sábado, 11 de agosto de 2018

LOS DERROTEROS DE LA POLITICA ACTUAL ( DEIA, 10 - 08 - 2018 )




LOS DERROTEROS DE LA POLÍTICA ACTUAL

¿Por qué derroteros andan nuestros políticos, y nuestros gobiernos o representantes públicos? No seré yo el primero que piense que nuestras ideologías y doctrinas clásicas pasan por una crisis profunda, pero soy de los primeros en advertir, con mucha pena, que las formaciones políticas están abandonando los principios ideológicos clásicos no porque sean antiguos o por que sean inservibles, sino porque ejercerlos y ponerlos en práctica suponen un grado de compromiso social que los actuales líderes no parecen dispuestos a asumir. De pronto ya no sirven para casi  nada las ideologías, sean de izquierdas o de derechas. Ya no hay conservadores ni liberales, no hay socialistas ni comunistas ni anarquistas, ni siquiera existen las posturas ideológicas mestizas o entremezcladas: socialdemócratas, socio-liberales o demás… Y ello ha hecho que quienes nos representan en las Instituciones Públicas respondan a apelativos tan poco significativos como “podemos” o “ciudadanos” o “comprometidos”, o a “plataformas cívicas” o a “alianzas diversas” o a “movimientos” varios… Y por fin no faltan quienes se bautizan con sugerentes términos que no tienen nada que ver realmente con la Política, como “Liga Norte” o Movimiento Cinco Estrellas, en Italia, y otros tantos grupos que han huido de los términos clásicos y normales en la nomenclatura política, probablemente para no someterse ni a los ideales y principios sociales, ni al juicio de la Política.

Ahora son mucho más importantes los liderazgos individuales que las ideas sociales y políticas. Los “principios” que sustentan dichos liderazgos  están fundados en muchos casos en el físico afortunado de los líderes (cuyo patrón no tiene por qué ser la belleza sino cualquier peculiaridad del carácter); en la oportunidad de algún momento o situación que haya impactado en las vidas de los ciudadanos; en una propuesta muy concreta que siga los deseos y pretensiones ciudadanas aunque tales respondan a cualquier reacción ante una evolución complicada, conflictiva o incómoda… Europa está llena de partidos y formaciones políticas cuyos nombres no tienen nada que ver con la Política clásica. Sin embargo los Estados siguen estando gobernados por Gobiernos y Parlamentos clásicos, mediante formas igualmente repetidas en el tiempo, pero los Partidos no quieren nutrirse de las viejas ideologías, no porque las juzguen inservibles o inútiles, sino porque ponerlas en vigor produce incomodidades e inconveniencias a la mayoría de los ciudadanos que viven cómodamente instalados en los niveles de bienestar que las viejas ideologías les han favorecido y suministrado.

¿Dónde quedaron la lucha de clases, o la lucha contra las desigualdades sociales, que siguen generando parias de la Tierra, aquellos de los que habla la Internacional? ¿Dónde ha quedado la propia Internacional, que fue el Himno oficial de los trabajadores de todo el Mundo, que data del último cuarto del siglo XIX?

Si se hubieran superado las injusticias o los desequilibrios económicos y sociales que motivaron su razón revolucionaria, cabría prescindir de ella, pero las desigualdades e injusticias persisten, y los pobres de la Tierra lo son a perpetuidad, entre otras cosas porque la Política no acude en su auxilio con la debida contundencia. La Internacional, que fue en su gestación un himno revolucionario y clandestino no solo protagonizó revueltas y huelgas de trabajadores que se sentían vulnerados en su condición humana y en sus derechos laborales, sino que constituyó el hábitat ambiental de quienes veían a los pobres y sentían un dolor que les hacía gritar y vocear consignas en favor del Hombre Nuevo. Si la letra original fue diseñada en francés, como correspondía a la nacionalidad de sus compositores, muy pronto fue traducida a casi todos los idiomas del Mundo para constituirse en un Himno universal.

Ciertamente, quizás por el desarraigo de quienes más enraizados debiéramos estar en ella, la Internacional ha dejado de ser un Himno para convertirse en una reliquia que, poco a poco, va siendo desterrada del catálogo de símbolos de la izquierda social y política. Fue un “himno universal” porque la patria del género humano no es esta o aquella, y todos los lugares de la Tierra en que viven y conviven los humanos han de tener las mismas condiciones de vida, de fraternidad, de justicia, de igualdad… Lenin, ya defenestrado por los izquierdosos a los que solo les alcanzaron las formas pero no el fondo de la lucha de clases, encontraba razones profundas para seguir los impulsos de la Internacional: “Sea cual fuere el país en que recale un obrero consciente, fuese cual fuere el lugar al que lo empuje el destino, sea cual fuere su sentimiento de ser un extranjero, privado de idioma y de amigos, lejos de su patria, puede encontrar camaradas y amigos gracias a la canción familiar de la Internacional”. Y aunque es verdad que el texto ha sido matizado, y alterada su letra en base a hipersensibilidades algo diferentes, el Himno ha venido manteniendo su esencia para que los obreros, y los más humildes en el escalafón humano, siguieran manteniendo su unidad reivindicativa en la lucha social.

¿Qué nos está quedando? Apenas nada porque incluso ha sido pisoteado el auténtico sentido del término “democracia”, que es ahora el sistema de gobierno más comúnmente defendido. Por cierto, un sistema cuyo principio de actuación más acendrado es actuar sobre la Economía del modo más tenue, más liberal y menos exigente, creando leyes que permitan la asignación de recursos a la Economía, que protejan los derechos de propiedad, que defiendan el “libre mercado”, siempre desde la creencia de que los Gobiernos no deben interferir en las vidas de las personas. Si esta ha de ser la norma con que nos rijamos, ¿para qué sirven las ideologías que han llegado hasta hoy sustentadas en pasajes históricos tan diversos? El capitalismo es el único principio ideológico que nos rige, si bien mínimamente moldeado para conseguir que los perjuicios sociales inherentes a él no tengan consecuencias catastróficas que justifiquen drásticas revoluciones. La Economía se ha convertido en la única razón para obrar de uno u otro modo, por eso las diferencias económicas entre los ricos y los pobres, cada vez más evidentes, están marcando las líneas políticas que cada partido político desarrolla, débilmente, cuando arriba al poder.

Los partidos políticos se han desarmado ideológicamente porque no saben bien cuál ha de ser el punto de destino. Sí lo sabe, sin embargo la derecha, que nada a favor de corriente en España, sólo afectada por las consecuencias de la brutal corrupción que se instaló en sus filas con gran descaro mientras practicaban su “laissez faire” particular. Pero la izquierda española también sobrevive desarmada ideológicamente, asustada ante el “populismo oportunista” de Podemos, que sirve para cicatrizar y cerrar heridas pero no para curar enfermedades.

Las ideologías de izquierdas han de servir para construir sociedades justas y favorecer las vidas dignas de las personas. El populismo, que algunas veces se quiere camuflar tras disfraces ideologizados, no llega siquiera a ser un remedio temporal  para los males que nos acechan… ¡Ah! No lo he advertido suficientemente, y debería haberlo hecho, que la derecha sociopolítica no se sustenta en ideología alguna, se sustenta en intereses y en caprichos propios de aquel “laissez faire” que a mí me parece abominable.

Fdo.  JOSU MONTALBAN 

viernes, 3 de agosto de 2018

EL NUEVO ESTATUTO DE AUTONOMIA VASCO...



EL NUEVO ESTATUTO DE AUTONOMÍA VASCO…

(… o ¿Crónica de un Fracaso Anunciado?)

Como si se tratase de una serpiente de verano de pronto se ha desatado un debate absurdo entre los líderes políticos vascos. En un acceso tan absurdo como desatado el más alto responsable del PNV ha advertido a Podemos y al PSE que la reforma del Estatuto Vasco avanzará a pesar de ellos, es decir “con o sin ellos”. Este toque, mezcla de envalentonamiento y de soberbia, no solo no viene a cuento sino que encierra una evidente trampa. El PNV ha venido negociando la reforma del Estatuto de Autonomía con EHBildu, ello a pesar de que desarrolle su acción de gobierno con el PSE, y a pesar también de que para algunas urgencias haya tenido que recurrir al PNV para completar mayorías suficientes.

Pero el calor de Agosto se presta a estas reacciones que no se sostienen en base alguna. Porque el hecho de que el único acuerdo que hay sobre la mesa al respecto sea el del PNV con EHBildu convierte el texto en un mero motivo de discordia que se quedará en nada cuando sea sometido a votación en el Congreso de los Diputados en Madrid. Si eso llegara a producirse y, como el texto estatutario del Lehendakari Ibarretxe, todo quedara en agua de borrajas en el Congreso, el debate en la calle será alimentado por el más aberrante populismo de los proponentes, que no dudarán en poner el grito en el cielo para advertir que el ordenamiento jurídico y el entramado institucional actuales responden a un modelo de opresión del Estado contra los nacionalismos, las “naciones o nacionalidades” y las comunidades autónomas españolas. Por eso conviene desenredar la madeja y desentrañar cuanto esconde esta reforma del Estatuto que los nacionalistas desean aprovechar para apuntalar sus quimeras aún a costa de que la convivencia se cercene.

Esa transversalidad, -concepto que está muy de moda porque sirve tanto para un roto como para un descosido-, que Ortúzar ha explicado con habilidad (“si socialistas y podemitas necesitan un trayecto con menos desnivel, que nos digan qué camino les gustaría, y junto con EHBildu intentaríamos abrir esa ruta”) oculta la primera trampa, como es que el texto sobre el que se trabaja solo ha sido pactado con los independentistas, aún no redimidos del todo de sus servidumbres ante ETA y sus encarcelados. Con cierta bravuconería Ortúzar ha anunciado sus intenciones: “no van a conseguir que paremos, con ellos o sin ellos tiraremos para adelante, si quieren venir con nosotros encantados”. Estas declaraciones, con que se ha abierto el mes de Agosto, encierran significados diversos. El PNV tiene miedo a que EHBildu les pueda superar en votos, miedo a debilitarse, por eso mantiene al “indómito” Egibar al frente del partido en Gipuzkoa, en donde sus estridencias verbales, ahora que ETA no está, son equiparables a las de Otegi y demás “ex”. ¿Cómo distinguir el nacionalismo del PNV del independentismo de EHBildu en este contexto?

Tampoco es fácil entender qué razón lleva al PNV a abandonar la compañía del PSE o Podemos en este empeño cuando van a ser imprescindibles sus apoyos en el Congreso de los Diputados. Quererlos convertir en meros comparsas, como intenta hacer Ortúzar, solo puede llevar al fracaso, máxime si tenemos en cuenta que el PP, que es el grupo parlamentario con más miembros en el Congreso, permanece en Euskadi arrinconado (o despreciado), a pesar de ser un partido de vocación autonomista, con el que el PNV ha acordado en varias e importantes ocasiones. De modo que la actitud del PNV, y las palabras de Ortúzar, debieran ser medidas y sopesadas. Cuando ha acusado al PSE de no haber querido participar en la discusión porque “(igual que Podemos) se deben a sus partidos mayores en Madrid”, vuelve a errar, aunque interesadamente, porque la letra más importante y significativa de las siglas socialistas no es la “E” ( de Euskadi o de España), sino la “S” de Socialista,… y el socialismo ha de estar fundamentado en la integridad de un Estado compacto y potente en el que cualquier forma de territorialización (el nacionalismo “forma parte” y es una de estas formas “territorializadoras” del Estado) ha de estar supeditada a la Unidad y a la Democracia.

En Euskadi la Democracia requiere acuerdos potentes pero, curiosamente, dichos acuerdos han de sustentarse más en renunciar a las esencias de cada cual que en obligar a coincidencias antinaturales que, cuando impostan identidades falsas, solo sirven para generar ruina e inestabilidad. Es por esto que la consecución de este nuevo Estatuto Vasco parece abocado al fracaso si las divinidades o los espíritus no lo remedian.

Ortúzar, y los demás prebostes del PNV, están tranquilos. Y, además, satisfechos. Cuando lleguemos al final de todo esto el PNV habrá quedado bien con EHBildu (y con la opinión pública), de quienes les separa un espacio inmenso tanto en el fondo como en la forma de hacer la Política, tanto en la ideología como en la estrategia. El PP reforzará su posición pseudomarginal en Euskadi. Podemos no alzará el vuelo, aunque se instalará cómodamente en el bando “españolista” dando una de cal y otra de arena. EHBildu permanecerá en su lugar. Y el PSE seguirá fiel a su estrategia como colaborador preferente del nacionalismo, pensando en que el PNV siempre será necesario en Madrid para consolidar mayorías. Por todo esto Ortúzar se muestra tan tranquilo como satisfecho, tan contundente como seguro. Sin embargo, si nadie lo remedia, la construcción del nuevo Estatuto puede derivar en un fracaso del que tendrá la culpa, una vez más, el Congreso de los Diputados con sede en Madrid, es decir, España. ¡Es el destino…!

Fdo.  JOSU MONTALBAN    

jueves, 26 de abril de 2018

ANATOMÍA DEL COMUNICADO DE ETA (El Diario Norte, 26 - 04 - 2018)



ANATOMÍA DEL COMUNICADO DE ETA

“Con varios ademanes horrorosos / los montes de parir dieron señales”, de este modo empieza una de las fábulas de Samaniego, pero el final no puede ser más desalentador: “Estos montes, que al mundo estremecieron / un ratoncillo fue lo que parieron”. Debidamente interpretada la fábula da la impresión de que Samaniego hubiera asistido a ese final de ETA que nos ha sido anunciado hace pocos días, pero Samaniego vivió en la segunda mitad del siglo XVIII, y ya estamos en el XXI.

¿Qué ha sido, sino un ratoncillo, el parto-comunicado de ETA al Pueblo Vasco, que alguien ha titulado “Declaración sobre el Daño Causado”?  La verdad es que el Comunicado es mejor que nada, pero las expectativas han quedado en un “déjà vu” que apenas sirve para mitigar la curiosidad de quienes seguimos esperando que ETA se vaya, que ETA nos deje tranquilos, recomponiendo nuestras vidas, arreglando las familias a las que el miedo dispersó, permitiéndonos honrar a quienes murieron asesinados y acompañar a quienes fueron víctimas de atentados en los diferentes grados de consecuencias. Los etarras han parido un ratoncillo remiso y asustado que, recién salido del vientre maldito de la Organización, ha corrido a refugiarse lejos del lugar en el que ETA actuó con mayor frecuencia. Que ETA haya circunscrito sus pronunciamientos, acciones de desarme y demás actos solemnes a Francia, aunque el noventa por ciento de sus matanzas y destrozos fueran en España, demuestra su cobardía y su miseria moral.

Conviene diseccionar el Comunicado, párrafo a párrafo, para llegar a ver de qué modo la desvergüenza se ha apoderado de estos asesinos a sueldo que han jugado con las conciencias de tantos vascos a los que han convertido en sus rehenes y, a la vez, cómplices. Escondidos tras un “conflicto político e histórico (así lo definen), que nunca han explicado ni contrastado con los ciudadanos, no han dudado en recurrir al año 1937, cuando en medio de la Guerra Civil el dictador Franco bombardeó la villa de Gernika. Lo curioso es que ETA surgió más de veinte años después, y no usó en ningún momento la célebre y nefasta fecha para justificar su creación… Quizás porque bombardeos tristes y sanguinarios como aquel se produjeron en innumerables lugares de España, incluidos varios emplazamientos vascos.  

El Comunicado usa una frase (“Lo sentimos de veras”) para intentar dar credibilidad a ese “respeto” que dicen mostrar hacia “los muertos, los heridos y las víctimas”. ¿No resulta esto demasiado escaso? El término “de veras” parece querer subrayar que están convencidos de que la gente de buena voluntad no les va a aceptar las disculpas porque cuando, en anteriores ocasiones, se han disculpado, sólo lo han hecho para ganar tiempo y eludir dificultades puntuales. Como un niño que infringe las normas de comportamiento una y otra vez, y promete cada vez que se arrepiente, que no lo hará más, los etarras han dicho “de veras”, pero los etarras no son niños afectados por faltas veniales, sino asesinos.

El establecimiento de categorías en la condición de víctimas, al que el Comunicado dedica su tercer párrafo, no puede ser más despreciable. Dice ETA que “obligados por las necesidades de todo tipo de la lucha armada, nuestra actuación ha perjudicado a ciudadanos sin responsabilidad alguna,… a esos les pedimos perdón”. Alarma vivir en una sociedad en la que a unos se les pide perdón y a otros solamente “se les respeta”, aunque unos y otros hayan sufrido el mismo oprobio. ¿Quién es ETA para juzgar? ¿A qué leyes se acoge, qué leyes ha aplicado? ¿En qué Sala de Vistas ha juzgado a sus víctimas?

En el párrafo cuarto ETA interpreta aquella que no debe interpretar, porque habiendo jugado un papel tan arbitrario y desvergonzado para nuestras vidas, no resulta admisible que cuestione todas aquellas barbaridades que han tenido lugar porque ETA las haya querido y protagonizado. Dice, “ojalá nada de eso hubiera ocurrido, ojalá la libertad y la paz hubiesen echado raíces en Euskal Herria hace mucho tiempo”, y bien, solo cabe una pregunta: ¿no ha sido ETA la que decidió en su día poner en riesgo la libertad e impedir la paz, incluso oponiéndose al nacionalismo vasco? ¿No ha sido ETA la que durante tanto tiempo ha desecado las raíces de la paz y la libertad para que creciera el árbol de la convivencia en Euskadi?

Y sí, Quinto párrafo: “Reconozcamos la responsabilidad contraída y el daño causado”. Pues sí, la responsabilidad está bien clara: casi un millar de asesinados, muchos miles de vascos obligados a emigrar para salvar sus vidas, profusión de escoltas y vigilantes de las vidas de las gentes de bien, impuestos “revolucionarios” que solo han servido para amedrentar (y para financiar explosivos y muertes), deterioro de la democracia, conversión de la convivencia en una relación entre diferentes que ha impuesto condiciones y ha obligado a acomodar los comportamientos. Esa responsabilidad solo concierne a ETA, -y a quienes reaccionaron frente a ETA al margen de la Ley-, como solo concierne a ella el reconocimiento del daño causado. Quienes, de algún modo, hemos sufrido su acoso, también sabemos que no pudimos combatirla suficientemente porque nuestra debilidad frente a ella fue evidente, y el miedo paralizó nuestras vidas. Ese untento del Comunicado de repartir responsabilidades y adjudicar daños solo responde a la cobardía de los derrotados, que lo han sido con los instrumentos del Estado de Derecho: frente a su Ley, la arbitrariedad sanguinaria del caos en manos de los terroristas.

El último párrafo contiene un empeño importante e imprescindible: “la reconciliación es una de las tareas a llevar a cabo”. ETA sembró de hostilidad la convivencia, enturbió las miradas y enrareció los saludos, en suma, convirtió las vidas en marchas por tortuosos caminos alejados de toda condescendencia. Pero ese esfuerzo de buena voluntad e intenciones con que termina el Comunicado, - “(la reconciliación) es un ejercicio necesario para conocer la verdad, cerrar heridas y construir garantías para que ese sufrimiento no vuelva a suceder” -, no debe llevarnos a engaño. La verdad de lo ocurrido la conocemos suficientemente aunque pudiera faltarnos algún tibio detalle. Las heridas, aunque pudieran llegar a cerrarse, van a dejar cicatrices, y la memoria y los recuerdos van a persistir aún durante bastante tiempo, tanto más si ETA no se muestra más noble y magnánima, más severa consigo misma que lo que se ha mostrado hasta ahora.

Pedirle a los gobernantes, a las Instituciones, a los responsables públicos, a los Partidos políticos y a los ciudadanos en general, que “bendigan” este Comunicado es pedir peras al olmo. ETA, y quienes las han protegido y potenciado durante tanto tiempo, deben pedir perdón de forma tan escueta como contundente. Sin puntualizaciones ni condiciones. Si actúan de ese modo, no tengo dudas de que estarán dejando de alimentar ese monstruo con el que nos han amedrentado y nos han querido convertir, a todos en sus cómplices,…y a quienes no han aceptado su complicidad, en rehenes.

A ETA, y a sus adláteres, les es de aplicación el final de la fábula de Samaniego, que dice: “Suele a menudo / ser el gran parto de su pensamiento / después de tanto ruido solo viento”. Y así ha sido en esta ocasión.

FDO.  JOSU MONTALBAN         

lunes, 12 de marzo de 2018

RELATO Y POSVERDAD DE LA IA Y DE ETA (DEIA, 12 - 03 - 2018)




RELATO Y POSVERDAD DE LA IA Y DE ETA

Habiendo sido, como fui, no solo víctima de ETA (aunque no consumada) sino amenazado directamente mediante cartas de diverso formato, asisto estupefacto a unos pasajes que me provocan mucha rabia. Y esta es la razón por la que escribo este artículo que pretende formar parte del “relato humano” del sufrimiento de unos cuantos, y pretende además combatir eso que ahora se oculta tras el neologismo “posverdad”, que bien pronto ocupará un lugar destacado en el Diccionario de la Real Academia Española. Nada expresa mejor el uso procaz y miserable de la “verdad”, de lo realmente ocurrido, como la “posverdad” que usan los favorables a ETA y al terrorismo (cada vez menos, afortunadamente), pues no en vano siempre se pronuncian distorsionando la realidad, que fue tan contundente como para producir más de 825 muertos por asesinato en atentados de todo tipo, y dejó tantos tullidos e imposibilitados, que destruyó familias, arruinó a la sociedad vasca en lo económico y sobre todo en lo ético, que manipuló creencias y emociones y generó una sociedad remisa en la que la osadía de los desalmados acalló el buen criterio de los ciudadanos normales. Esto no debe caer en saco roto, porque la sociedad vasca ha pasado medio siglo sometida a un azote brutal que solo ha respondido al capricho y la bestialidad de los patriotas (“abertzales” infiltrados) vascos. Desde luego que los auténticos abertzales no se merecían que los asesinos terroristas hayan matado en su nombre.

En los últimos tiempos han tenido lugar tres momentos o pasajes que han llamado mi atención y, ¡cómo no!, me han irritado. Hace pocos días se ha celebrado en Andoain un homenaje a dos etarras, terroristas y asesinos por tanto, que han salido de la cárcel y han vuelto a sus hogares. Han vuelto precisamente al lugar en que fue asesinado Pagazaurtundua, un buen hombre y mejor amigo que cometió el gran error de ser socialista, de no ser abertzale. Desgraciadamente la miseria moral que supone el hecho de que los asesinos hayan sido galardonados  con aurresku de honor y de bienvenida, y sendos ramos de flores, extiende un borrón miserable sobre el pueblo, no tanto porque todos los vecinos de Andoain se deban sentir responsable del homenaje tributado, pero sí por el hecho de que no hayan sido capaces de impedirlo o de contrarrestarlo. Cuando se somete a todo un pueblo a un oprobio tal, resulta descorazonador que no se hayan producido reacciones en contra. Si el asesinato de Pagaza fue algo ignominioso, este Homenaje dirigido a los chivatos asesinos que lo facilitaron, es una nueva ignominia que quienes la han propiciado deberán sentir en alma y la conciencia, si es que aún les queda alguna de las dos.

Relacionado con este hecho he vivido yo directamente un segundo momento, porque el referido homenaje ha ocupado bastante espacio en los periódicos, aunque dicho espacio haya sido tratado de modos bien diferentes. El hecho de que militantes del PP enarbolaran carteles mientras tenía lugar el Homenaje, y profirieran gritos en contra del terrorismo y a favor del asesinado encendió la mecha de los violentos y de sus partidarios, por cierto una mecha que necesita muy poco para estallar. Y esto, este trance tan venial de los miembros del PP, que solo mostró las fotos del asesinado, provocó que les llamaran “fascistas”. Este comportamiento no es baladí, y debe ser interpretado y contestado con resolución. De todo ello saco algunas conclusiones: la primera es que un Alcalde que participa en un acto de esta naturaleza no merece serlo, porque su cometido como alcalde, que es representar a todos desde la ética y la dignidad humanas, queda a la altura del barro. Lo lógico sería que los vecinos de Andoain, al menos todos los que no tengan nada que ver con ETA, deberían pedir su dimisión por indigno y por miserable, por el hecho de que su alcaldía es capaz de sentir admiración por unos asesinos que ayudaron a que otro vecino de su pueblo fuera asesinado.

Relacionado con este hecho he vivido una situación que es, como poco, peculiar. En un programa de debate de la Tlevisión Vasca fue entrevistado al respecto el responsable de una ONG vasca cuyo nombre se traduce del euskera al castellano como “lo que sirve para unir”. Preguntado en torno a la procedencia de que se hagan homenajes a etarras como el referido, estableció una diferencia entre el hecho de que se rinda homenaje a asesinos de víctimas cuyos familiares aún residen en Euskadi, y los homenajes o recibimientos a asesinos cuyos asesinados y sus familias  han desaparecido definitivamente del lugar. Es decir que se trata de aplicar esa insensatez de “ojos que no ven corazón que no siente”, es decir, que si no están presentes los que con mayor intensidad vivieron las ausencias de sus familiares asesinados, los demás podemos alegrarnos y vocear “¡hurras!” a favor de los liberados. ¿Acaso esta actitud “sirve para unir”, como reclama el mismo nombre de la Organización? Yo creo que no, porque para unir lo que desunió el terrorismo, que fue el que produjo tantas muertes gratuitas e irreparables, sólo cabe la disolución definitiva de ETA, algo que al parecer solo ocurrirá cuando ETA lo decida. Sin embargo, hay que reclamar a todas las formaciones políticas vascas que exijan la disolución de ETA, porque ningún otro movimiento que responda a estrategias intermedias será suficiente.

ETA sigue jugando a la gallina ciega con los vascos, pero lo hace amparada en la mal llamada Izquierda Abertzale (IA), que aún no ha condenado de forma tajante ni una sola vez las muertes violentas protagonizadas por ETA. Actualmente los protectores de lo que queda de ETA están poniendo en bretes diversos a las formaciones vascas pacíficas y pacifistas. El hecho de que EHBildu no se haya sumado a un texto tan sencillo y poco exigente como el aprobado en el Parlamento Vasco, en torno a los homenajes públicos a etarras, debería servir para que los “abertzales” se quedaran colgados y abandonados en otras muchas ocasiones. Mientras se declaren incapaces para acompañar a los demás a normalizar las vidas, todo acercamiento a ellos resulta miserable. Estos muchachos/as de SORTU merecen ser dejados a un lado, y ya lo presienten, porque el progresismo social choca frontalmente con el desprecio hacia los afectados por la violencia, a los que ignoran hasta tal punto de encontrar algún tipo de explicación o razón que justifica sus persecuciones y asesinatos.

Es también curioso, y abominable, que a través de un comunicado hecho desde su periódico de cabecera, ETA haya ofrecido una serie de informaciones imprecisas y ambiguas. De pronto a la dirección de una organización terrorista de inspiración marxista, leninista, stalinista (y demás “istas”), parece que se la ha ocurrido someter a votación de sus militantes su continuación. Y han advertido que, como mucho, el resultado podrá ser que de repente “ETA ya no exista”, porque la dirección actual no se plantea “ni su desaparición ni su disolución”. Entre los etarras encarcelados, los pocos que están fuera de España o en la clandestinidad, y un puñado de ex reclusos se decidirá que ETA exista o no. Han advertido que no son favorables ni partidarios de la disolución de ETA, porque si así ocurriera “ETA dejaría de ser un agente que interpela y es interpelado”. ¿Y qué interpela? También esa respuesta aparece en los papeles: “Interpela a la IA para que sea leal al legado de ETA”.

Así que ETA aún desea influir, aún desea ofrecer “su relato”, “su posverdad”… Menos mal que el hecho de ejercer de terrorista cada vez resulta más penoso y arriesgado… Menos mal que ETA ha perdido la guerra que ella misma comenzó, y lo sabe muy bien… Le molestan y resultan incómodas sus propias pistolas… Por si se les disparan…

Fdo.  JOSU  MONTALBAN