martes, 9 de agosto de 2016

"NO ES NO", LA FRASE DE MODA (El Diario Norte, 09 - 08 - 2016)


“NO ES NO”, LA FRASE DE MODA

En dos ambientes muy diferentes la frase “no es no” está de moda. En ambos muestra una voluntad firme y contraria. En ambos los dos “noes” se pronuncian con contundencia porque solo desde la convicción enérgica de quien pronuncia la frase ésta tiene sentido.

Llevaba oyendo la frase algunos meses, siempre en boca de líderes socialistas que de ese modo decían a Mariano Rajoy y al PP que el PSOE no va a votar a su favor, ni siquiera abstenerse, para que sea Presidente de España. De pronto llegaron las diferentes fiestas veraniegas en las que en los últimos años se han venido produciendo un buen número de agresiones sexuales que afectan con toda rotundidad a las mujeres. De modo que hombres y mujeres, decentes, hemos salido a vocear la consigna “no es no” para recordar a quienes tienen la voluntad quebradiza que cuando una mujer dice “no” no está diciendo ninguna otra cosa, es decir que nada cabe salvo comportarse con la debida decencia obedeciendo a la negativa.

Quienes no han interpretado el “no” con la debida medida han provocado el deterioro de la condición de mujer de las agredidas y, lo que es peor, la degradación de la condición humana, tanto de las agredidas como sobre todo de los agresores. De modo que “no es no”.

Quienes también decimos constantemente que “no es no” somos los socialistas, principalmente los líderes y dirigentes que son preguntados, en un montón de ocasiones cada día, si favorecerán que Mariano Rajoy sea investido como Presidente del Gobierno. ¿Mantendrá su “no” el PSOE? ¿Pase lo que pase, lo mantendrá? Las presiones a las que está siendo sometido Pedro Sánchez para que no resista en su “no es no” empiezan a ser atosigantes, irracionales y miserables. Desde todos los flancos abruman al líder socialista, incluso desde sus propias filas y dominios. He ahí lo grave, que quienes han obtenido sus “baronías” gracias a pactos de izquierdas reclamen ahora que el PSOE sirva al Barón supremo que es Mariano Rajoy, es decir que llegue a un acuerdo, aunque sea de mínimos, con la derecha. Durante los ocho meses transcurridos desde el 20D se ha especulado en exceso. Eran muchas las expectativas abiertas, pero poco a poco han ido fracasando ante la desidia de unos y la intransigencia de otros. La actitud responsable que debe ejercer un líder político después de unas Elecciones debe ser articular el mejor Gobierno que pueda configurarse con los pertinentes resultados obtenidos.

De los diversos gobiernos posibles, ninguno lo fue tras el 20D, y tampoco parece que lo será tras el 26J. No precisamente por culpa del PSOE ni de Pedro Sánchez, sino por culpa de los demás. Los españoles han dicho que Rajoy, que camina solo aunque lo haga encabezando la marcha, debe cambiar su ritmo y su rumbo, que debe derogar leyes que él mismo aprobó y promulgó sin encomendarse a dios ni al diablo. No solo lo reclaman la mayoría de los españoles sino también bastantes de sus propios votantes. Por todo ello, empujado por la desvergüenza de Rajoy, que como el perro del hortelano ni jode ni deja joder, siento que ese “no es no” que Pedro Sánchez entronizó hace algún tiempo, resulta esclarecedor. No tanto resulta idóneo ante la situación que se ha presentado, a la que se podría dar solución si el PP no fuera tan impresentable como irreductible, sino que obedece al nefasto empeño de quienes cuelgan toda la responsabilidad del cuello de Pedro Sánchez y del PSOE.

“No es no”, ha dicho Pedro Sánchez. Ojalá lo siga diciendo hasta el final. Mariano Rajoy no lo dijo, pero lo cumplió tras las Elecciones del 20D después de haberse comportado con tanta pereza tras la entrevista con el Rey. Cuando PSOE y C´s consiguieron su acuerdo que estaba apoyado por 130 diputados, frente a los 123 del PP, el desidioso Rajoy podía haber pedido la abstención a los suyos, pero no lo hizo. Ahora, tal como se viene comportando el PP, y sobre todo por tal comportamiento, bien se merecen que el “no es no” se lleve hasta las últimas consecuencias. Los españoles y las españolas deberán entender esta postura en el caso de que llegue a producirse.


Fdo.  JOSU  MONTALBAN