lunes, 27 de febrero de 2017

LOS JUBILADOS Y EL GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (DEIA, 28 - 02 - 2017)




LOS JUBILADOS Y EL GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA

Otro sobresalto para los jubilados y pensionistas. El Gobernador DEL Banco De España Luis María Linde ha propuesto en la Comisión del Pacto de Toledo, que se ocupa del presente y futuro del Sistema de Pensiones, que hay que retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años. De modo que he recurrido a un Diccionario normal y corriente para ver qué significa la palabra “jubilación”… y significa esto, “es el nombre que recibe el acto administrativo por el que un trabajador en activo pasa a una situación pasiva o de inactividad laboral, después de alcanzar una determinada edad máxima legal para trabajar, o edad a partir de la cual se le permite abandonar la vida laboral y obtener una retribución para el resto de su visa… Se entiende por “jubilación” la prestación de garantizar al trabajador y a su familia su tranquilidad económica o mental, otorgando a los empleados las mismas prestaciones de que gozan como trabajadores activos”. El Señor Linde no ha leído nunca esta definición, o no la ha interpretado debidamente, porque su intervención fue un jarro de agua muy fría para los jubilados que le pudieron escuchar. Fue un jarro de agua fría o solamente una displicencia pronunciada desde el descaro de un “todopoderoso” falto de toda humildad ni indulgencia.

Linde aseguró que los actuales trabajadores tendrán que alargar su vida laboral hasta los 67 años, o más lejos aún, porque si no se hace así no van a poder cobrar lo suficiente. Pero dijo más cosas, y más sobrecogedoras para los actuales trabajadores en activo, a los que intentó condenar irremisiblemente a trabajar hasta los 67 años, ni una hora menos, o percibir unas pensiones más escuetas, y a no poder aprovecharse de ninguna medida bonificadora por parte de las empresas: “cualquier medida encaminada a desincentivar la jubilación anticipada y permitir la ampliación de la vida laboral por encima de los 67 años tendría efectos positivos sobre la sostenibilidad financiera del sistema”. ¿Cuál era el destino de sus reflexiones? ¿Cuáles eran sus intenciones? Las mostró después, cuando defendió el fomento de “planes complementarios de ahorro”, es decir las pensiones privadas, a las que consideró “razonables, sensatas y útiles”. Yo le preguntaría si también lo son para quien no se las puede proveer por la escasez de sus salarios cuando permanecen en activo. En todo caso, ¿a qué viene su reflexión si luego se permitió afirmar que los actuales planes de pensiones privados no son eficientes y, además, tienen un elevado costo?

El Pacto de Toledo inició su andadura a mitad de la década de los noventa del siglo pasado. En aquel momento todos los partidos políticos estuvieron de acuerdo en que el sistema de protección social de los trabajadores debía sacarse del debate político partidista porque su sostenibilidad era una prioridad que trascendía a las ideologías y estrategias de las formaciones políticas. Desde esa profesión de fe de que todos los grupos defendían “el mantenimiento y mejora del sistema público de pensiones basado en el reparto y la solidaridad”, en dicha Comisión se han venido debatiendo todos los apartados y aspectos que pueden llegar a incidir o influir en ese primer empeño: el poder adquisitivo de los pensionistas, la constitución de un fondo de reserva durante el tiempo de bonanza económica, la simplificación de los regímenes especiales que proliferaban entonces, la gestión del propio sistema, la lucha contra el fraude, el tratamiento a colectivos que no habían sido tenidos en cuenta suficientemente (inmigrantes, personas con discapacidad, mujeres que no habían cotizado, viudas, etc…), la clarificación de las fuentes de financiación, etc…

Todo estaba, y todo está previsto en el Pacto de Toledo, como para que lo que trascienda a los ciudadanos sean los acuerdos y no los desacuerdos, como para que lo que sea público de sus debates sean las conclusiones definitivas, precisamente porque las pensiones constituyen el soporte económico de las vidas de quienes ya han dejado de competir en el mundo laboral, de quienes reciben su “salario” (pensión o prestación) para sostener sus vidas y no para pagar los servicios que prestan sino los que prestaron durante su vida activa. Teniéndolo en cuenta, la intervención del Gobernador Linde debería haber sido algo más discreta y haberse quedado en el mero diagnóstico, dejando las terapias definitivas, las que deben ser aplicadas, para después de que intervengan otros agentes implicados en el asunto.

Aún deben pasar por la Comisión del Pacto de Toledo los economistas, sociólogos y demás técnicos propuestos por los partidos políticos; pasarán los representantes sindicales y los de la organizaciones empresariales; pasarán los representantes de las asociaciones de mayores, jubilados o pensionistas; pasarán ONGs, que tanto tienen que aportar a este “problema” del envejecimiento de la población, que está en el corazón del problema… Y pasarán gentes de todas las disciplinas y especialidades que pondrán sobre la mesa su sabiduría y sus inquietudes, pues no en vano todos aspiramos a convertirnos en jubilados y pasar nuestros últimos veinte años, -que va a ser el tiempo previsto según los estudios sobre la evolución de la esperanza de vida-, con suficiencia económica.

Cuando todos ellos hayan pasado, y hayan hecho sus aportaciones intelectuales, será el momento de sacar conclusiones. Por eso, lo dicho por el Señor Linde resulta inoportuno y atrevido. No tanto en lo que se refiere al diagnóstico pero sí en lo que se refiere a la terapia que ha propuesto. Debería haberse documentado previamente, pero más allá de lo meramente cuantitativo, para lo cual contaba con datos económicos, debería haber profundizado en lo cualitativo, si bien para ello no cuenta con datos suficientes, porque estoy seguro de que su vida y costumbres tendrá muy poco que ver con las de quienes, humildemente, se sientan al sol en las plazas y plazuelas españolas a contarse sus cuitas. El Señor Linde no sube a los andamios, ni conduce un camión durante ocho horas diarias, ni abre zanjas con un pico y una pala para aposentar edificios, ni distribuye bombonas de butano por las casas, ni corta árboles con una motosierra que pesa veinte kilos; ni pastorea ganados en las dehesas y duerme en las cárcavas, ni extrae carbón o mineral del subsuelo, ni hace otras tantas labores o trabajos que requieren fuerza física y atención a partes iguales. El Señor Linde viste traje y corbata mientras trabaja y, aunque es seguro que leerá los papeles más lentamente, no se le notará tanto la decrepitud en que sumerge la edad a quienes viven del trabajo físico mucho más que del intelectual.

El Señor Linde, además, sabe que las empresas prescinden de los más longevos por dos razones: por la dificultad que tienen para ejercer sus funciones y producir lo suficiente, y porque sus salarios son más elevados y abundantes que los de quienes se incorporan al mercado laboral, de modo que no me extrañará que dé una vuelta de tuerca más y plantee nuevas medidas para que los trabajadores no almacenen ningún tipo de beneficio o bonificación por su fidelidad a la empresa o su antigüedad en el puesto de trabajo, de forma que el trabajo experimentado tenga la misma asignación económica que el de los trabajadores nuevos e inexpertos.

Al Señor Linde apenas le preocupan los trabajadores. Lo suyo es el dinero, el capital y las empresas, siempre empezando por la suya… Eso se desprende de sus palabras.

Fdo.  JOSU  MONTALBÁN           

viernes, 17 de febrero de 2017

¡QUÉ PRONTO SE HA HECHO VIEJA! (LaInformacion.com, 18 - 02 . 2017)




¡QUÉ PRONTO SE HA HECHO VIEJA!

El último acontecimiento de los portavoces de la “nueva política”, en la Plaza de Toros “Vistalegre” de Madrid, ha servido para constatar que la que se ha llamado, gratuitamente, “nueva” ya se ha aviejado, en tal medida que las noticias anteriores y posteriores al acontecimiento en nada se distinguen de lo que ha venido ocurriendo cuando quienes se han reunido en asamblea han sido las genuinas formaciones representativas de la “vieja Política”. Para más inri el Congreso de Podemos han coincidido en el tiempo con el del PP, y las llamadas de sus respectivos Presidentes electos, -Mariano Rajoy y Pablo Iglesias-, a sus militantes respectivos han coincidido en el espíritu y la palabra utilizada: “unidad”.

De modo que los nuevos ya son viejos. Como los frutos que caen del árbol una vez pasados de sazón, y se resisten a morir en el suelo, cubiertos por una capa de moho que precede a la putrefacción en el mejor de los casos. Vinieron para innovar  pero traían bien aprendidas las viejas lecciones y costumbres que han regido los comportamientos de cualquiera de las asociaciones humanas representativas que han existido. Por eso el debate de ideas se convirtió en una pelea de gallos en la que Pablo Iglesias (Turrión, que no Posse) y Errejón porfiaron en “kikirikis”, mientras sus textos ideológicos seguían caminos antagónicos, uno hacia el ámbito insurreccional de la calle y el otro hacia el reformista de las instituciones. Debatidos los “kikirikis”, el resultado no ha sido un texto compartido ni mestizo, porque el texto perdedor quedará recluido en alguna estantería del domicilio del perdedor Errejón, como recuerdo de los viejos tiempos. Pablo Iglesias, venció de forma legítima, pero con el mismo sistema y estrategia con que Rajoy superó los escollos (pocos) que le pusieron delante los suyos a poca distancia de Vistalegre, o con la misma estrategia con la que las demás formaciones han debatido en sus senos las posiciones a adoptar en cada momento, o han elegido sus respectivas direcciones.

“Podemos” ya no solo “puede” sino que además “quiere”, es decir como todos los que acuden a un proceso electoral. Jugando con las palabras, antes “quería poder” (deseaba ser capaz de llegar al Gobierno), ahora “puede querer”, de modo que es el poder lo que le urge. Antes quería “cambiar”, ahora ya desea “mandar”. Y cuando está en juego la preeminencia del poder, -que “Podemos” la lleva incrustada en su propio nombre o identificación-, todo cambia, porque se descubre la farsa y el “poder” se convierte en el leitmotiv de la actuación política.

Siempre me pareció una coartada aquello de sobrevalorar el término “gente”, adocenando a todos los gobernados, mientras las élites subían a los pedestales y proclamaban la “conquista de los cielos”, mucho cercanos a ellas que a la gente. De modo que en la corrida de Vistalegre que ha protagonizado Podemos ha habido todo lo que puede caber en la llamada Fiesta Nacional. Ha habido cornadas y cogidas, como la sufrida por Errejón, a quien se la ha relevado como portavoz del Congreso aprovechando la convalecencia. Ha habido toros devueltos a los corrales, como el propio texto presentado por Errejón o lo presentado por los Anticapitalistas. Ha habido pancartas reivindicativas y contrarias a la propia fiesta, como la minoritarísima candidatura del espontáneo madrileño que no pasó del intento. Ha habido voces en los tendidos de varias tendencias, y también palmas y pitos.

Eso sí, ha habido también contradicciones flagrantes. “Podemos”, que con tanto ahínco resalta que el sistema (capitalista) imperante, hace aguas y no sirve para resolver ni atenuar los importantes problemas que aquejan a la “gente”, solo ha elegido a dos “anticapitalistas” para su elenco directivo. Igualmente las mujeres que forman el referido elenco directivo no llegan ni al veinte por ciento del total de los miembros. Y más aún, la Tribuna de Invitados de su Congreso en Vistalegre no fue ocupada por los/as Alcaldes emblemáticos “fichados” (Manuela Carmena, Ada Colau, o los Alcaldes de Zaragoza, Valencia, Santiago de Compostela, etc…), que deben estar aburridos, o hartos, de los devaneos caprichosos de Pablo Iglesias que en tantos momentos y situaciones ponen en jaque sus actuaciones de hoy o sus lustrosas historias de ayer, que fueron usadas precisamente para obtener los resultados electorales brillantes para la formación en las Elecciones Municipales.

Nada más. Dada la escasísima seriedad que acompaña a los sistemas de participación y votación en esta “nueva” política de Podemos, que permite que se inscriban 400.000 para poder participar en las pertinentes votaciones, pero los votantes definitivos apenas llegan al cuarenta por ciento de los inscritos, bien cabe afirmar que lo nuevo de la “nueva Política”, no sólo se ha hecho viejo sino viejísimo, pues no en vano las formaciones tachadas de “viejas” han ido modernizándose, fomentando la participación y la comunicación, mientras las formaciones de la “nueva Política” van cerrándose, víctimas de un liderazgo como el de Pablo Iglesias, hermético, interesado, cerrado en sí mismo, e insolidario incluso con sus propios compañeros de formación.

La retirada de Iñigo Errejón, sustituido en sus funciones parlamentarias por una “familiar” muy señalada del nuevo Secretario General, es una buena muestra. La irrupción de Monedero como “ángel de la guarda” de Podemos y de Pablo Iglesias, pero actuando desde fuera de los órganos directivos, es otra muestra. Y sucesivamente habrá nuevas muestras.

Fdo.  JOSU  MONTALBAN               

miércoles, 15 de febrero de 2017

"SABIN ETXEA" ABRE LAS PUERTAS AL PP (El Diario Norte, 16 - 02 - 2017)




“SABIN ETXEA” ABRE LAS PUERTAS AL PP

Las negociaciones que están teniendo lugar para, finalmente, lograr la aprobación de los Presupuestos españoles han abierto las puertas de Sabin Etxea (la sede del PNV) para el PP. ¿es bueno que esto ocurra? No lo sé, en todo caso es inevitable y lógico.

Es inevitable porque la cerrazón y el encastillamiento nunca han sido eficaces cuando las fuerzas políticas se disponen a hacer útil la Política, es decir a gobernar la cosa pública y dirigir y garantizar la convivencia. Y es lógico porque los números que proveyeron las Elecciones Generales abocan precisamente a ello. Cabe pensar que si la situación es inevitable y lógica ya solo falta valorar los resultados últimos y el modo como se vayan produciendo los contactos y las negociaciones.

Como no soy nacionalista, ni soy del PNV, no me creo idóneo para criticar casi nada de cuanto está aconteciendo ahora mismo, ni en el fondo ni en la forma que viene trascendiendo a la ciudadanía, pero es evidente que tras un año de “impasse” en que España ha contado con un gobierno provisional, y sin el instrumento necesario (Presupuestos Generales) para ejercer la gobernación, son necesarios esfuerzos importantes y actitudes comprometidas…

…Y ahora entro ya en profundidades, porque esta actitud el PNV, aun respondiendo a un momento y a necesidades diferentes, tiene cierta equiparación con la actitud el PSOE cuando optó por la abstención en el Congreso de los Diputados para que España pudiera contar con un Gobierno, aunque dicho gobierno fuera presidido por su antagónico PP. Pero el ejercicio de la Política requiere nobleza y, sobre todo, precisa de espíritu constructivo y capaz de ceder protagonismos. Por otra parte, si nos atenemos a una valoración de los resultados bien cabe señalar que, del mismo modo que el PNV intercambiará sus apoyos al Presupuesto por medidas y servicios que juzgue interesantes para los vascos y las vascas, la abstención del PSOE en Madrid facilitó que sucesivas propuestas aprobadas por los grupos de la oposición hayan obligado a Rajoy a derogar leyes y aprobar proposiciones que redundan en beneficio de los ciudadanos, que nunca hubiera aceptado el PP si, en caso de repetirse las Elecciones, hubiera incrementado sus escaños tal como se preveía.

Un proceso electoral se rige mediante premisas y mecanismos que no tienen mucho que ver con la posterior práctica parlamentaria, legislativa o de organización del Gobierno. Un partido político puede, y debe, ser fiel a sus principios y a su ideología aunque, llegada la ocasión, llegada la ocasión, en base a unas condiciones seriamente sopesadas, tenga que apoyar o dejar hacer a quien ocupa ideológicamente un espacio diferente o antagónico. Eso es la Democracia, que ha de ocupar un lugar preferente al del debate partidista una vez que han tenido lugar las Elecciones. Como resultado de esta reflexión debe ser entendida la apertura de las puertas de la sede del PNV (Sabin Etxea) al PP para consumar la negociación presupuestaria. Pero, del mismo modo, como un ejercicio propio del sistema democrático, ha de ser juzgada la abstención del PSOE en el debate que culminó en la formación del Gobierno de España. Eso sí, resultan absurdos, interesados y mezquinos quienes interpretan aquella abstención del PSOE como un apoyo al PP, porque cualquier tipo de apoyo a alguien en concreto requiere de la afirmación, es decir del voto afirmativo. Mucho más mezquinos e interesados cuando, como está ocurriendo, algunos son afiliados al PSOE.

Esto es lo que hay. Lo posible, que tiene límites, permite elegir lo menos malo, pero casi nunca permite optar por lo inmejorable. Hubiera sido más razonable que PODEMOS hubiera querido hacer Gobierno con el PSOE cuando pudo hacerlo, pero prefirió seguir con su estrategia de acoso y derribo al PSOE, que desembocó en este caos actual, en esta debacle que puede hacer inútil e inoperante a la Izquierda durante demasiado tiempo.

Por eso considero que la marcha de la Política española constituye un mal menor actualmente, porque el PSSOE primero, y espero que el PNV ahora, ayuden a enderezar el barco que el PP, con mayoría absoluta durante la anterior Legislatura, dejó a la deriva. Luego, para las próximas Elecciones, otra vez serán los ciudadanos los que tengan la palabra y la decisión en sus manos.

FDO.  JOSU  MONTALBÁN           
 

lunes, 13 de febrero de 2017

LA POLITICA ESPECTÁCULO (DEIA, 14 - 02 - 2017)




LA POLÍTICA-ESPECTÁCULO

En el debate social y económico, que aflora principalmente en las Redes Sociales, lo que prima es la “política-espectáculo”. Lo que se ha dado en llamar “nueva política” apenas tiene carta de identidad como ideología, de modo que quienes dicen defenderla no esgrimen otra razón que desacreditar a la “vieja política”, pero si les preguntas en qué fundamentan dicho descrédito, no ponen sobre la mesa otro fundamento que el mero detalle de que sea “vieja”. Sin embargo, los que enarbolan la bandera de lo nuevo ya están sumidos en las mismas dudas, entregados a los mismos comportamientos y emulando las mismas estrategias que los “viejos”.

Es verdad que nos debe hacer pensar el hecho de que por medio de esa política que dicen “vieja” hemos llegado a la situación actual, que se caracteriza por mostrar algunos más defectos que virtudes, es decir, por ser todo menos halagüeña, pero quienes llegaron con sus innovaciones y frescuras al mundillo político han profundizado mucho más en subrayar los defectos que en pergeñar y poner en práctica las soluciones. De modo que se han enmarañado como cacatúas repitiendo las mismas consignas y denuncias, pero adolecen de los mismos vicios y errores: saben de dónde venimos pero no acuerdan hacia dónde hay que ir ni por qué caminos, les obsesiona el poder y se enriscan como cabras para protegerle y preservarle después de que le han conquistado, fundamentan sus estrategias de predominio en subrayar los defectos y corruptelas ajenas mucho más que en realzar sus características o sus virtudes… En este panorama no resulta nada extraño que prime la política-espectáculo sobre la otra política, la real, que solo es tal cuando se soporta en ideologías consistentes.

Vivimos un tiempo extraño y difuso. Los líderes políticos se empeñan en impactar mucho más que en convencer, porque se impacta con un simple golpe de efecto, que sea certero, mientras que para convencer es necesaria la reflexión, mucho más trabajosa, vulnerable y frágil. El debate político habla mucho más de quienes se personan en las ONGs de caridad para solicitar limosnas y enseres básicos, de los que carecen, para garantizar su subsistencia, que de lo que es necesario hacer para que las ONGs de caridad sean menos necesarias, o lleguen a ser incluso innecesarias. Los líderes de la “nueva política” han aprendido muy bien que los votos fluctuantes siempre están en esa clase social de nombre tan absurdo como abominable que se conoce como “clase media”. Es esa la que vive en un perpetuo equilibrio, sin otra disyuntiva que permanecer en su vacilante status o caerse al abismo, por eso preconiza la nueva política la maldad de las élites a las que, por cierto, pertenecen la inmensa mayoría de los que predican desde los púlpitos de las innovadoras formaciones.

No es bueno, sin embargo, que quienes creemos en la bondad de las ideologías auténticas, que quienes somos capaces de distinguir entre la derecha y la izquierda, aceptemos sus métodos de debate. El crédito de unos no puede fundamentarse en el descrédito de los otros. “Quien ha matado a uno es igual de perverso y asesino que quien ha matado a cuatro”, -sirva como ejemplo de cuanto digo-. La “vieja política” erró en buena medida porque abandonó sus principios básicos. Capitalismo, socialismo, comunismo (mal llamado socialismo real),… las viejas ideologías, hace tiempo que se disfrazaron con ropajes menos contundentes, mucho más benignos, que han resultado ser más aceptables para que los ciudadanos no se asusten, pero mucho menos eficaces. El capitalismo se disfrazó de liberalismo, en un intento de socializarse, lo cual constituyó un importante esfuerzo para quienes se creían dueños del Mundo sólo porque podían comprarle con su dinero. El socialismo, y el comunismo que era una variante más opaca e intransigente de él, sintió el miedo a perder para siempre ante el capitalismo. Los socialistas no han sido capaces de valorar en su justa medida las virtudes  que debieran considerar inherentes y obligatorias a él: la defensa de la igualdad, el ejercicio de la solidaridad y el imperio de la justicia como principios básicos para la consolidación de una sociedad más humana. Y de ese recelo ha surgido todo un rosario de versiones del socialismo que engloban el liberal socialismo, el socialismo liberal, el reformismo, la socialdemocracia, y las demás versiones que convierten el debate de los socialistas en un batiburrillo.

La “nueva política” se asienta en la “vieja”, a la que denuesta y utiliza en su provecho. Mientras tanto su estrategia pasa por representar en la calle y en las Redes Sociales espectáculos sencillos pero inapropiados, puestas en escena grotescas, consignas estridentes, que les confieren y suministran esos momentos de gloria en los que se regodean: el líder conversando con un leño de madera, el beso embocado en el Congreso para celebrar un discurso vulgar, la niña exhibida con procacidad y pasada de brazo en brazo en el Hemiciclo, la anciana que sale a escena y se compadece de la riña de los líderes, el paseo por la Carrera de San Jerónimo del líder imitando al sheriff John Wayne, el encuentro “casual” con el líder de IU al que le “robó” la cartera de votantes, las estridentes dialécticas…etc… Y no solo eso, sino también el aprovechamiento de los conflictos y reivindicaciones sociales de cualquier tipo sin ofrecer la más mínima solución solvente, por ejemplo la irrupción de un personaje (“Spririman”), médico de profesión y titiritero de vocación, en las protestas contra la Sanidad en Andalucía. ¿Cuánto tardará este personaje en encabezar alguna lista electoral de alguna formación de la “nueva” política? Este tipo de irrupciones también denotan a las claras el método que usa la nueva política para intentar descabalgar a la que llaman “vieja”. Sin embargo no ofrecen alternativas debidamente fundadas, porque las vidas de los ciudadanos tienen lugar en sus casas y en las calles, pero son las Instituciones las que han de velar para que sean más llevaderas y humanas, incluso también para que las calles sean más acogedoras.

El conflicto social, llevado a las calles, deja de ser conflicto para convertirse en reyerta, a nada que las reglas de la convivencia se subviertan. La calle es necesaria para denunciar en ella, pero han de ser las Instituciones las que resuelvan las denuncias y descontentos. La “nueva política” ha convertido las calles en un teatrillo en el que solo son protagonistas los más descarados y osados.

Fdo.  JOSU  MONTALBAN