¿OTEGI, CANDIDATO A LEHENDAKARI?
Actualmente nos tiene ocupados un asunto importante: la
posible candidatura de Arnaldo Otegi para que llegue a ser Lehendakari de los
vascos. El citado vasco fue inhabilitado para cualquier cargo hasta el año
2021, por lo que no nos queda otro remedio que admitir que, dado que las
Elecciones se van a celebrar en Septiembre del 2016, que es una fecha anterior
al año 2021, solo cabe aceptar que su proposición es inadmisible. Lo que
resulta absurdo y difícil de comprender es que quienes no son de EHBildu se empeñen
en defender, aunque lo hagan sin argumentos fundados, que la candidatura de
Otegi debe ser admitida.
En todo caso habrán de ser la Fiscalía y la Justicia, en
general, quienes decidan finalmente lo que pueda o no pueda hacer Arnaldo
Otegi. Ya se han pronunciado tales, y lo han hecho las asociaciones de jueces
de todas las tendencias, que dudan de que pueda ser candidato, sin embargo él
se empecina en su fanfarronería. Hasta tal punto llegó que afirmó que “no
habrás tribunal ni Estado ni Guardia Civil” que le impedirá concurrir a las
próximas Elecciones. No solo en esta frase demuestra sus actitudes fascistoides
sino también cuando, despreciando a la Ley, se empeña en afirmar que “la
democracia no es el respeto a la ley sino a la voluntad popular”. Sí, también
dijo que la voluntad popular va dictando leyes, pero lo importante es el
alcance del término “voluntad popular”.
Y sabemos cuál es el alcance del término en un país en el que
el terrorismo de ETA se ha llevado por delante la vida de más de mil personas,
en un Estado en el que la democracia ha vivido a expensas de un grupo de
desalmados asesinos que siempre creyeron más en sus pretensiones totalitarias
que en los principios que definen a cualquier Democracia. Lo inadmisible es que
haya quienes piensan que la Justicia, cuando se impone solamente cumplir una
sentencia, no está obrando con el suficiente esmero y diligencia. Tal ha sido
la actitud del PNV que ha expresado su convicción de que Otegi no debe
encontrar ningún impedimento para optar como cabeza de lista en las próximas
Elecciones. En un lugar opuesto se han posicionado UPyD y el PP vasco que creen
que debe ser recurrida cualquier postura complaciente con Otegi y su caterva
cómplice. Y yo me pregunto, ¿cabe cualquier posición condescendiente con quien
pertenece, aún, a un grupo político que no ha pedido a ETA que se disuelva? No
cabe tal si se obra con rigor, y si alguien pretende esgrimir la compasión como
justificación, conviene poner por encima de todo lo demás los más de mil
asesinados.
La sentencia que afecta a Otegi ya ha pasado todos los
tamices posibles. Por si fuera poco el propio Otegi ha mostrado ciertas dotes
intransigentes al aceptar su proclamación como candidato a pesar de las
incompatibilidades que pesan sobre él. Que haya recurrido a la inconcreción de
los términos de su sentencia solo obedece a su oportunismo, pero no a su
solvencia. Lo evidente es que la habilidad de EHBildu ha trasladado a la
opinión pública y a las discusiones de las barras de los bares algo que debería
ser exclusivamente una labor de los Tribunales de Justicia. Por eso conviene
dejar el asunto en manos de quienes tienen el deber y la obligación de
pronunciarse, lo cual no puede ser óbice para que los ciudadanos nos forjemos
un criterio sobre el asunto. Si los líderes políticos hubieran sido respetuosos
con la situación que se ha presentado, habrían dejado que fueran los Tribunales
los primeros en pronunciarse, para que después la Junta Electoral de Gipuzkoa
hablara al respecto. Incluso Otegi debería haber sido discreto evitando este
absurdo tejemaneje tan propio de pillos.
Sin embargo, el propio Otegi ha pisado un charco tan
provocativo como inadmisible al usar unos versos de Pablo Neruda para ilustrar
y criticar la situación. En medio, no sé si de su idiotez o de su descaro, se
ha permitido decir que “podrán cortar todas las flores, pero nunca detendrán la
primavera”. Se trata de una metáfora inadmisible y nada propia de asesinos y
cómplices de tal. Ni una sola de las palabras de Neruda admite lo que pretende
hacer Otegi con ella. ¿Acaso puede parangonarse con una flor la presencia de
Otegi en la Política o en la Democracia actuales? Tuvo oportunidad de ser una
flor cuando, siendo miembro de ETApm la organización de disolvió, pero prefirió
seguir siendo etarra en ETAm. Por tanto, prefirió ser abrojo que flor. Y
también ha afirmado con desfachatez: “pero no detendrán la primavera”. A veces
el atrevimiento convierte a los osados en miserables. Con esta frase Otegi se
enmarca como abyecto y despreciable. ¿De qué primavera habla? ¿De la que él y
sus compinches abominables nos dieron a los demócratas vascos y españoles, que
vivimos huyendo de sus amenazas, de sus maldades y de sus armas humeantes?
Fueron él y los suyos quienes nos hicieron vivir durante tanto tiempo en un
“invierno” (e infierno) oscuro e inhóspito, afligidos por el miedo y amenazados
por su perversión sin límites. Fueron él y los suyos los que se negaron a
firmar cualquier armisticio con la paz, aunque luego se vieron abocados a una
retirada cobarde tras asumir su derrota. Fueron él y los suyos quienes no han
mostrado agallas suficientes para pedir perdón…
Pues bien, si Otegi
desea culminar la “primavera” del poema de Neruda deberá plantar en el jardín
de los demócratas las flores del perdón. Primero ha de ser su petición de
indulgencia para él y los suyos, seguro que nosotros seremos capaces de
perdonarles o de, como poco, dejarles que pasen la página.
Fdo. JOSU MONTALBAN