TRES MISIVAS
ENCADENADAS
Culminadas las Elecciones Primarias en el PSOE, su preámbulo,
su desarrollo y su celebración me han suscitado estas tres cartas a los
protagonistas de ellas.
CARTA A PATXI LÓPEZ
Amigo y Compañero Patxi;
Culminado el proceso de Primarias en que con tanto honor has
participado me queda algo que hacer, agradecerte tu actitud constructiva y
noble, más propia de un educado aristócrata que de un ambicioso contendiente
por el poder.
Nos conocemos, y quizás por eso esta carta puede parecer a
algún malintencionado el tributo con que pago esa amistad. Pero no es así.
Nunca he sido un “bienqueda”, uno de esos aduladores capaces de lisonjear
gratuitamente.
Has sido valiente resistiendo hasta el final después de que
anunciaras que te presentabas el primer día. En todo caso has sido el auténtico
socialista, porque la nobleza de tu empeño contrasta con el oportunismo de tus
competidores.
En aquella ocasión, cuando anunciaste tu deseo de concurrir a
la elección, te escribí un sms que transcribo: “Querido Amigo Patxi:
Probablemente no estás esperando ningún consejo mío, pero siempre te he
valorado y apreciado. Creo que de la guerra actual en el PSOE el principal
derrotado será el que gane si hay varios candidatos. Al PSOE actual solo le
puede salvar la prudencia de quien aspire a dirigirle…”. Continuaba, pero el
resto de mi escrito quizás ya no viene a cuento toda vez que el combate ya ha
deparado unos resultados que yo, como socialista, acato y admito, más aún,
ponen en mis manos y en mis intenciones ejercer el deber de convertir al
elegido en el próximo Presidente del Gobierno de España.
Durante los últimos meses has tenido que competir en ese
terreno tan controvertido que es la Política, en un momento difícil, crítico
para el Partido que hemos compartido durante tanto tiempo. Y tengo que
agradecerte los momentos en los que has pedido el apoyo a la causa socialista
en lugar de perseguir el puesto más poderoso. Sabías que la empresa era casi
imposible, pero perseveraste.
El desenlace no ha servido para que seas el próximo
Secretario General del PSOE, pero tu aportación a la cordura y a la decencia,
que han de ser características irrenunciables en la vocación política, ha sido
notable.
Un abrazo, querido Patxi.
CARTA A SUSANA DÍAZ
Ya está. Las Primarias, de las que nos dotamos cuando nos
decidimos a democratizar y hacer participativo al PSOE nos deparan una sorpresa
tras otra. La verdad es que el debate que culminó en las Elecciones Primarias
para la elección de los cargos internos y los responsables institucionales del
Partido tuvo lugar cuando las luchas intestinas dentro del PSOE le desangraban,
amenazaban romperle víctima de liderazgos que competían entre sí, y pocas veces
alcanzaban acuerdos que sirvieran de ejemplo para quienes se relacionaban entre
ellos con el término “compañero”.
Y bien, se producían divisiones en las que la cantidad
siempre estaba por encima de la calidad, en las que la ausencia de un proceso
selectivo convertía los Congresos en discusiones fatuas, y los debates en reyertas.
De pronto se agolparon todas las vacilaciones porque las figuras más
importantes y representativas del Partido formaban grupos de presión que
imponían no tanto sus tesis como sus influencias. Eran los famosos “aparatos”
que se aferraban al poder y no lo soltaban si no era por algún fracaso
electoral, por agotamiento, o por capricho.
Los actuales “aparatos” son mucho más frágiles y mucho menos
influyentes. Incluso, como ha ocurrido en esta ocasión, la notabilidad de
quienes te han acompañado en las imágenes ha jugado en tu perjuicio. El
importantísimo “aparato” del que te has rodeado, te ha devaluado, a pesar de
que contaras con el más importante Presidente de Gobierno de la Transición
(Felipe González), y con el Presidente que puso en marcha las políticas
sociales y de igualdad más fructíferas para los españoles. Desgraciadamente,
una parte importante de las “bases” del Partido, mal administradas intelectual
e ideológicamente, indebidamente aleccionadas, creen que esas élites que tienen
un lugar en la Historia de España, no deben tener un lugar de honor en la
historia del PSOE. “¡Que se vayan y nos dejen en paz!”, dicen algunos miembros
de esas bases con la cólera invadiendo sus miradas. Esta es una consecuencia
más de este proceso que ha sido mal administrado en esta ocasión.
Y la anécdota, que se convierte en argumento esencial, es que
fuiste, querida Susana, la que apadrinaste a quien ahora te ha llevado por
delante. Dijiste que Pedro Sánchez era más idóneo que el compañero Madina para
Secretario General del PSOE. ¿Lo sigues pensando?
Ahora, tras el desenlace, se trata de ser socialistas, del
PSOE, y de demostrarlo. Pasada la tristeza debemos propiciar la serenidad y
tranquilidad de ánimo para hacer del PSOE el instrumento adecuado para servir a
los ciudadanos con cordura y solvencia.
Querida Susana, que la melancolía no nos obnubile, que el
ansia de venganza no nuble nuestros semblantes ni nuestras intenciones. El
socialismo también es satisfacción y alegría.
Un Abrazo, Compañera Susana.
CARTA A PEDRO SÁNCHEZ
Compañero Pedro:
De nuevo eres mi Secretario General después de este proceso
excesivamente “violento” en el que los socialistas no nos hemos comportados
como “compañeros”, ni siquiera de viaje.
Te iba la vida en ello, lo comprendo, al menos esa ha sido la
impresión que hemos dado. Hemos inundado las Redes Sociales de improperios con
perversa intención en lugar de utilizarlas para divulgar ideas, informar sobre
las intenciones y buscar adeptos con naturalidad. Esto no lo digo con
animadversión, pero sí convencido de que el socialismo debe incitarnos a
utilizar los instrumentos de que nos provee el progreso con cordura y decencia.
Ahora, después de que todo se haya consumado, la
responsabilidad ha caído principalmente en tus manos, en tu conciencia y en tu
consciencia.
Enderezar a los mal intencionados, refrenar a los vengativos,
ubicar debidamente a tus partidarios más directos durante estos últimos tiempos
en el tablero de la Política, llamar a la cordura, analizar los modos y maneras
que nos han trasladado hasta aquí para no cometer nunca más los mismos errores,
abrir los brazos sin cerrar los ojos, abrir los ojos sin cerrar los brazos,
reconstruir la convivencia maltrecha por tanto debate inútil, hacer del
socialismo una herramienta transformadora en lugar de una razón para la
discordia, distinguir a los adversarios de los enemigos, convertir la sociedad
en un hábitat halagüeño, etc…
Sólo ha pasado un día de la elección cuando escribo esto y ya
parece que la clama se está instalando en la “familia” socialista, y también en
la sociedad española que ha vivido este proceso con interés, pues no en vano
sus consecuencias van a tener una influencia vital en las vidas de todos, ya
seamos socialistas o no lo seamos. Pero también en el terreno pacificador debes
imponer tu autoridad, ahora que la tienes porque te la has ganado en buena lid.
No valen las venganzas. (Te lo digo yo que, en otra ocasión, gané unas
Primarias, como tú, y tuve después que batirme con los “vencidos” mientras aún
les quedaba algo de representatividad y poder) No valen las altanerías. El
Secretario General del PSOE no tiene ningún pedestal ni urna predestinado para
él. Su lugar es la calle, representándonos a todos los socialistas, de momento,
y a todos los españoles cuando le reclamen como Presidente del Gobierno de
España. Ese es tu destino, Compañero Pedro, porque el socialismo solo será útil
en la medida que sirva para detectar injusticias y remediarlas, percibir las
desigualdades e intentar convertirlas en igualdades, conquistar derechos para
quienes no cuentan con ellos, suavizar los rigores de las vidas de quienes
sufren estrecheces y miserias.
Compañero Pedro… De momento no debes obstinarte en alcanzar
la gloria del poder, sino su servidumbre, más bien allana el camino para que
los socialistas dejen de discutir sobre si son galgos o podencos los que nos
persiguen. Durante casi un año los propios socialistas no hemos sabido si
éramos galgos o podencos, peor aún, nos hemos perseguido a nosotros mismos.
Nos queda pues una delicada tarea. Debemos reconstruir el
Partido para que el socialismo sea útil, y será más útil si convertimos su
ideología en transformadora de la sociedad, para mejorarla, más que en un
reducto que solo sirva para satisfacernos a nosotros mismos. El PSOE no debe
ser un salón rodeado de espejos en los que nos regodeemos sus militantes. En
resumen, debemos hacer que esos espejos en que nos miremos, tan halagüeños, en
que nos miremos no sean barreras o muros que nos alejen de los ciudadanos.
Estoy convencido de que lo vas a conseguir, Compañero Pedro.
¡Enhorabuena, Secretario General!
Fdo. JOSU
MONTALBÁN