“NO ES NO”, LA FRASE DE MODA
En dos ambientes muy diferentes la frase “no es no” está de
moda. En ambos muestra una voluntad firme y contraria. En ambos los dos “noes”
se pronuncian con contundencia porque solo desde la convicción enérgica de
quien pronuncia la frase ésta tiene sentido.
Llevaba oyendo la frase algunos meses, siempre en boca de
líderes socialistas que de ese modo decían a Mariano Rajoy y al PP que el PSOE
no va a votar a su favor, ni siquiera abstenerse, para que sea Presidente de
España. De pronto llegaron las diferentes fiestas veraniegas en las que en los
últimos años se han venido produciendo un buen número de agresiones sexuales
que afectan con toda rotundidad a las mujeres. De modo que hombres y mujeres,
decentes, hemos salido a vocear la consigna “no es no” para recordar a quienes
tienen la voluntad quebradiza que cuando una mujer dice “no” no está diciendo
ninguna otra cosa, es decir que nada cabe salvo comportarse con la debida
decencia obedeciendo a la negativa.
Quienes no han interpretado el “no” con la debida medida han
provocado el deterioro de la condición de mujer de las agredidas y, lo que es
peor, la degradación de la condición humana, tanto de las agredidas como sobre
todo de los agresores. De modo que “no es no”.
Quienes también decimos constantemente que “no es no” somos
los socialistas, principalmente los líderes y dirigentes que son preguntados,
en un montón de ocasiones cada día, si favorecerán que Mariano Rajoy sea
investido como Presidente del Gobierno. ¿Mantendrá su “no” el PSOE? ¿Pase lo
que pase, lo mantendrá? Las presiones a las que está siendo sometido Pedro
Sánchez para que no resista en su “no es no” empiezan a ser atosigantes,
irracionales y miserables. Desde todos los flancos abruman al líder socialista,
incluso desde sus propias filas y dominios. He ahí lo grave, que quienes han
obtenido sus “baronías” gracias a pactos de izquierdas reclamen ahora que el
PSOE sirva al Barón supremo que es Mariano Rajoy, es decir que llegue a un
acuerdo, aunque sea de mínimos, con la derecha. Durante los ocho meses
transcurridos desde el 20D se ha especulado en exceso. Eran muchas las
expectativas abiertas, pero poco a poco han ido fracasando ante la desidia de
unos y la intransigencia de otros. La actitud responsable que debe ejercer un
líder político después de unas Elecciones debe ser articular el mejor Gobierno
que pueda configurarse con los pertinentes resultados obtenidos.
De los diversos gobiernos posibles, ninguno lo fue tras el
20D, y tampoco parece que lo será tras el 26J. No precisamente por culpa del
PSOE ni de Pedro Sánchez, sino por culpa de los demás. Los españoles han dicho
que Rajoy, que camina solo aunque lo haga encabezando la marcha, debe cambiar
su ritmo y su rumbo, que debe derogar leyes que él mismo aprobó y promulgó sin
encomendarse a dios ni al diablo. No solo lo reclaman la mayoría de los
españoles sino también bastantes de sus propios votantes. Por todo ello,
empujado por la desvergüenza de Rajoy, que como el perro del hortelano ni jode
ni deja joder, siento que ese “no es no” que Pedro Sánchez entronizó hace algún
tiempo, resulta esclarecedor. No tanto resulta idóneo ante la situación que se
ha presentado, a la que se podría dar solución si el PP no fuera tan
impresentable como irreductible, sino que obedece al nefasto empeño de quienes
cuelgan toda la responsabilidad del cuello de Pedro Sánchez y del PSOE.
“No es no”, ha dicho Pedro Sánchez. Ojalá lo siga diciendo
hasta el final. Mariano Rajoy no lo dijo, pero lo cumplió tras las Elecciones
del 20D después de haberse comportado con tanta pereza tras la entrevista con
el Rey. Cuando PSOE y C´s consiguieron su acuerdo que estaba apoyado por 130
diputados, frente a los 123 del PP, el desidioso Rajoy podía haber pedido la
abstención a los suyos, pero no lo hizo. Ahora, tal como se viene comportando
el PP, y sobre todo por tal comportamiento, bien se merecen que el “no es no”
se lleve hasta las últimas consecuencias. Los españoles y las españolas deberán
entender esta postura en el caso de que llegue a producirse.
Fdo. JOSU MONTALBAN