EL RAP DE MONAGO
La decisión del Presidente extremeño Monago de publicitarse recurriendo al “rap” no tiene demasiado de particular. Hace tiempo que la Política sufre el riesgo de convertirse en un artículo de consumo y no en lo que debe ser “un quehacer ordenado hacia el bien común”, o la ciencia que se encarga del poder público o del Estado, o… Son muchas las definiciones que pueden ser aplicadas a la palabra “política” si la usamos en lenguaje coloquial, pero si se usa con la debida responsabilidad y respeto se reducen bastante las acepciones.
Que se recurra al “rap” para hacer propaganda de una opción política, como he dicho, no es nada extraordinario, lo que sí es es que se use una disciplina musical tan seria y significativa para desacreditar a la Política, porque las letras que usa el “rap de Monago” encierran en sí mismas una llamada a la veneración y contemplación del individuo frente a la creencia del grupo al que pertenece, y esto está en el principio del fascismo. La canción rapera, interpretada por una chica que se hace llamar “Discípulo de la Rima” no deja lugar a dudas y, aunque repita que no ha cobrado nada por su interpretación, esa obsesión por acentuar su neutralidad, -“yo no desvelo mi tendencia política”, y “hubiera compuesto un rap para cualquier partido que me lo hubiera pedido”-, desacredita a la intérprete, porque la letra contiene frases que exaltan el nacionalismo extremeño, lo cual constituye un ingrediente imprescindible para sembrar un pequeño germen de fascismo.
Diseccionemos la letra del rap. “Ya está bien de meterse con Extremadura”, dice la intérprete. ¿A qué se refiere? ¿Se ha producido acaso algún intento de convertir a Extremadura en una tierra maldita? ¿Criticar la gestión de Monago, o los viajes a Canarias, es meterse con Extremadura o con los extremeños? En todo caso, constituye una falta de respeto hacia quienes están llamados a poder ser sus votantes la afirmación del rap de que “algunos de los que eran verdes ahora son rojos, los rojos son azules…”. Teniendo en cuenta que hasta la llegada de Monago Extremadura ha ostentado mayorías absolutas socialistas, las palabras del rap (que corresponden a palabras pronunciadas por Monago, al parecer) son despreciativas hacia sus conciudadanos, sobre todo porque esas frases culminan con un “y a este Gobierno el color le importa poco”. Es decir, que los votos vengan de donde vengan, procedan de una u otra reflexión, que se van a encontrar con un Gobierno que hará lo que se le antoje a su jefe. ¡Germen de fascismo!
Y, por fin, ese ardor puesto en resaltar la individualidad frente al grupo (“creo en las personas más que en los partidos”), en confiar más en las ocurrencias que en los proyectos humanos y sociales bien fundamentados (“creo más en las ideas que en las ideologías”), constituye igualmente una llamada a los extremeños para que consideren al propio Monago, per se, superior a los demás, incluso superior a los “ideólogos” de su propia formación política que, por cierto, no es nombrada ni una sola vez en todo el video. Tal vez esta ocurrencia de Monago responda a la actual tendencia de crear partidos con nombres voluntariosos, -podemos, ganemos, seamos, ciudadanos, etc-, que huyen de los términos ideologizados, -izquierda, derecha, socialismo, liberalismo, etc-, y están sustentados en liderazgos de individuos atrevidos y quizás llenos de “ideas” pero vacuos de “ideología”, pero no parece que deba ser ese el caso de Monago, al que su partido (PP) le defendió con uñas y dientes cuando sus “ideas” de viajar a Canarias para rendirse al amor que sentía toparon con las mínimas exigencias de decencia de un representante público.
El “rap” es un ritmo noble, pero el “rap de Monago” no lo es. Cuando, en la década de los 80 los ciudadanos afroamericanos de EEUU empezaron a usarlo como un acercamiento a sus raíces, no pensaban en esto. A quienes lo entonaban les llamaban Maestros de Ceremonias porque sus interpretaciones eran una llamada a las historias y vivencias de sus ancestros. Riza el rizo Monago en su rap porque, lejos de proclamar el “partido único” propio de la teoría fascista, habla de la “persona única” y de la “idea única”, la suya. Hay también en la letra exaltación nacionalista (regionalista), y hay una llamada a una unión incondicional de la gente alrededor de él mismo: “Porque el sueño es posible mientras estemos unidos”. Parece que el fascismo no tiene ninguna razón de ser a día de hoy, pero el “rap de Monago” contiene todos sus ingredientes.
Fdo. JOSU MONTALBAN