TIEMPO DE POLÍTICOS NOBLES
¿Quién puede ser Presidente de España durante los próximos
cuatro años? Solo dos, Mariano Rajoy o Pedro Sánchez. Probablemente caminamos
hacia unas Terceras Elecciones, salvo que un quiebro de última hora modifique
las tendencias. Rajoy, tras entrevistarse con Sánchez, ha sacado una conclusión
tan obvia que no merece muchos comentarios añadidos (“Si Sánchez se mantiene en
el “no”, volveremos a repetir las Elecciones”) A este hombre le faltan ideas
nuevas, le faltan recursos para expresarse y le sobra desidia. Sus
comparecencias no explican nada de lo que está pasando, están llenas de
estupideces. Si en las votaciones para la constitución de la Mesa del Congreso
el PP obtuvo 179 votos, no se entiende que reclame ahora los votos del PSOE
para su investidura: que investigue la procedencia de los 179 y se reúna y
asocie con ellos. ¿A qué viene su empecinamiento con cargar la obligación al
PSOE, con el que no le une nada ideológicamente hablando?
Es verdad que a él le votaron más españoles que a los demás,
contados los demás uno por uno, pero a los demás, en su conjunto, les votaron
muchísimos más que a él. Rajoy debe hacerse a un lado como única estrategia que
desenrede el enredo en el que estamos. Cuando Rajoy subraya que “solo” el PSOE
tiene la solución, si bien tal solución pasa por hacerle Presidente a él,
debería barajar otras opciones, por ejemplo dejar que se forme un gobierno
dirigido por Pedro Sánchez, facilitándolo con una abstención de los diputados
del PP. Más aún, mostrar su voluntad para el acuerdo derogando todas las leyes
que ha aprobado mediante su mayoría absoluta, pues han sido esas leyes las que
le han convertido en el “llanero solitario” que es actualmente. En todo caso,
el regodeo irresponsable de los diputados del PP, con que celebraron el fracaso
de Sánchez en su intento de investidura, deberá ser correspondido con el
regodeo de los diputados del PSOE si fracasa él.
Rajoy y el PP no han fracasado del todo en la cosecha de
votos, pero sí han fracasado vergonzosamente en la gestión de su escasa mayoría
de escaños. Donde las dan las toman, que dice el refrán. Dicen las encuestas
que los españoles no desean que lleguen a convocarse unas terceras elecciones,
pero se trata de una constatación endeble. Las quiere el PP, que espera
aumentar aún más sus escaños, y las quiere Podemos porque su ansiado “sorpasso”
espera a una mejor ocasión. Tanto el PSOE como C´s ya pagaron su tributo en las
segundas elecciones con su discreta pérdida de escaños. ¿Y el futuro?
La mezquindad de Rajoy le ha llevado a no entregar ningún
documento a Sánchez, para empezar las negociaciones. Prometer sí prometió algo,
pero divagó de tal manera que la reunión, al parecer, finalizó como se había
iniciado. Ha sido así porque Rajoy no desea ningún acuerdo, ya que la derecha
española que dirige es una derecha troglodita y aviejada que solo sabe gobernar
con mayorías no ya absolutas sino aplastantes. No quiere ningún acuerdo porque
nos quiere a los españoles amordazados (Ley Mordaza), sojuzgados (Seguridad
Ciudadana que no respeta libertades), súbditos, supeditados al capital y a los
capitalistas, que son ellos mismos (Reforma Laboral), adiestrados y domados
mucho más que educados (Reforma Educativa), dependientes y precarios (Reducción
de la Bolsa de las Pensiones), indefensos (Tasas Judiciales recurridas), etc…
¿Para qué un acuerdo? NI lo pretende ni lo desea en las
condiciones en que está ahora el Parlamento Español. Por eso el empecinamiento
al “exigir” un esfuerzo al PSOE para que la difícil situación actual se
resuelva obedece a la impostura que ha venido ejerciendo desde el 20D del año
pasado. Por eso, Rajoy debe dimitir. Cualquier esfuerzo del PSOE que no vaya
acompañado de la gran mayoría de la Cámara solo será un balón de oxígeno que ni
Rajoy ni el PP se merecen. España debe probar la posibilidad de un acuerdo
entre “PSOE-UnidosPodemos-C´s”, además de quienes se quieran adherir al
acuerdo. Casi seguro que será un gobierno inestable y temporal que no durará
una legislatura completa, pero debe afrontar con resolución el nuevo tiempo. Si
Pedro Sánchez decidiera seguir ese camino veríamos cual es la actitud de los
demás y podríamos sacar conclusiones prácticas. Por ejemplo, que si Pablo
Iglesias (Turrión, que no Posse) no se muestra dispuesto a propiciarlo, también
debe seguir la estela de Rajoy y dimitir.
Es tiempo de valientes y responsables, pero sobre todo es
tiempo de gobernantes nobles.
Fdo. JOSU MONTALBAN