabilizan de cada cosa que divulgan, será necesario extremar las prevenciones legislando con minuciosidad y rigor para que sirvan a fines nobles y no a fines espurios. Hoy por hoy las Redes Sociales provocan muchas más dudas que certezas. No solo generan incertidumbres en los remisos, sino que convierten las mentes de los más atrevidos y descarados en recalcitrantes agitadores de masas y conciencias, pero en muchos casos en direcciones equivocadas.

He dicho agitadores. Sí, de esos que viven provocando la impaciencia de los otros para llevarlos a su terreno y convertir sus mentes en cosos en los que batallan, como si fueran gallos de pelea, la verdad y la mentira.


FDO.  JOSU  MONTALBAN      

EL DESBARAJUSTE (LaInformacion.com, 24 - 07 - 2016)


EL DESBARAJUSTE

Es la palabra más atinada: Desbarajuste. La elección de la Mesa del Congreso de los Diputados ha desembocado en un desconcierto, precisamente cuando más necesario era concertar voluntades para intentar evitar las terceras Elecciones en lo que irá de año. Pero el acuerdo entre el PP y C´s para conformar una mayoría (5-4) en la Mesa del Congreso, presentado a última hora con premeditación y alevosía, complica el futuro. No sólo porque el acuerdo haya anulado al que ya existía, que hacía Presidente al socialista Patxi López, sino porque complica las necesarias relaciones entre los llamados a facilitar la investidura de Mariano Rajoy. ¿Será posible ahora una abstención del PSOE, siquiera de algunos de sus electos, para conseguir la investidura previa a la formación del Gobierno? Siempre es posible, pero es cada vez menos probable, porque el acuerdo de derechas para constituir la Mesa del Congreso  ha ninguneado al PSOE, ha ignorado que los tiempos han cambiado y demandan otras soluciones y actitudes, y se ha olvidado de que si son necesarios al menos tres grupos políticos para hacer un Gobierno de mayoría, -salvo para la gran coalición, tan imposible de pergeñar-, con más razón lo serían para formar la Mesa que deberá ordenar los debates en los nuevos tiempos.

¿A qué ha querido jugar el PP? España no está para bromas, porque el mapa territorial se le están cayendo algunas piezas (Cataluña, Euskadi…) y no hubiera estado nada mal un acuerdo más amplio en que tuvieran cabida los grupos nacionalistas y regionalistas, con objeto de que se sintieran mejor tratados por aquellos  a los que ellos les achacan que se comportan displicentemente. Por otra parte, no hubiera supuesto ninguna muestra de debilidad o rendición que la Mesa del Congreso fuera presidida por un partido político diferente al PP, sin embargo la elección de una persona de la vieja guardia del PP da a entender que Mariano Rajoy pretende compensar su debilidad con una defensa encarnizada del salón de reuniones y debates para que nada escape al control de sus huestes de derechas.

La derecha no es mayoritaria en el Congreso. Tampoco lo es la izquierda. Pero es verdad que las derechas, se trate de la auténtica y genuina (PP) o de la advenediza y moderna (C´s), se avienen más fácil entre sí porque aunar intereses, sobre todo si son económicos, resulta mucho más fácil que hacer compatibles las ideas. Las izquierdas hallan muchas más dificultades porque en muchos casos hay líderes  de tal a los que el poder les embauca y, una vez llegados a él, evitan riesgos para permanecer cuanto más tiempo en él.
¿A qué ha jugado C´s? Ciertamente ha jugado peligrosamente porque aún está fresco el documento que firmó junto al PSOE tras las Elecciones del 20D. Aunque dijeran que al no progresar la investidura de Pedro Sánchez el documento perdía su vigencia, las circunstancias no han variado lo suficiente como para dejarlo enterrado en el olvido en tan poco tiempo. Si, como pudiera ocurrir, tuvieran lugar unas terceras elecciones, C´s ya no supondrá una alternativa de cambio. No será nada extraño que sus votantes, siguiendo la deriva de las elecciones de Junio, se volcaran en retirarle la confianza y votar directamente al PP, esta vez sí convencidos de que C´s es una sucursal del PP.

¿A qué ha jugado Podemos? Como siempre, a despistar, a provocar de ese modo unas terceras elecciones que les permitan conquistar el paraíso. Una vez más, de contradicción en contradicción, no ha dudado en responsabilizar al PSOE de que no sea posible un cambio para el que no dan las matemáticas, porque no hay 176 escaños disponibles para la izquierda. Su estrategia no ha podido ser más miserable al proponer un tercer candidato para la Presidencia de la Mesa, Doménech, que hacía imposible la elección de Patxi López. El descaro alcanza la desvergüenza cuando en el turno de votaciones ha votado al socialista en la segunda votación, que se sabía tan fatua como infructuosa. Pablo Iglesias (Turrión, que no Posse) puede salirse con la suya si se celebran unas terceras elecciones porque, en el fondo, sólo persigue derrotar al PSOE y, si fuera posible, provocar su disolución.

¿A qué ha jugado el PSOE? Creo que el juego del PSOE no ha tenido lugar en el terreno en que han acontecido los otros, aunque su difícil responsabilidad tras conseguir unas resultados insuficientes en las dos ocasiones, le han resquebrajado por dentro, haciendo aflorar rencillas internas y rivalidades entre líderes, de liderazgos muy endebles, que han cercenado la imagen del socialismo español. El PSOE no ha jugado a nada concreto, pero ha sido tentado por todo y por todos los jugadores. Esa ha sido su grandeza, aunque los ciudadanos no la vean como tal. Es verdad que es el PSOE el llamado a resolver todos los entuertos, el indicado para serenar a esta sociedad tan inestable, encolerizada por injusticias y desigualdades, el destinado o predestinado para resolver el desbarajuste al que nos han llevado la desidia de Rajoy, la inanidad e inconsistencia de Rivera y la soberbia de Pablo Iglesias.

Completa el desbarajuste el hecho de que hayan aparecido diez votos a favor de la configuración de la Mesa acordada por PP y C´s de los que no se sabe la procedencia. Tal circunstancia obliga a definir para el futuro el método que ha de ser usado en los procesos electorales internos de la Cámara de los Diputados, que ha de ser abierto y explícito, en aras de la transparencia. Así se evitaría la profusión de declaraciones de los líderes de las fuerzas nacionalistas o regionalistas subrayando que ninguno de ellos ha sido el protagonista de la desviación de los votos. Es decir, que también en este detalle queda clara la debilidad de los liderazgos y la escasa calidad del debate político. Los líderes no están dando la talla. 

El desbarajuste está servido.


Fdo.  JOSU  MONTALBAN     

jueves, 21 de julio de 2016

CARTA A DIOS ( DEIA, 21 - 07 - 2016)


CARTA A DIOS

(En torno al Libro de Andrés Aberasturi “Cómo explicarte el Mundo, Cris)


Dios: Perdona que me atreva a escribirte esta carta, y que lo haga usando este lenguaje humano, tan alejado de ese otro que me enseñaron cuando era un niño, apenas iniciándome en el uso de la razón. Me decían mis mayores que tenía que rezar al menos dos o tres veces al día: al levantarme de la cama, ante cada una de las comidas para dar gracias y al acostarme. Eras tan poderoso que incluso había intermediarios entre yo y tú a los que elevaba loas, preces y peticiones que te tenían a ti como destinatario, o sea, los famosos “enchufes” que ahora usamos los humanos para obtener favores de las instituciones y organismos superiores.
Esto viene a cuento de una entrevista (relacionada con el Libro mencionado) a Andrés Aberasturi, que es padre de un muchacho llamado Cristóbal, afectado de parálisis cerebral, retraso psíquico y físico, problemas pulmonares, crisis epilépticas, etc…, que le convierten en una figura decorativa. Su padre ha afirmado que “quiere un hijo que sea libre, porque sin libertad no es posible tener una vida digna”, por eso desea que su hijo acabe su vida para que así acabe de sufrir. La entrevista, y el libro, conforman un alegato contra los avatares del destino, que los creyentes adjudican al libre albedrío de los dioses, y los cristianos al capricho y la autoridad de Dios. Acierta plenamente Aberasturi cuando afirma que “la vida es tan injusta que no puede existir un Dios padre”, causante de cuanto nos ocurre, por ejemplo, causante del gran problema que aflige tanto a Cristóbal Aberasturi como a su padre Andrés.
No queda otro remedio que pedir responsabilidades a Dios, como Sumo Hacedor, ya que también le hemos adjudicado todos los méritos. Si fue Dios el Creador de todo lo bueno que disfrutamos, también lo fue de todo lo malo, peor aun cuando nos abordan los males del modo imprevisto e involuntario como han atacado desde el primer instante de su vida a Cris. Dice su padre que jamás le ha oído decir una sola palabra, su lenguaje se ha movido mediante las variaciones de su semblante porque sus sentidos, diezmados, apenas han sentido la vida. ¿Por qué redimir a Dios de tan grave responsabilidad?
La sinceridad con que se expresa Andrés Aberasturi, tan alejada de los sentimentalismos de salón, no inspira ninguna duda. Quien no es libre para poder elegir no puede ser culpable de su estado ni de sus carencias. Quien no es culpable tampoco es responsable. Es Dios el que permite estos desatinos tan fatales. Sí, es él, pero ¿a quién le achacaremos la responsabilidad quienes no creemos en él, quienes pensamos que Dios no existe, y que cuanto hay en el Mundo, cuanto acontece en él, es consecuencia de un hecho sobrenatural y aleatorio que no admite explicación ninguna por parte de la mente humana? En el fondo no se trata de pedir responsabilidades porque cuando fuimos depositados aquí, de forma tan arbitraria y desordenada, no nos dieron ni un sencillo manual de instrucciones ni siquiera una hoja de reclamaciones para hacer constar en ella nuestros descontentos.
Andrés Aberasturi ha escrito un libro lleno de ternura hacia quien, siendo también obra de dioses, -eso,  admitiendo que todos los seamos, cosa que dudo-, es obra suya porque es su hijo. Puede ser que sea el amor inherente a la paternidad una razón inigualable para la ternura, pero el texto recoge pasajes que pueden ser aplicados en otras muchas circunstancias. Cris, a pesar de su silencio y se su ausencia, siempre está presente en las vidas de quienes están a su lado y le aman, pero forma parte de una gran muchedumbre de personas cuyas vidas dependen de los demás, que sus vidas pasan desapercibidas en gran medida a quienes no tienen el deber de cuidarlas, ni sienten el afecto o el amor suficientes para sentir que cenesitan de sus cuidados. Pero Aberasturi va mucho más lejos. Si su libro cayera en manos de Dios, -siempre en el caso de que fuera Dios el responsable de la situación de Cris-, Dios debería revisar su omnipotencia o ponerla realmente al servicio de su suma bondad. Repito las palabras de Andrés: “La vida es tan injusta que no puede existir un Dios padre que haya permitido el sufrimiento de Cris”. El libro recoge por todos los lados reproches a Dios, porque la vida de Cris es una sucesión de catástrofes que acucian a una persona que no habla y, por tanto, ni protesta ni responde, por eso las palabras de su padre tienen una importancia y una dimensión superiores.
“Es una putada que esto ocurra y Dios guarde silencio”, también dijo Aberasturi. ¿Y si Dios guarda silencio precisamente porque Dios es silencio, porque no existe Dios y todo responde a una alucinación de los hombres, a otro invento más dirigido a provocar el miedo y poner los comportamientos de los más humildes y desprotegidos al servicio de los poderosos? Habrá quienes lean el libro y se sientan extrañados por la actitud y los criterios usados ante su hijo. “Eres un error, Cris: una lamentable equivocación genética que no es sino la confirmación absurda de una estadística”, dice Andrés en referencia a su hijo. Pocos renglones antes advierte de que “la verdad es ocasiones aplasta, la verdad es contundente y puede llegar a ser atroz por pequeña que sea…pero para mirarla de frente resulta necesario dejar hablar al sufrimiento… y la única verdad es que tú, Cris, eres un error de la naturaleza”. No serán pocos los que critiquen o censuren este modo de pensar. Quienes creen en un Dios todopoderoso serán capaces de tacharle de poco conformista, de rebelde, pero será en este caso de un rebelde con causa y razón evidentes, porque en todo caso no podrán cuestionar su humanidad ni el amor que dedica a su hijo Cris, presentes en todo el libro, a pesar de que Cris nunca le hable, ni le sonría, ni le abrace, ni haya ido nunca de su mano, ni le haya desobedecido… y por si fuera poco, casi no llegó a verle sufrir nunca, salvo cuando le pusieron una sonda nasogástrica que le produjo el  dolor suficiente para que tres lágrimas perlaran su cara. Andrés las concede una dimensión y significado sobrenaturales para él: “Debí recogerlas en un cáliz y beberlas”.
¿Por qué escribo de Cris, de Andrés Aberasturi, de su bello y escueto Libro? Porque enfrenta al Hombre con Dios. El Hombre que habita este Mundo que Félix Grande llamaba “siniestro”, y Dios que habita en otro lado, en algún lugar etéreo que el Hombre es incapaz de definir e interpretar. Se lo pregunta Aberasturi ya desde el título del libro, pero no consigue llegar a la respuesta definitiva porque “el final, en realidad, no existe”. Entre las muestras que da Dios de su grandeza, y las que da Cris de su autenticidad tan imperfecta, me quedo con Cris. A él, a sus íntimos y a todos los humanos Dios les debe, como mínimo, una explicación rigurosa.


FDO.  JOSU  MONTALBAN                

jueves, 14 de julio de 2016

MIGUEL ÁNGEL BLANCO (El Correo, 14 - 07 - 2016)



MIGUEL  ANGEL  BLANCO

(Asesinado por ETA el 13 de Julio de 1997)

En Euskadi, y en toda España, quienes vivimos aquella atrocidad no podemos olvidarla. Era el mes de Julio del año 1997, hace diecinueve años. ETA mataba sin descanso, y aquel concejal de solo 29 años estaba en su punto de mira. Volvía hacia su casa, en transporte público a pesar de pertenecer a un partido de derechas, y fue abordado por una mujer. No sé cuál era entonces el porte y prestancia de aquella mujer, pero bien cabe pensar que Miguel Angel pudiera haberse sentido atractivo al ver cómo se acercaba a él, sin embargo, fue reducido por ella y conducido a algún escondrijo, a alguna covacha de ratas o de comadrejas. Aún no sabemos dónde pasó sus últimas horas de vida aquel muchacho que los asesinos de ETA le robaron a la Vida, a la Humanidad que merece ser respetada. Ellos, los asesinos, formaban parte de la otra Humanidad, la inhóspita, la indigna y miserable.

Es preciso recordar a Miguel Angel Blanco en esta fecha porque su asesinato no fue un pasaje cualquiera. El ultimátum, además de ser un desafío al Estado, constituyó toda una condena a muerte dictaminada por las mentes negras de aquellos tres asesinos, porque tenía adjudicada una hora para su ejecución en solo 24 horas, y porque la reivindicación, -el acercamiento de los presos etarras en solo 24 horas-, no era admisible, y menos en respuesta a un oprobio de tal envergadura. Desde entonces hasta hoy han cambiado bastantes cosas, ahora no acudimos a funerales por los asesinados ni se producen atentados, pero aún ponemos demasiados impedimentos para llamar a las cosas por su nombre, para culminar un diagnóstico certero que subraye la evidencia de lo que ocurrió: que un puñado de asesinos vascos se dedicaron durante demasiado tiempo a matar a sus semejantes reclamando una quimera en nombre de una patria que, por ser tal, en modo alguno podría adoptarlos como hijos. Recuerdo cómo pasé aquel terrible día. En la madrugada del sábado escuché a un encapuchado cobarde leyendo el ultimátum. Su voz surgía de las tinieblas que ocultaba su capucha arrugada, en la que dos ojos vidriosos se asomaban a dos orificios ovalados. No recuerdo si llevaba boina. No quiero recordarlo porque yo estaba acostumbrado a ver la boina noble que siempre llevaba mi padre. El texto que leyó fue escueto, como corresponde a la razón de los asesinos: sin adornos ni explicaciones, solo brutal… Porque los asesinos no reflexionan, solo hablan desde el estruendo y las detonaciones, desde el vientre enlodazado de la muerte.

Por la mañana del sábado ya estaba yo en Bilbao. Pidiendo libertad para Miguel Angel, como lo hacían miles y miles de vascos, desprovistos de pegatinas. Allí estábamos los decentes. Quienes detestaban aquella movilización eran los indecentes, que no eran pocos en aquel tiempo, los que en mayor o menor medida acompañaron a Txapote, o a Nora, o a Mújica, a apretar el gatillo de la pistola. Recuerdo que apenas comí, y que me senté ante la televisión a la espera de información. Cuando la noticia saltó fue como si un puñado de ortigas brotara en mis oídos. “Le han matado”, me dije. “¡Estos hijos de puta le han matado!”, repetí. Y en aquel momento yo, que era concejal de mi pueblo y diputado foral, empecé a sentir muchísima rabia y un poquito de miedo. Rabia, porque yo no podría sentirme nunca más una persona, ni me sentiría vasco, si aquellos asesinos eran tenidos o tratados como tal. Y miedo, porque yo era como Miguel Angel, un ciudadano normal y corriente, y socialista, o sea de la misma condición que las víctimas de aquellos matones.

Así de sencillo es el recuerdo que yo tengo de los asesinatos etarras. Es cierto que el de Miguel Angel marcó un antes y un después en la lucha contra ETA, porque la atrocidad colmó cualquier paciencia y porque, como me ocurrió a mí, los párpados de muchos estallaron en lágrimas incontenibles, las voces se convirtieron en sollozos de dolor, las palabras fueron gritos de protesta y desconsuelo, y ya no cabía ninguna compasión con aquellos embajadores de la muerte que mataban por placer. Ahora que ETA ya no mata me atrevo a segurar que, aunque todos los asesinados por ETA tuvieron la misma importancia, la muerte de Miguel Angel sacó a la calle a muchos nacionalistas y abertzales que nunca habían salido. El asesinato de Miguel Angel fue el principio del fin y la señal de una constatación: ETA no surgió como consecuencia de nada, como quedó demostrado cuando no abandonó la lucha armada al llegar la Democracia.

La violencia de todo tipo, en el País Vasco como en el resto de España, sólo obedece a la existencia de ETA, cuya única característica es ser un grupo generador de terror. Los constantes esfuerzos que los demócratas vascos venimos haciendo por revisar la Historia son el tributo gracioso que estamos pagando a quienes nos amargaron la existencia a tantos y luego, en un alarde de cinismo y de miseria, nos han premiado enterrando (que no entregando) sus pistolas. Yo he visitado varias veces la Plaza de la Memoria que ha instalado el Instituto de la Memoria en diferentes lugares de nuestras ciudades y pueblos. Los testimonios merecen valoración y respeto, incluso los aportados por los familiares de algunos asesinos, pero la iniquidad fue hecha por los asesinos etarras. Ahora que hay quien reclama el acercamiento de los presos como factor de pacificación, conviene recordar que, avenirse a ello sin que ETA previamente se disuelva es cumplir el ultimátum que se llevó por delante a aquel muchacho de 29 años llamado Miguel Angel Blanco.


FDO.  JOSU  MONTALBAN  

PODEMOS NO ES PABLO IGLESIAS (El Diario Norte, 14 - 07 - 2016)


PODEMOS NO ES PABLO IGLESIAS

¿Para qué ha venido Pablo Iglesias a la Política?

¿A valorizarla o a anularla, a serenarla o a impacientarla? Si la Política es el arte (actividad artística) de gobernar a los pueblos y a sus gentes, Pablo Iglesias no debe ser un buen político, porque no se comporta como un artista sino como un agitador. Su modus operandi está basado en la tergiversación de los conceptos y sobre todo en la interpretación enrevesada de los acontecimientos. Se trata de alguien dotado de una inteligencia privilegiada, pero su voluntad es perversa, tanto que especula con el lenguaje constantemente, y dirige sus mensajes a quienes están más expuestos a las debilidades y los riesgos. No le gusta compartir espacios ni mensajes porque actúa como los enviados, como los predestinados. Enrarece los ambientes porque se desenvuelve mejor en medio de las sombras, o sumergido en la niebla, que a plena luz. Pero a veces se equivoca, principalmente cuando lo que pretende y persigue es equivocar a los demás. Su complejo de inferioridad choca constantemente con esa forma de superioridad intelectual que emana de su desparpajo desenfrenado y atrevido. Es, ahora mismo, el hándicap más importante de Podemos, que es una formación política tan interesante como emergente, tan necesaria como peligrosa. Diré por qué con un sencillo ejemplo.
Cuando Pablo Iglesias ha acudido a la entrevista con Mariano Rajoy, previa a la sesión de investidura, su posición ha sido drástica e inequívoca. “Entre Podemos y el PP no cabe acuerdo alguno”, ha sido la conclusión. Esa misma posición la han mantenido otros y no es, para nada, objetable. Lo que sí lo es es su comportamiento posterior, cuando en una rueda posterior al encuentro, lejos de ceñirse a exponer las razones suyas, la emprendió a mandobles contra el PSOE fundándose en impresiones de muy dudoso fundamento, pero de muy malvada intención. Sin embargo su desatada lengua cayó en flagrantes contradicciones y errores por su obstinación para desacreditar al PSOE poniéndole entre la espada y la pared.
Primero marcó un terreno de juego engañoso. “Sánchez debe elegir entre Rajoy, una alternativa de izquierda o terceras elecciones”, dijo. Y erró porque ¿cuál es esa alternativa de izquierda que alcanza los 176 escaños imprescindibles para el éxito en el empeño? Iglesias sabe que las terceras elecciones, que él mismo ha juzgado como poco beneficiosas, solo pueden ser evitadas con una abstención que permita gobernar al PP, como fuerza más votada, o con un acuerdo PSOE-Podemos-C´s, de tipo reformista, que se proponga atajar los problemas más acuciantes y urgentes, como la corrupción, la desigualdad, la integración territorial española o la reforma constitucional, entre otras cosas. Pero Iglesias no está dispuesto a nada porque solo persigue la destrucción del PSOE, que traería consigo su conversión en el segundo en el litigio electoral. Tal es su obstinación que no le valdría ninguna explicación del PSOE si optara al fin por la abstención para evitar unas nuevas elecciones.

Iglesias ha dicho que “si el PSOE se abstiene se convertirá en su socio (del PP)”, porque “en Política no es posible una cosa y su contraria”. ¿En qué quedamos? ¿Acaso no cabían tres alternativas? ¿Cabe, entre tres alternativas elegibles, reducirlas cuando le conviene en dos, una cosa y la contraria? De modo que ya se ha arrogado el liderazgo de la oposición si Sánchez se abstiene, aunque tal abstención vaya seguida del ejercicio de una oposición parlamentaria meticulosa y exigente.

A Iglesias le tiene derrotado su ambición desmedida y desatada. Intenta dar lecciones por todos los lugares por los que va: lo mismo degrada al caído que se sube sobre los hombros del poderoso. Regala libros que, casi seguro, no los ha leído él. Busca llamar la atención con apósitos circunstanciales ya que no lo hace con componentes esenciales. Dice ser de izquierdas aunque predique que no existen la derecha ni la izquierda porque solo busca los votos, incluso de algún ultraderechista despistado. Ejerce el poder dentro de los suyos con escasa comprensión y ninguna compasión.
Si Rajoy termina siendo investido Presidente reclamará su rango de Líder de la oposición aunque el PSOE no vote a favor de dicha investidura y anuncie su condición como primer grupo opositor. Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, ha dicho: “No tengo ninguna vinculación con Pablo Iglesias…Ni contactos”. Manuela Carmena y Pablo Iglesias no han confluido porque ella es un río caudaloso y él no pasa de ser un arroyo que se despeña en una montaña, que apenas lleva agua cuando no está la climatología en época de lluvias.

¡Podemos no es Pablo Iglesias!


FDO.  JOSU  MONTALBAN    

miércoles, 13 de julio de 2016

EL CHOQUE GENERACIONAL EN LA POLITICA ACTUAL (LaInformacion.com, 14 - 07 - 2016)


EL CHOQUE GENERACIONAL EN LA POLÍTICA ACTUAL

Debe ser consecuencia del “choque generacional”, que es una forma de ver el conflicto que se produce entre personas de edad muy diferente, que tienen modos diferentes de abordar los problemas y resolver las situaciones complicadas. Lo cierto es que desde el 20D viene produciéndose en España un choque que algunos tildan de generacional, pero que tiene características muy diferentes de las derivadas de una reacción rebelde de los jóvenes contra los viejos. El término “casta” con el que se ha pretendido desacreditar a los más viejos no ha servido para distinguir a unos de otros, porque los jóvenes actuales no son más audaces que los viejos, mientras que estos son más útiles por ser más experimentados, para la vida y para la Política.

Da la impresión de que el relevo generacional que parece haberse adueñado del mapa políticos español está sirviendo para muy poco. Los líderes de tres de las cuatro formaciones más votadas en España pueden ser considerados jóvenes (emergentes), pero los españoles han preferido depositar su confianza en mayor medida en el “viejo” –Rajoy- ante la impotencia e inutilidad de los tres “jóvenes”, que fueron incapaces de acordar una alternativa, principalmente por la intransigencia del soberbio Pablo Iglesias (Turrión, que no Posse). Desde el 26J los mismos protagonistas, en muy parecidas condiciones, porfían por el mismo objetivo pero muestran además las mismas inclinaciones. Ni la difícil situación provocada por los resultados electorales ajustados, ni la opinión pública que se incline por algún acuerdo para evitar unas nuevas elecciones, que harían que el periodo sin un gobierno estable en España fuera superior a un año, han modificado realmente la actitud de los líderes. La desidia de Rajoy, que no ofrece cambios programáticos para forzar aproximaciones, la tozudez de Pedro Sánchez, y la intransigente soberbia de Iglesias, han vuelto a ser la seña de lo que nos ocurre. Sólo Rivera ha dado un saltito en dirección diferente.

Lo malo de esta situación es que esta incapacidad para llegar a acuerdos solventes se hace en nombre de unas ideologías basadas en leves reformas y escandalosas propuestas populistas que solo buscan acercar votos a los líderes y sus formaciones en los procesos electorales. Cuando los ciudadanos temen caer en el pozo de la pobreza se les muestra la abundancia como si fuera fácil de alcanzar, pero los números que se esgrimen para ofrecerles ese nuevo futuro no están calculados con el necesario rigor. Los líderes ponen más interés en producir impactos que en conseguir metas fiables, porque los impactos les producen efectos inmediatos mientras que las metas resultan mucho más difíciles de conseguir. El choque generacional que afecta ahora a la Política española participa de esta disyuntiva. Los líderes de la famosa “casta” buscan una estabilidad que los nuevos desprecian, sin embargo estos nuevos viven entregados a la lucha por conquistar el poder, como buscan los charlatanes de feria que a base de verborrea y engaños sutiles compren sus productos los caminantes despistados.

En el actual debate, en busca de un Gobierno posible, ahora que no cabe ningún juego de números que permita constituir un Gobierno de derechas o de izquierdas puro, los jóvenes están siendo muy poco valientes y, sobre todo, nada imaginativos. Su miedo les lleva a recalcar sus carencias como si se tratara de un mecanismo de defensa sicológico. Dicen ellos que acordar con el diferente puede llevar aparejada una traición a sus electores. No digo que no pueda ser así en algunos casos, pero en el momento que nos ocupa la necesidad del acuerdo es virtud, y los ciudadanos de todas las ideologías piden a gritos un acuerdo razonable que evite unas nuevas elecciones, las terceras, que tampoco resolverán nada y, en todo caso, dejarán a las izquierdas algo más diezmadas que lo que ya están.
Bueno será que los “jóvenes” Sánchez e Iglesias hagan caso a los políticos “viejos” y experimentados. Alfonso Guerra ha adelantado una reflexión, que es de Perogrullo pero resulta muy procedente, dirigida a todos los líderes principalmente al líder socialista Pedro Sánchez: “Es contradictorio votar no y decir que no se quieren otras elecciones”. La consecuencia de los “noes” generalizados serán las nuevas elecciones, porque no hay ninguna mezcla de números que alcance los 176 escaños.

Y Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, también ha sido contundente al valorar el comportamiento de la izquierda tras el 20D: “La izquierda dio una imagen de poca flexibilidad, de poca capacidad de negociación… Y la negociación es un símbolo de inteligencia”. Bien se ve que se dirigía principalmente a Pablo Iglesias y a Podemos, con los que se muestra muy contundente en la misma entrevista: “Por supuesto, no soy de Podemos… No tengo ninguna vinculación con Pablo Iglesias… Ni contactos”.
¿Alfonso Guerra y Manuela Carmena son de la casta?


Fdo.  JOSU  MONTALBAN       

domingo, 10 de julio de 2016

UNA VEZ MÁS, EL PSOE (El Diario Norte, 11 - 07 - 2016)


UNA VEZ MÁS, EL PSOE

En un titular de prensa leo lo siguiente: “Rajoy duda de que el rechazo del PSOE a su Gobierno sea definitivo”. El titular es bastante atinado, pero el objetivo del propio titular va más allá de lo meramente informativo. De algún modo pretende influir en el modo de pensar de los votantes socialistas para que vayan asimilando que si, como afirman todos los líderes políticos y los opinantes, unas terceras elecciones supondrían un fracaso mayúsculo de la Política y de los políticos españoles, en algunas manos o mentes políticas tiene que germinar la inquietud para que se pueda investir a algún Presidente para el futuro gobierno. Vistos los resultados, y escuchado a los líderes, solo caben dos posibilidades, y ambas producen incertidumbre: o es Presidente Pedro Sánchez con el apoyo de Podemos y C´s, o lo es Rajoy con la abstención de PSOE, Podemos o C´s. Sin embargo todos dicen que “no”, que reservan un “no” categórico para el día de la votación en el Congreso.
¿Por qué Rajoy piensa que el “no” del PSOE es un “no, pero sí”? No es muy difícil de explicar, aunque en los tiempos en que vivimos, de tanta precariedad en los liderazgos políticos, priman la intransigencia y la obstinación que muchas veces se confunden con la firmeza y la integridad de los principios y valores ideológicos. A pesar de la emergencia de dos nuevas fuerzas políticas, como Podemos y C´s, siguen siendo el PP (derecha) y el PSOE (izquierda) los partidos que generan una mayor confianza en los ciudadanos, porque en todo caso tanto la derecha como la izquierda, cuando se han visto sorprendidos por los nuevos tiempos, han mostrado su disposición a emprender viajes pero no a enfrascarse en aventuras arriesgadas. Los ciudadanos huyen de los sobresaltos, detestan a los fantasmas con forma humana porque quieren escuchar palabras o frases fáciles de interpretar, y no ruidos estrambóticos que muevan al nerviosismo. Es esta creencia la que lleva a Rajoy a advertir que el rechazo del PSOE a su Gobierno tal vez no es definitivo.
Estas opiniones de don Mariano tienen además otro fundamento, si bien en boca de Rajoy pierde cierta consistencia. El PSOE es un partido de gobierno que se siente incómodo en la oposición. En sus filas conviven Rojos “peligrosos”, revolucionarios convencidos, izquierdistas e izquierdosos, liberales y libertarios, y algunos conservadores que no le perdonan al PP haber aceptado ser una especie de continuación del franquismo pero sin Franco. Es esta mezcolanza, en la que priman claramente los pensamientos de izquierda, lo que le convierte en un partido comprometido, -muy útil, por cierto-, con los cuarenta y tantos millones de españoles. Es un partido que tanto acoge a jornaleros del campo como a obreros diversos, ejecutivos, directivos de empresas o premios Nobel, eso sí, todos ellos dotados de una conciencia social que permite construir una sociedad integrada, bien dotada de servicios, formada por individuos responsables ante sí mismos y ante los demás. Estas condiciones que concurren en el PSOE hacen que haya momentos en que el debate político que se produce en sus propias filas, cuando tal trasciende al exterior, muestre una especie de guirigay que los enemigos y contendientes del PSOE se empeñan en identificar con peleas de gallos, muy poco edificantes ante la opinión pública.
Pero no es así. Los socialistas debaten, debatimos, porque nuestra “mercancía”, -permitidme la licencia-, son las vidas humanas de todas las personas, en contraposición con la mercancía de la derecha (esta vez sí, sin puntualizaciones ni comillas) que es el capital y las posesiones de cada cual. De modo que la duda de Rajoy procede de la constatación, a lo largo del tiempo, de que el PSOE no es un partido pensado ni para hacer revoluciones desordenadas, ni para quedarse en una oposición testimonial e improductiva para los ciudadanos. Es evidente que este modo tan remiso e interesado de congraciarse con el PSOE mediante insinuaciones bobas, tiene que ver con la escasa vergüenza mostrada por el PP durante los últimos cuatro años de gobierno en que, sirviéndose de su mayoría absoluta, ha tratado a los españoles como marionetas movidas por su vocación y actitudes totalitarias. Y sin embargo, el PSOE estará a la altura de su dignidad porque se sabe el blanco de todas las miradas.
Si el PSOE ayudara a que hubiera gobierno y se evitaran unas terceras elecciones, tan denostadas por los ciudadanos, estará siendo útil… Y lo será tanto más si en el viaje ahorma a esta derecha española tan arisca como perversa. Y si el PSOE se empeña, como lo intentó en la primera oportunidad, en formar gobierno con Podemos y C´s, también estará siendo útil porque estará consiguiendo el cambio que muchos dicen desear, pero por el cual trabajan muy poco quienes con más estridencia hablan de él.
Una vez más tendrá que ser el PSOE el que “resuelva” el jeroglífico que otros han configurado de forma tan defectuosa.


FDO.  JOSU  MONTALBAN         

viernes, 8 de julio de 2016

LA NUEVA CASTA (LaInformacion.com, 09 - 07 - 2016)


LA NUEVA CASTA

Rajoy sueña con Pedro Sánchez y con el PSOE. Le ve como el último, y único, escollo al que asir su nave a punto de naufragio. En realidad, para él el PSOE siempre fue un peñasco de perfiles ariscos a flor de agua, pero se ha convertido en un encalladero que tanto sirve para que el casco de la nave se haga añicos contra él, como para ofrecer un punto firme en el que sujetar los cabos y afianzar la nave que amenaza navegar a la deriva.
Rivera también sueña con Pedro Sánchez, pero se trata de un sueño en negativo. No quiere acostarse con él, no quiere compartir lecho con él, ni siquiera desea vivir sus mismas ilusiones, pero le sirve de cortafuegos. Por una parte divulga el rumos de que “se está gestando un pacto entre PP y PSOE”, lo cual les sirve de coartada para afirmar que Rajoy no les sirve, y que es el PSOE el único involucrado, junto al PP, en la normalización de la situación, pues solo ellos dos (PP y PSOE) pueden alcanzar la mayoría necesaria por sí mismos. Ha dicho Rivera que esta conclusión obedece a “lo que va leyendo en los periódicos”. ¿Se puede ser más simple?
Y Pablo Iglesias también sueña con Pedro Sánchez, pero su sueño pasa por convertirle, una vez más, en el saco de sus “hostias”. (Permitidme usar esta palabra, que no acostumbro a usar en mis artículos, después de que el mismísimo Pablo Iglesias, Turrión, que no Posse, la haya usado en una rueda de prensa bien concurrida). Se va a reunir con Rajoy, pero con la convicción y la encomienda de que su respuesta será un “no” irreversible. Su sueño es más bien una pesadilla desde que los ciudadanos le negaron el voto. De momento ha puesto a actuar a su orfeón, o escolanía más bien. Irene Montero, que es la actual novia de Pablo, le ha hecho la segunda voz: “Pensamos que una gran coalición entre el PP y el PSOE sería un desastre”. Y Carolina Bescansa no se ha quedado atrás: “Es importante que un partido tan arrinconado por la corrupción como el PP no vuelva a gobernar”. La novia del líder ha cerrado la reflexión: “El PSOE está en la disyuntiva entre un Gobierno del PP o un gobierno progresista”. Ahora bien, ¿a qué considera Irene Montero un gobierno progresista?
La verdad es que los sueños sirven para convertir a los enanos en gigantes, a los lerdos en inteligentes, a los torpes en hábiles y, por qué no decirlo, a las gentes normales y sencillas en auténticos imbéciles. Los tres líderes antedichos han sufrido una transformación muy parecida. A los españoles solo les queda la posibilidad de que unas nuevas Elecciones aclaren el embrollo, salvo que ocurra lo que tantas veces ha ocurrido: que el PSOE acuda, armado con su cordura y su humildad, a resolver el entuerto.
Pero las vicisitudes en que mete a los ciudadanos la Política no se resuelven soñando sino ejerciendo la responsabilidad y la audacia a partes iguales. A veces la responsabilidad que debe conducir los liderazgos políticos para que sean útiles y eficaces topan con la falta de audacia, tan necesaria para quienes quieren transformar la sociedad para que los ciudadanos vivamos en mejores condiciones.
Cuando Podemos rechazó toda relación con C´s, que era imprescindible por la razón incuestionable de los números para apartar al PP del Gobierno, solo estaba mostrando su irresponsabilidad y su gran cobardía. Algo parecido aconteció cuando C´s rechazó, sin otros remilgos ni explicaciones, la colaboración con Podemos para, en unión del PSOE, desbancar al PP. De modo que, desafortunadamente, quien no muestra grandes signos de flaqueza, es decir el PSOE, se encuentra con una carga de responsabilidad demasiado excesiva, que le infligen los irresponsables y cobardes de Podemos y C´s.
Por eso el PSOE ha de desenfundar su arma más valiosa: esgrimir su historia, su tradición, su dignidad y su solvencia para solucionar la complicada encrucijada. Lo hará, enarbolando su programa, para que quien gobierne España en los próximos cuatro años, probablemente el PP, abandone la tozudez con que ha sometido al país y a sus gentes a sus imposiciones y antojos. Puesto que no cabe propiciar unas nuevas Elecciones, es precisa la audacia propia y la circunspección de los otros para seguir avanzando con la soltura que demandan los nuevos tiempos. En suma, el PSOE debe ser audaz a la hora de decidir su estrategia a sabiendas de que Podemos y C´s no darán ningún paso al frente.
No es que Pablo Iglesias y Rivera sean apocados. No, tal vez sean lo contrario. Es que les acucia una prisa tan endiablada por alcanzar el poder que viven en una ensoñación perpetua. Para no ser “en-casta-dos”, adolecen de cuanto denunciaron de tal manera que ya se han convertido en miembros de la “casta” que tan despectivamente definieron. Dijo Pablo Iglesias que “cuando utilizamos la palabra casta  estamos señalando una realidad”. Tenía razón, como bien se está viendo, ellos, los emergentes, son la auténtica “casta”.


FDO.  JOSU  MONTALBAN     

MEMORIA Y OLVIDO (DEIA, 08 - 07 - 2016)


MEMORIA Y OLVIDO

Decía mi madre que “lo que bien se aprende mal se olvida”, y para dar fe de ello me repetía una retahíla bien extensa de fechas y personajes que, según ella, habían sido insignes e importantes. Como mi madre era una persona muy importante para mí, incluso más que los personajes que con tanta admiración me nombraba, conservo sus palabras como si fueran oro en paño. En realidad aquellas palabras correspondían a un refrán que, como todos los refranes, constituía una enseñanza y una guía para vivir de un determinado modo. Recuerdo refranes muy atinados y dignos de respeto, conozco otros que precisan demasiadas explicaciones para su entendimiento preciso, y conozco refranes que me parecen abominables. Sin embargo, hace cincuenta años aproximadamente de aquello, y los refranes ya habían sido sometidos a la censura franquista, y los que la habían superado se convertían en auténticas normas de comportamiento, como lo eran los mandamientos de la ley de Dios u otros mandamientos de rango algo más inferior.
Me ha surgido esta inquietud mientras leía un bello artículo de Muñoz Molina que trata del olvido. Apenas había leído un par de párrafos cuando he abandonado la lectura para otro momento y he optado por escribir este. Desde hace algún tiempo hay dos cosas que me tienen ocupado, las dos se corresponden con excesos: el exceso de memoria y el exceso de olvido. Recurro de nuevo a mi madre y al refranero. Solía decir que “lo poco agrada y lo mucho cansa”, y solía decir que “en el punto medio está la virtud”. Eran tiempos en los que era preferible ser temeroso que ser temerario. No era lo mejor ser un adelantado de nada porque los límites los imponía el régimen en que vivíamos, tan implacable con quien sacaba los pies de los límites marcados.
Hoy vivimos tiempos de excesos. Por una parte el invento del término “memoria histórica”, que junta dos términos que tienen demasiadas cosas en común porque la memoria es, quizás, el instrumento más valioso para escribir la Historia, del mismo modo que el relato histórico es una consecuencia más o menos afortunada de plasmar la Memoria. La Memoria Histórica ha sido en España una especie de recapitulación que intentó poner al Franquismo en su lugar llamando a las cosas por su nombre (sublevación, golpe de Estado, dictadura, etc…), y ha restituido la serenidad, una vez que el horizonte se aclaró tras el fallido intento de Tejero y sus secuaces de reimplantar el franquismo. Pero la Memoria Histórica está también revisando la historia de Euskadi con muchos más remilgos, como si tal Memoria no debiera ser una cosa de los historiadores sino de los justicieros. No es ese tipo de Memoria, ni los pasajes de la historia que la recogen, lo más importante. Prefiero, no obstante dejar a un lado la comparación y hacer hincapié en algo que está ahora mismo a nuestro alcance, precisamente ahora que hay políticos en España que dicen haber llegado para sustituir a una vieja “casta” de políticos a los que les achacan ser hijos o herederos de una Transición “incompleta”.
Tal vez sea la ignorancia, o tal vez sea la bisoñez, la que hace que los líderes políticos emergentes (con especial virulencia Pablo Iglesias) ignoren los años en que España se acostaba cada noche con la incertidumbre de que el día siguiente amaneciera sumido en una Dictadura sin dictador, es decir que Franco hubiera muerto sin haber dejado atado y bien atado quién sería su sucesor. Estos nuevos muchachos, que en aquel tiempo apenas estaban escolarizados, no paran de enseñarnos a todos que la Transición fue defectuosa y respondió más a una rendición aceptada que a un esclarecimiento y petición de cuentas exigidos. Sin embargo la Transición fue un proceso modélico al que cabe buscarle errores y alternativas, pero al que no cabe añadirle descalificaciones.
Por eso resulta absurdo no valorar de forma positiva el importante papel que representaron personas como Felipe González, o Santiago Carrillo, o Juan Ajuriaguerra, o Heribert Barrera, o el mismísimo Fraga Iribarne, o quien llevó las riendas que fue Adolfo Suárez, quizás el menos señero de todos ellos pero sin duda el coordinador de aquel proceso. Resulta descorazonador que quienes en aquel tiempo solo eran (éramos) unos niños vengan ahora reivindicando un nuevo proceso transitorio diferente a aquel que permitió que ellos reivindiquen ahora otro mucho más exigente. Esto que ahora reivindican los emergentes, para justificar su emergencia, no es otra cosa que una coartada más para justificar su desidia durante el tiempo en que se mantuvieron alejados de cualquier conflicto. Es tal su ambición de poder que ese invento que llaman “casta” solo aglutina a quienes, por activa o por pasiva, protagonizaron la Transición, fuera desde las izquierdas o desde la derecha, de modo que la descalificación de dicho proceso sirva también para descalificarles a quienes lo protagonizaron.
Quizás sea ya el tiempo de reivindicar el olvido, porque la memoria nos lleva constantemente a la revancha o la tergiversación de los hechos. Quienes reivindican la Memoria lo hacen en muchos casos para manipularla o, como poco, para ponerla en tela de juicio, sin ánimo de usarla para poner en común nuestras vivencias durante aquel tiempo en que la intransigencia y la soberbia de los vencedores se hacía irreductible frente a los vencidos. De aquel tiempo ya no quedan vencedores ni vencidos porque la Democracia se ha impuesto definitivamente y ya han pasado más de cuarenta años. Sólo si usamos la Memoria con fines nobles, y pensando en una convivencia sana el recuerdo se convierte en venerable.
Borges dijo que “yo no hablo de venganzas ni perdones/ el olvido es la única venganza/ y el único perdón”. Y dice Muñoz Molina en el artículo al que he aludido, y que ha dado pie a este artículo, que “el olvido no es la justicia”. Tiene razón Muñoz Molina, pero los versos de Borges también son bellos para socorrernos en esos momentos en los que la Memoria se convierte en una losa que pesa sobre nuestras mentes y nos impide razonar. En la Historia de España que precedió a la Democracia en que vivimos actualmente, se sucedieron razones suficientes para ejercer la venganza, pero los ciudadanos prefirieron no ejercerla porque estaban muy cansados de tanta opresión y tantos oprobios. Tampoco es aconsejable el olvido como razón para perdonar sufrimientos y afrentas que tuvieron lugar hace más de cuarenta años.
Deberíamos, en todo caso, convertir la Memoria en un Museo en el que se sucedieran los acontecimientos de confraternización, ahora que la Dictadura se da por finiquitada, y quienes la sufrieron más brutalmente, o sus sucesores, se muestran capaces de pasar página definitivamente. Es hora de evitar las lecturas y valoraciones basadas en intereses espurios. Dejemos trabajar a los historiadores, que suelen ser los que mejor y con mayor libertad leen los hechos acaecidos compaginando los recuerdos con los olvidos. Dejemos investigar a quienes saben hacerlo sin convertir las investigaciones en revisiones de cuentas. Los líderes políticos tienen bastante con leer la actualidad en cada momento, e interpretarla, y buscar las posibles soluciones a los problemas.
Olvidar no es lo más apropiado, pero obstinarse en recordar, sólo para agredir con tales recuerdos, no es lo más útil para nuestra convivencia. Cualquier obsesión convierte los recuerdos en pesadillas, lo cual no es óbice para afirmar que el olvido voluntario supone una renuncia, nunca deseable, y que como decía mi madre con la boca casi cerrada “el que olvida lo que ha vivido, tarde o temprano lo repite”.


Fdo.  JOSU  MONTALBAN         

miércoles, 6 de julio de 2016

A FAVOR DE UNA SEGUNDA VUELTA EN LAS ELECCIONES (LaInformacion.com, 06 - 07 - 2016)


A FAVOR DE UNA SEGUNDA VUELTA EN LAS ELECCIONES

Una diputada aragonesa, del PSOE para más señas, ha afirmado categóricamente que va a votar “no” en la investidura de Mariano Rajoy. Hasta aquí nada anormal que comentar, porque Pedro Sánchez, en nombre del PSOE, ya había anunciado antes su “no” a Rajoy. Pero la Diputada aragonesa ha aportado una justificación muy socorrida para ella misma, al afirmar que abstenerse o votar a favor de la investidura de Rajoy sería traicionar a los votantes del PSOE. No lo voy a negar del todo, pero conviene puntualizar.
Esto de la traición a los votantes requiere una explicación, porque solo una victoria por mayoría absoluta permite que no se “traicione” a los votantes de la formación que la obtiene. Cualquier mayoría relativa que obliga a acordar a los líderes para articular pactos de gobierno les obliga igualmente a ceder en sus posiciones iniciales y aceptar propuestas de los otros, con lo cual, en buena medida, también están traicionando a quienes acudieron a las urnas con una idea fija e inamovible.
Los resultados del 26J han resultado ser tan complicados de compaginar como los del 20D. Si el acuerdo del PSOE con C’s fue interpretado en buena medida como una traición a los votantes socialistas, los votantes de C’s consideraban una traición a los suyos el pacto con el PP de Mariano Rajoy, aunque no lo consideraban tanto con el PP de Soraya Sáenz de Santamaría o cualquiera otra persona. Curiosamente tras las Elecciones del 20D Podemos consideraba una traición a sus votantes acordar con IU, aunque en estas elecciones del 26J tal traición no se ha producido, aunque hayan acudido “unidos” (y revueltos) buscando el predominio en la izquierda.
Lo cierto es que el único modo de resolver el galimatías de los resultados electorales últimos pasa por la traición a los votantes. Sólo quien se aísle y se condene voluntariamente a la oposición podrá presumir de no ser traicionero con los suyos. Sin embargo, esto que acabo de afirmar es muy poco edificante para la Política, para la democracia, para la gobernación y para la convivencia. Ante la actual distribución de escaños cualquier solución implica traición a los votantes propios, porque los acuerdos y pactos siempre los espacios intermedios en los que no hay principios ni valores inalienables, y las ideologías se moldean a gusto de las posibilidades e intereses de los negociadores.
A los ciudadanos les falta formación política y hábito democrático. El actual modelo electoral español exige la traición a los votantes siempre que no se produzcan las mayorías absolutas. Un sistema que previera una segunda vuelta en la que contendieran las dos formaciones más votadas en la primera vuelta permitiría que no se pudieran utilizar este tipo de criterios o términos, como la traición, que no es tal, porque lo que sí sería traicionar, no a los votantes propios sino a todos, sería no dar nunca el brazo a torcer ni ceder nada en sus posiciones para buscar acuerdos cuando la ocasión lo requiere. Ello provocaría inestabilidad en los órganos del Gobierno, en las Cámaras parlamentarias e Instituciones Públicas. Estamos, precisamente ahora mismo, en un momento crucial en el que es más importante ser maleable para buscar el acuerdo más útil y solvente, que ser inflexible solo por defender un prurito de lealtad alejado de la eficacia y el ejercicio democrático, que impediría cualquier tipo de acuerdo…
…Porque lo perfecto suele ser enemigo de lo bueno.


FDO.  JOSU  MONTALBAN   

domingo, 3 de julio de 2016

EL MIEDO, SEGÚN PODEMOS (El Diario Norte, 03 - 07 - 2016)


EL MIEDO, SEGÚN PODEMOS

Los resultados de las Elecciones del 26J hacen pensar, pero siembran el desconcierto. Incluso en quienes han triunfado de modo aplastante, -el PP-, porque no lo esperaban. Tanto no lo esperaban que en la noche electoral, desde el balcón de su sede de Génova, Mariano Rajoy balbuceaba usando monosílabos mal articulados que culminaron en un beso muy bien embocado a su esposa como modo de agradecer a los españoles y a las españolas su comportamiento en las urnas. Debió ser la sorpresa que produce lo inesperado, o quizás el champán subsiguiente, probablemente administrado por algún camarero desvergonzado.
De todas las interpretaciones de los resultados debemos detenernos en las de los grupos emergentes, los dos que se han sentido más defraudados, principalmente Podemos, que había anunciado al son de cornetas y tambores que adelantaría al PP, de ese modo estaba anunciando que el sorpasso al PSOE estaba cantado. Y como no se produjo tal, sino que la formación morada engordada con los votos de IU perdió más de un millón de votos, he esperado con inquietud los razonamientos de sus líderes para ver si en tales razones se veía por algún lado su condición pedagógica. Pero no, han esgrimido el mismo estribillo que pudiera recitar cualquier líder de la vieja política, de modo que se me ocurre dedicarles un “¡bienvenidos a la casta!”.
Sus reflexiones se concretan en un solo término: el miedo. Ha sido el miedo lo que ha alejado a los ciudadanos de sus papeletas. Así lo han venido certificando, como papagayos, todos los mandamases de la formación. Ha sido el miedo que PP, PSOE y C´s han conseguido inocular en las mentes de los votantes, es decir, ese “sentimiento de inquietud causado por un peligro real o imaginario”. Dice Monedero que “al rehén del miedo no lo convences con sonrisas”. El término “rehén” resulta sorprendente en un razonamiento de este tipo porque un rehén es “alguien que queda en poder del enemigo como prenda de la ejecución de un convenio o tratado condicionado”, y no creo que unas elecciones democráticas sean propicias para hablar de “enemigos”, en todo caso se tratará de adversarios o competidores.
A los líderes de Podemos les ha pillado por sorpresa el último resultado, pero han reaccionado como cualquier otro líder, primero asumiendo la derrota, después echando los balones fuera para eludir sus responsabilidades (ni una sola dimisión, o sea, como si fueran de la “casta” que abominan), y por fin poniendo a los suyos a cantar lo del “pueblo unido” con el puño levantado y los rostros circunspectos. Nada ha ocurrido que incite a la extrañeza. Echenique ha amenazado con “extirpar las malas hierbas”. Y Errejón, quizás involuntariamente, le ha contradicho cuando ha asegurado que “debatimos con honestidad, y escribimos y discutimos, pero vamos todos a una”. ¿También van a una las malas hierbas que quiere extirpar Echenique? Sin embargo han encontrado la razón de su fracaso, que no es otra que el miedo, pero el miedo de los otros. Por cierto, un miedo infundado porque ya se encargó Pablo Iglesias de convertir a su formación, inicialmente marxista-leninista, en una estructura transversal que superaba la “equivocada y extemporánea” concepción izquierda-derecha, hasta desembocar en la socialdemocracia, que no mete miedo a nadie. Es verdad, como dice Monedero, que a Podemos “le ha faltado calle y le ha sobrado mercadotecnia”, pero esto no ha sido improvisado, porque el uso que han hecho de la comunicación y de las Redes Sociales ha adolecido de insolencia y procacidad, llenando Facebook, Twitter y cuantas otras redes al uso de atrevidos militantes “militarizados”, que han despreciado e insultado en exceso a los demás, y no han perdido ni un solo segundo en discusiones ni reflexiones juiciosas.
Sí, puede ser que haya sido el miedo el que ha alejado a más de un millón de sus votantes, pero su análisis adolece de ligereza y escaso rigor, porque también C´s ha perdido votos y escaños, en mayor medida incluso que el PSOE, y ni unos ni otros producen miedo. Más aún, ¿cómo explicar que el PP haya ganado tantos votos y escaños? ¿Acaso no da miedo la corrupción instalada en sus filas, las políticas de austeridad desarrolladas, los recortes sociales infligidos a los españoles, la incertidumbre ante el futuro de las pensiones en manos del Gobierno Rajoy, y tantas otras medidas dirigidas a los más débiles y necesitados? Hay cosas incomprensibles que todos debemos asumir sin cuestionarnos en exceso las razones. Atribuir el descenso de Podemos a una “campaña del miedo” administrada desde fuera de sus torreones es tanto como admitir que su “castillo” ideológico es endeble y no está suficientemente cimentado en principios creíbles. Lo demás son pamplinas.


Fdo.  JOSU  MONTALBAN    

sábado, 2 de julio de 2016

¿QUIÉN SE BAJARÁ DEL BURRO? (LaInformacion.com, 02 - 07 - 2016)


¿QUIÉN SE BAJARÁ DEL BURRO?

Tras las Elecciones del 26J, que han deparado unos resultados igual de enrevesados y difíciles de administrar que los del 20D, solo me cabe una pregunta: ¿quién se bajará del burro? Parece evidente que los números, por sí solos, no dan para alcanzar los 176 escaños necesarios para gobernar con cierta holgura. Y es igualmente evidente, a tenor de las declaraciones de los líderes políticos, que nadie ha modificado sus posiciones e intenciones desde el 21 de Diciembre. Peor aún, los catorce escaños que el PP ha añadido a su cuenta en esta ocasión lo complican aún más, porque el PP y Rajoy aún siguen siendo una versión política del “llanero solitario”, incapaz de llegar a acuerdos con nadie, por inutilidad propia o por intransigencia ajena. A su vez los catorce escaños conquistados por el PP han sido despojados de otras manos, de otras formaciones, que los necesitaban apremiantemente para cuadrar las cuentas de la mayoría necesaria. Ahora mismo Ciudadanos no acepta al PP, al menos no a Rajoy; Podemos no acepta a Ciudadanos; los nacionalistas vascos o catalanes tampoco aceptan acuerdos con Rajoy; Ciudadanos no parece querer nada con los “independentistas” catalanes, que tampoco son santo de la devoción del PSOE… Vamos, que el caos se ha adueñado del mapa político español de modo que la solución no se atisba por ningún lado.
¿Quién se bajará del burro? ¿Quién echará el pie a tierra para caminar al lado de los otros, para pasear compartiendo una sana conversación, para cambiar pareceres y opiniones, y ofrecer a los ciudadanos una imagen de concordia que es, ahora mismo, tan necesaria? Cualquiera de los bastantes millones de españoles y españolas que asisten a esta jerigonza protagonizada por los líderes, hábilmente administrada por los medios de comunicación, corre el riesgo de caer en la esquizofrenia porque la incoherencia a la hora de interpretar el comportamiento de los líderes es un riesgo en el que es muy fácil tropezar. Por eso, alguien tiene que bajarse del burro, porque el burro no resiste tanto peso y además su limitada mollera no le alcanza para discernir entre todas las órdenes y encomiendas que recibe de quienes van subidos sobre su lomo.
Lo cierto es que la tozudez de los números es incorregible, y las matemáticas se muestran implacables: los 176 escaños necesarios para conformar una mayoría precisan que los líderes abandonen su intransigencia e inventen otras estrategias para influir en el Gobierno, sea desde él o desde la oposición. Hay formas de lograrlo, sobre todo si se admite que el gobierno, -el buen gobierno-, no siempre requiere del poder ostentado y ostentoso. Además, si la Política es un arte vinculado al gobierno de los Estados y de las gentes que forman parte de ellos, debemos convenir que no es el poder absoluto lo más imprescindible, sino que hay situaciones como la actual en que es más importante el “poder” colaborar o el “poder” influir, toda vez que el poder absoluta ha sido negado a todos por la nobleza inalienable de las urnas.
Haría mal Rajoy si se empavonara por su éxito electoral, pero harán mal los demás si, con la disculpa de entregarse a sus principios inexpugnables, abandonan su deber como políticos que no es otro que poner sus valores y experiencias al servicio de los ciudadanos, de todos los ciudadanos y no sólo de los que han votado a cada cual. Hay líderes que aún no se han dado cuenta de que la ideología y el programa electoral, que son tan importantes hasta el momento en que se cuentan los votos, han de ceder su protagonismo a otras prácticas igualmente nobles tras conocerse los resultados. La más importante de tales prácticas es el acuerdo con los demás. Acordar con el diferente solo es avenirse al entendimiento, aceptar que hay espacios intermedios en los que las vidas se pueden compartir, y se deben compaginar. Sólo eso, que no es poco. Por eso tras leer los resultados del 26J solo cabe llegar a acuerdos solventes: el PP no debe obsesionarse con su éxito, y los demás han de ocuparse en ejercer una oposición constructiva y útil. Abocarnos a unas nuevas Elecciones supondría, en principio, un nuevo fracaso (el segundo) que debería llevar aparejada alguna medida previa, por ejemplo, que las cuatro fuerzas políticas sobre las que gira, preferentemente, cualquier acuerdo deberían presentar cabezas de lista, es decir candidatos a Presidentes, nuevos, toda vez que los fracasos se cobran víctimas en todas las facetas de la vida.
De modo que no queda otra solución que “bajarse del burro”, que no se empecinen los líderes en serlo de sus intransigencias y se empeñen en lograr un acuerdo que los ciudadanos interpreten como una llamada a la concordia, a la colaboración y a la solidaridad entre todos. Ved, Amigos, lo que significa “bajarse del burro”: “dar el brazo a torcer”, o “renunciar a uno mismo y admitir el error”. En Política el hecho de dar el brazo a torcer no es sinónimo de debilidad, sobre todo cuando hay señales, como pueden serlo los resultados electorales repetidos, que lo piden a gritos. Ni es debilidad el hecho de admitir los errores, al contrario, suele ocurrir que quien no admite sus propios errores vive en un error permanente. Cabe interpretar los resultados como una llamada a que España y los españoles sean gobernados durante los próximos cuatro años desde la oposición, pero para eso es preciso bajarse del burro.

FDO.  JOSU  MONTALBAN