“ADIÓS 1978…”
Los asesores de imagen de Pablo Iglesias (Turrión, que no
Posse), -que son una muestra clara de la “nueva política”-, le han dicho que
diga, pronuncie más bien, la siguiente frase: “Adiós 1978, hola 2016”. Y yo le
diría a Pablo Iglesias que la política que tenía lugar en aquel año 1978 fue
mucho más difícil de pergeñar que la actual, que requirió un compromiso social
y ciudadano mucho más consistente que el de la política actual, que en aquel
tiempo la política estaba sometida a riesgos evidentes, hasta tal punto que
algunos años después Tejero entró, pistola en mano, en el Congreso de los
Diputados para reclamar un “¡Quieto todo el Mundo!”, que fue superado porque la
Constitución aprobada pocos años antes había sido condimentada con más consenso
que disenso.
Ello tal vez es debido a que Pablo Iglesias Turrión nació en
aquel mismo año 1978, dos meses antes de que se aprobara la actual
Constitución, y nada de cuanto los españoles habían hecho merecía la pena según
sus apreciaciones.
A mí la frase de Pablo Iglesias me parece un desatino propio
de alguien que se cree el centro de la Historia y el ombligo del Mundo. Me
pregunto, ¿qué ocurrirá si Pablo Iglesias no gana las Elecciones del 20 de
Diciembre, habrá que retirarle el saludo de bienvenida (¡Hola!) al 2016? Eso es
lo que se desprende de la frase redonda que pronunció. Y bien, no ha de
extrañarnos demasiado que los líderes políticos utilizaran estas frases
ostentosas y estentóreas en las campañas electorales cuando no funcionaban los
archivos de prensa con la infalibilidad con que actúan ahora, lo que sí extraña
es que esta frase no haya sido suficientemente matizada por su autor, máxime
teniendo en cuenta su condición de profesor universitario. Vuelvo a
preguntarme: ¿de qué modo explicará a sus alumnos todo, deplorable en buena
medida, pero que también abarca unos pocos años en que España y los españoles
vivíamos con ilusión aquella “primavera”? Da la impresión de que no concede
ningún valor a las renuncias que tuvieron que hacer las izquierdas españolas
para volver a la vigencia y construir la España democrática. Da la impresión de
que no valora la actitud de que no valora la actitud de quienes no se
atrincheraron en sus posiciones predominantes y asumieron el nuevo tiempo…
… Sí, los políticos de aquel tiempo asumieron la nueva
situación con un rigor que a él le falta ahora. La aprobación de una
Constitución para todos, y aceptada por todos (solo un partido se abstuvo
claramente), no puede ser despreciada ahora que no hay ni ruido de sables como había
entonces, ni sables siquiera. Fue, y sigue siendo, una Constitución
aprovechable y útil, entre otras cosas porque ni en sueños se aparecía en la
mente de los españoles de aquel tiempo, incluido Javier Iglesias Peláez, padre
suyo y militante del FRAP.
Para ser politólogo, a Pablo Iglesias se le echa en falta
rigor, y la decencia mínima y suficiente para no considerarse el centro del
Universo. Se lo digo yo, que tenía 26 años en el 1978, que soy Libra como él, y
voté la actual Constitución (no digo lo que voté) con algunas reservas. El
tiempo me ha dado alas, a pesar de todo, a pesar del Pablo Iglesias Turrión de
turno.
Fdo. JOSU MONTALBAN