LAS PATRIAS VASCAS
Anualmente,
en cada Domingo de Pascua, se celebra en Euskadi el Día de la Patria, -Aberri
Eguna-, que por el hecho de que sólo se celebra en nuestra Comunidad Autónoma
se convierte en el Día de la Patria Vasca.
Podría ser una fiesta, con cuanto ello supone de solemnidad y
de alegría, de compartir aprecios y afectos, pero ya hace demasiado tiempo que
el Aberri Eguna, lejos de ser un día de fiesta en que se comparten los
sentimientos, se ha convertido en un día de contraste de tales, de exaltación y
de reivindicación de lo obvio. Sí de lo obvio, porque ya nadie necesita
reivindicar principios que vienen estando vigentes todo el tiempo desde el
advenimiento de la Democracia. Durante el franquismo nos e admitía otra exaltación
patriótica que no fuera la “España Una, Grande y Libre”, por lo que el Aberri
Eguna se celebraba en la intimidad de los fogones, y sólo algún osado
nacionalista se arriesgaba a colocar alguna ikurriña en lo alto de un
campanario o en la punta de una torreta de las conducciones eléctricas.
El Aberri Eguna es una fiesta puramente política y, además,
exclusivamente nacionalista. Quien, sin serlo, la celebra, casi siempre muestra
sus déficits como patriota. O sus excesos, pues no son pocos los que queriendo
enfatizar aquella “virtud” que tienen menos desarrollada, se sobrepasan e
inventan actos estridentes y razones extraordinarias que les delatan como
impostores. En esta ocasión ha habido de todo: patriotas e impostores. Era de
esperar porque estamos a muy pocos meses de unas Elecciones Autonómicas
trascendentales, en las que los sondeos anuncian posibles cambios, y en las que
caben múltiples fórmulas de arreglo mediante coaliciones, máxime ahora que por
primera vez habrá formaciones emergentes en liza, además de un candidato
estelar (Otegi) al que ya le vienen haciendo la campaña con su inhabilitación
para presentarse a dichas Elecciones.
Pero estábamos en el día del Aberri Eguna. ¿Qué han
reivindicado los celebrantes PNV, Bildu y Podemos? Cada cual lo suyo: tres
modelos de “patria” diferentes en extensión y en configuración, además de en
sus significados. El PNV ha presentado al Lehendakari Urkullu como candidato a
su reelección, ese ha sido su hito importante, si bien ha reivindicado un
“nuevo status” para las relaciones entre Euskadi y el Estado, de igual a igual.
No suena a nuevo porque cada año se escucha la misma cantinela en el día
solemne para después puntualizar que la cosa puede esperar y que ahora se trata
de hacer útil el actual Estatuto, eso sí, plenamente desarrollado. (Es decir,
lo que reivindican los no nacionalistas todos los días).
Bildu ha hablado de “romper las cadenas (que le unen a
España) por la vía unilateral”. En esta ocasión la voz la portó un abertzale
con no demasiado “pedigree” para enarbolar tales reivindicaciones. No estuvo en
el acto Otegi, esa fue la noticia, los fotógrafos buscando la instantánea del
recién excarcelado y él de vacaciones o de descanso. Como la patria de Bildu es
más grande en extensión que la del PNV, se fueron a Pamplona a reivindicar el
“derecho a decidir”, que es un concepto que no aparece en los libros jurídicos
y viene muy bien a quienes no se atreven a reivindicar abiertamente el derecho
de autodeterminación.
Y por fin los impostores. Ya lo habían anunciado: “Podemos
prepara un acto simbólico sin sesgo nacionalista”. Pero, ¿hay algo más
nacionalista que celebrar el Aberri Eguna en Euskadi? Hay quien podrá achacarme
que mi partido, el PSE, también lo celebró en su momento, pero lo hizo en muy
escasas ocasiones, y se retractó a tiempo. Los dirigentes de Podemos tuvieron
muchas dificultades cuando presentaron su fiesta porque es imposible defender
lo indefendible. Dijo Maura que su acto no discurría ”ni en clave identitaria
ni en clave nacionalista”. Recurrió, sin justificar su intromisión en el Aberri
al deseo de “resignificar” el concepto de “patria” para vincularlo a “derechos
y libertades”. ¿Para qué seguir? “La patria es la gente, son unos buenos
servicios públicos o no dejar a nadie atrás”, también dijo Maura… Pero eso es
algo que no tiene nada que ver con la solemnidad del Aberri Eguna para cosechar
votos. Anunciaron que quieren situar a su partido Podemos entre el bloque
nacionalista y el constitucionalista, es decir, en terreno yermo e indefinido,
si bien adscritos al cobarde “derecho a decidir”. Para mostrarse tan audaces y
emergentes se situaron entre Pinto y Valdemoro, como hacen siempre.
El resumen más atinado es que queda un año para el próximo
Aberri Eguna durante el cual se celebrarán unas Elecciones Autonómicas. La
campaña se ha desatado. La Patria Vasca permanece en el subconsciente de
algunos vascos, en otros no. De un modo u otro, permanece. Pero hay quienes
diciendo sí pero no, o no pero sí, ya juegan a poner el queso en la trampa para
cazar ratones, ¡perdón!, electores.
FDO. JOSU MONTALBAN