LA CAZA DEL VOTO EN EUSKADI. ¡SE ABRE LA VEDA!
Ya estamos en campaña electoral en Euskadi. A pesar de que por activa y por pasiva el Lehendakari Patxi López haya anunciado que las Elecciones serán en la fecha prevista, en Marzo de 2013, los partidos políticos se han apresurado a actuar como si las elecciones fueran a ser ya. Resulta absurda esta prisa por aventurar, por hacer conjeturas, por meterse en la cabeza de Patxi López o por suplantarle.
No solo en el ámbito político de los partidos, también hay grupos de presión que aportan su grano de arena en este desaguisado en el que solo el Lehendakari mantiene la templanza y está a lo que debe de estar un gobernante: a gobernar. Los otros aspirantes a ocupar el sillón de Ajuria Enea están, sobre todo, a intentar que fracasen todas las iniciativas presentadas por el equipo del Lehendakari. Se trata de un comportamiento irresponsable que convierte la acción política en un instrumento exclusivo de conquista del poder en lugar de un ejercicio noble destinado a incrementar el bienestar de los vascos y las vascas en estos tiempos de despiadada crisis.
La campanada de salida la quiso dar el PP vasco cuando retiró todos los apoyos al Lehendakari. La razón esgrimida fue tan peregrina como decir que el Gobierno Vasco, con sus políticas de apoyo a la Sociedad del Bienestar, estaba haciendo oposición al gobierno de Mariano Rajoy. Curioso argumento si tenemos en cuenta que la situación del País Vasco es sensiblemente diferente a la del resto de España: más de diez puntos menos de desempleo, economía más saneada (o bastante menos precaria que en España), entramado financiero suficiente, mayores dosis de paz social y política, etc. Pero Basagoiti prefirió entonces desacreditar a Patxi López y dejarle solo. ¿Acaso las medidas “inevitables” tomadas por Rajoy también eran “inevitables” en una Euskadi con diferentes características? ¿Acaso las políticas propuestas por Patxi López, de defensa del bienestar, amortiguando los efectos perniciosos de la crisis y atenuando los rigores de los más necesitados no convencieron a Basagoiti? Tal debe ser, no en vano Rajoy, -que siempre justificó sus potentes recortes sociales con el término “inevitables”-, pasó a decir ante las autoridades europeas que habían rescatado su sistema financiero maltrecho, que las reformas respondían a su “convencimiento más profundo”. O sea, que el “convencimiento” de Rajoy tuvo su antecedente en el de Basagoiti.
Roto el acuerdo PSE-PP se desataron las especulaciones. El PNV se apresuró a buscar un candidato a Lehendakari y, como no lo encontró al modo tradicional suyo, se saltó reglas y costumbres para nombrar al mismísimo Urkullu. El PNV siempre había criticado a los partidos en los que se hace coincidir a la máxima jerarquía del partido con el candidato a Lehendakari, pero esta vez se ha visto obligado a hacer lo mismo, pero no con la naturalidad de quien serenamente elige una de las varias posibilidades que tiene a su alcance, sino para no descuajeringarse en unas luchas intestinas que empiezan a sugerir que son la sintomatología de un mal crónico desde que Arzallus e Ibarretxe se empeñaron en convertir al PNV en el agente de gala de la secesión vasca. La prisa del PNV por llegar a Ajuria Enea es enfermiza, aunque justificada por la rabia acumulada tras cuatro años de ausencia del Gobierno.
La Izquierda Abertzale (IA) también ha sentido la prisa. Sus ansias liberadoras, hasta hace poco afirmadas en la violencia terrorista de ETA, se apoyan ahora en una impostura sin límites. Su vagabundeo en un firmamento de siglas tan diversas como significativas de quien vive huyendo de sí mismo, parece aplacarse ahora que SORTU ha sido legalizada. Es curioso que, ahora que SORTU es una palabra que puede pegarse en las paredes, vayan a ir con otro nombre (EHBildu) que sólo ellos gobiernan y manipulan aunque se trata de una coalición de formaciones. Sí, la verdad es que quizás estén pagando un tributo, miserable por lo escueto, a las formaciones democráticas que se han llevado por delante, -EA, Alternatiba, Aralar-, dejándolas aún tener algún vestigio de su presencia, pero todo hace prever que la IA ha llegado sin haberse renovado ni un ápice. Sí, se han renovado en lo más funesto, por ejemplo, su candidata Mintegi no permitió preguntas a los periodistas cuando fue presentada en sociedad, y ella misma se ha permitido cuestionar la figura de Otegi para respaldar la suya propia, cosa curiosa en quien nunca ha rehuido la visita y apoyo a presos etarras de la calaña de De Juana Chaos.
Conviene hacer algunas aportaciones ante este nuevo tiempo, tras la derrota de ETA, porque ha marcado claramente la acción del Gobierno de Patxi López. La espantada de Basagoiti y del PP vasco constituye una irresponsabilidad gratuita, porque la lucha por la normalización en Euskadi fue una de las razones más potentes del gobierno constitucionalista PSE-PP, ¿cabe pues este abandono cuando aún estamos envueltos los vascos en debates intrincados y en revisiones de cuentas aún no resueltas? La candidata de la IA ha usado para su presentación un lugar emblemático, -el Hotel Carlton de Bilbao-, para recordar que allí tuvo su sede el Gobierno Vasco de José Antonio Aguirre durante la Guerra Civil. También en este detalle se basa su desvergüenza, porque aquel fue un Gobierno de emergencia, fundamentado en un Estatuto de idéntica condición, y fue un Gobierno en el que estuvieron presentes todos los partidos y formaciones políticas que existían entonces. ¿Va a ser lo mismo en los próximos tiempos? ¿Es esa la disposición de EHBildu? Más aún, en el año 36 no existía ETA, que sigue siendo quien tutela a la candidata Mintegi, incapaz de desmarcarse de su ámbito.
Como va a rezar el slogan de la IA, es “tiempo de soluciones”. Contiene una palabra que mueve muchos interrogantes. ¿Qué tenemos que solucionar? Los problemas suelen tener enunciados bien sencillos. Cualquier vasco, alrededor de una suculenta mesa, encuentra soluciones al incontenible problema vasco. Conforme se va consumiendo el vino, o el txakoli, dichas soluciones son más o menos drásticas, pero son siempre sencillas. En las mesas del debate político, las cosas se complican. Por eso los vascos de bien siempre hemos tenido en cuenta lo fundamental: en ausencia de violencia y terrorismo toda reivindicación es posible y admisible. Una simple vindicación es irrefutable: la del derecho a la vida como paso previo a la reflexión de las soluciones. Pues bien, la candidata abertzale puso una envenenada guinda: “si alguien piensa que la paz es solo la ausencia de ETA, se equivoca”. ¿Qué es si no? ¿Quién ha impedido la paz si no ha sido ETA?
Queda poco atrezzo que añadir a este escenario. Los grupos económicos de presión también han puesto el grano de arena por alusiones. Los empresarios vascos han pedido adelanto electoral con el argumento de que necesitamos un gobierno fuerte en Euskadi. ¿Cabe más fortaleza que la mostrada por el Lehendakari Patxi López cuando ha reclamado una revisión de las políticas fiscales para hacer más justa la sociedad y mantener el gasto social? Tal vez lo que reclama la patronal vasca sea un gobierno “fuerte en la defensa de sus intereses (de la patronal)”, pues las afirmaciones del Presidente fueron hechas pocos días después de que otro alto cargo de su Organización anunciara que iban a aplicar en Euskadi todo lo que la Reforma Laboral aprobada por el PP les permitiera.
Algo se puede añadir sobre el comportamiento de los medios de comunicación, cuyas adscripciones a partidos, ideologías y sensibilidades son tan esenciales en Euskadi. Es evidente que quienes leen las páginas políticas, sociales y económicas en los medios vascos sabe lo que tiene entre sus manos. Los intereses de cada cual residen entremezclados en los renglones. El nacionalismo y el abertzalismo tienen sus propios instrumentos de información. El constitucionalismo también los tiene, aunque con slogans mitigados y difusos. El poder económico también tiene sus engalanadas tribunas. Solo las capas menos acomodadas viven huérfanas de apoyos, total, no leen los periódicos ni visitan las páginas de los diarios digitales.
En este escenario preelectoral que alimentan casi todos, acuciados por su prisa por degustar las mieles del poder, resulta placentero que Patxi López se muestre dispuesto a seguir en su lucha por mantener las políticas sociales en Euskadi, y seguir apuntalando la dignidad recuperada después de que la paz sea un bien impagable para todos los vascos y las vascas.
Fdo. JOSU MONTALBAN