sábado, 8 de abril de 2017

"ETA NUNCA ESTUVO BIEN"




“ETA NUNCA ESTUVO BIEN”

A partir del día 8 de Abril ETA no tendrá armas en su poder, de modo que no podrá volver a matar. Se trata de una previsión, tal como ha sido anunciado por alguien que no pertenece a ETA, pero que tampoco deberíamos adscribir exactamente al otro lado porque sus relaciones con la banda parecen ser, si no estrechas, sí cercanas.

Desde que, hace quince días, fuera anunciado el famoso “desarme”, unos y otros no han parado de anunciar eventos relacionados con el hecho. Ignoro si saben más que yo al respecto pero soy consciente de que la entrega de las armas debe exigir mucha discreción a quienes deben entregarlas y a quienes deben hacer el papel de depositarios. Las noticias al respecto se han extralimitado porque han surgido espontáneos, en buena medida inducidos por esa Izquierda Abertzale que, falta de pundonor y de vergüenza, aún no se atreve a asegurar que ETA no ha servido más que para arruinar moralmente a los vascos.

El desarme, como cualquier desarme, solo puede responder a un armisticio o a una rendición. En este caso no puede responder a un armisticio, pues no hay dos partes en guerra. Incluso conviene dejarlo en algo más liviano: un mero acuerdo para la entrega de las armas. Con esto nos basta a las víctimas, a quienes nos hemos librado de la losa de una amenaza de muerte y a quienes han perdido a algún ser querido, o amigo, o vecino, o semejante, en este capítulo herrumbroso de la Historia de Euskadi y de España. Pero quienes no encontraron remilgos para vocear en las calles “¡ETA mátalos!” o “¡ETA, el Pueblo está contigo!”, deberían callar como si fueran los sepulcros que cobijan a las víctimas. Lo que ahora viene es la entrega de las armas. Uno de los denominados recientemente “artesanos de la paz” ha afirmado que la entrega será hecha de forma “sobria” pero solemne, y ha dicho también que “queremos precisar que las armas no están en nuestras manos”. Esta afirmación ha formado parte de una entrevista publicada en prensa por un tal Mixel Berhocoirigoin, “Intermediario Civil del Desarme”. Es también un Artesano de la Paz, pero creo que no puede ser considerado una víctima del terrorismo etarra, y a mí como a tantos me preocupan sobre todo las víctimas de ETA, que han de ser las que certifiquen el final del terrorismo, aunque deban hacerlo con los ojos bañados en lágrimas.

“Por la paz una avemaría”, es el slogan de los condescendientes que queremos la paz sin poner grandes condiciones, sin proponer coartadas, asumiendo la maldad que ha supuesto la existencia del terrorismo etarra. Aceptar el desarme, tal como ha sido anunciado, es como rezar esa “avemaría”. Sin más. La sociedad vasca ganará tranquilidad pero, aún, la dignidad no estará garantizada, porque el entramado de asociaciones y organizaciones vinculadas por igual a la Izquierda Abertzale y al “movimiento pro ETA”, no han hecho otra cosa que rechazar el terrorismo, pero desde un criterio de equidistancia que solo ha servido para educar mal a quienes no conocieron las atrocidades de ETA por no haber sido coetáneos de sus crímenes.

Espero al día 8 con esperanza y con la humildad propia de quien ha sufrido ante la miseria moral y la tristeza, propias de quien ha visto morir a inocentes sin otro juicio acusador que la brutalidad y la intransigencia de unos desalmados que se consideraban ungidos por los dioses vascos. Será un día señalado para recibir a la paz con una sonrisa. ¡Sólo con una sonrisa! Porque una alegría desatada solo servirá para hacer protagonistas en el futuro a quienes han convertido nuestras vidas en auténticos calvarios. El día 9 de Abril todo será diferente, pero no sabemos aún si será muy diferente o solo un poco diferente. Quienes siempre hemos preconizado la paz la recibiremos con ese entusiasmo interior propio de los pacíficos. Nada de lo perdido podemos recuperar, pero el futuro será un bello lugar de acogida. Estaría bien que los que ahora, y no antes, se avienen a cultivar la paz muestren su arrepentimiento y conmiseración.

Ved, Amigos, lo que ha respondido Julen Madariaga, que fue uno de los creadores fundadores de ETA, hace 50 años, cuando la Dictadura franquista encolerizaba y desesperaba: “ETA tenía que haber dejado las armas hace mucho, pero mejor tarde que nunca… Si en un momento dado puedes poner fin a las víctimas que está causando, pues mejor… Muchas veces me he planteado de una manera dura si lo que hicimos fue la mejor manera de conseguir lo que queríamos… He dudado mil veces de si lo que hicimos estuvo bien… Me pongo en duda a mí mismo… No sé…”

Julen Madariaga es un sabio, un filósofo al que le asisten todas las certezas. En las dudas que expresa está precisamente su afirmación más rotunda, su sabiduría: “ETA nunca estuvo bien”.

Fdo.  JOSU MONTALBÁN