domingo, 13 de septiembre de 2015

LO QUE DENUNCIA EL ÉXODO SIRIO A EUROPA (11 de Septiembre de 2015)


LO QUE DENUNCIA EL ÉXODO SIRIO A EUROPA

¿Cuántos bebés han muerto ya en las rudimentarias canoas de los inmigrantes que se han atrevido a hacerse a la mar en las costas del norte de África? ¿Cuántos bebés yacen en el fondo del Mediterráneo? ¿Cuántos bebés han muerto en las aldeas africanas, víctimas de la miseria y de las hambrunas en que han vivido? Estas preguntas me atormentan, me obligan a sentir una vergüenza muy especial porque, no teniendo en mis manos ningún instrumento suficientemente útil para evitar la brutal tragedia solo me queda la palabra, que es un arma concienciadora, pero que además sirve para el combate. Se nos exige ser pacíficos, incluso pacifistas, como si esta inquietud pudiera ser expresada desde la serenidad.
Quienes mueren en esas condiciones no pueden esperar a que nos pongamos de acuerdo en cuales han de ser las medidas a tomar, porque la vida se les va, el hambre les acecha, las guerras (siempre injustas) les arruinan las casas y les dejan a la intemperie, no solo desamparados sino desesperanzados. Los inmigrantes ya no saben cómo llamarse a sí mismos: hambrientos, refugiados, asilados, exiliados…, en cualquier caso aceptan el apelativo que les ponen las autoridades europeas y los dirigentes de las ONGs a las que reclaman ayuda.
En el drama actual, que se caracteriza por los éxodos masivos de sirios hacia Europa, hay factores que requieren ser tratados de forma paralela al hecho de las migraciones. Los sirios huyen de la guerra que les asola desde hace demasiado tiempo. En Siria gobierna un dictador llamado Bachar el Asad. Cuando EEUU ordenó al Alto Tribunal Iraquí que matará a Sadam Husein, tras acusarle de “crímenes contra la Humanidad”, no estaba solucionando nada, apenas defender los intereses suyos y de Occidente. Poco después fue asesinado Muamar el Gadafi, sin que ello sirviera para nada, porque la región se convirtió en un hervidero en el que las sucesivas guerras y conflictos no mostraron ningún viso de cambio. Poco antes la famosa Primavera Árabe constituyó una masiva manifestación de cordura que protagonizaron las bases de aquella sociedad dirigida por s´trapas de las más diversas hechuras.
El último capítulo es este de la guerra (¿civil?) que tiene lugar en Siria y ya va por los cuatro años. Los dirimentes en este conflicto son el sátrapa Bachar el Asad y el Estado Islámico (IA), que constituye una fuerza de claro cariz terrorista, desordenada en sus medios y terriblemente confusa en sus fines. El EI está siendo respetado en exceso, cuando no apoyado mediante ayudas económicas, por EEUU y por el Occidente europeo, que dicen enfrentarse así a Rusia, que se muestra cómplice de Bachar el Asad en este conflicto civil. Este es el panorama que ha provocado el importante éxodo que está teniendo lugar y está inquietando a la mayoría de los gobiernos europeos, pues no en vano han elegido Europa como territorio de acogida. ¿A quién puede extrañar que el éxodo sea, incluso, propiciado por las autoridades sirias?
Una vez más Europa y EEUU protagonizan los efectos colaterales de un conflicto, esta vez lo hacen por omisión interesada, en que han sido a la vez actores y espectadores. El auxilio que reclaman quienes han venido a Europa huyendo de la destrucción provocada por la guerra, ha de ser correspondido con un esfuerzo importante por parte de Europa. Los bebés que llenan las fotos del exilio no huyen del hambre y la miseria. (Algunos también). Huyen de una guerra que empezó, y aún lo parece, como una contienda civil, pero que se ha convertido en una brutal masacre. Cuando Angela Merkel, Cameron y Rajoy prometen centros de acogida y servicios de tal, solo están respondiendo a lo que es una obligación moral y ética de quienes han asistido a la guerra injusta que tiene lugar en Siria, en silencio, sabiendo que de ese modo están ayudando a una organización terrorista (EI). Que Bachar el Asad sea un sátrapa no puede servir de disculpa para dejar hacer lo que le plazca al EI que, por su carácter terrorista, no servirá para liberar a los sirios de la dictadura de Bachar el Asad. Como se ve, está siendo mucho peor el remedio que la enfermedad.
Fdo.  JOSU  MONTALBAN