sábado, 18 de junio de 2016

PABLO IGLESIAS Y LA CIZAÑA (LaInformacion.com, 19 - 06 - 2016)


PABLO IGLESIAS Y LA CIZAÑA

Siguiendo con su miserable estrategia de sembrar cizaña en medio del trigo, Pablo Iglesias (Turrión, que no Posse) afirmó hace bien poco que el Presidente Zapatero había sido “el mejor Presidente de la Democracia”. Y como “mejor presidente” que fue le ha respondido con contundencia afirmando que, dado que fue también el Presidente del PSOE, el mérito no es tanto suyo como de todo el PSOE, para quien reclamó la titularidad de la socialdemocracia española. Dijo más, por ejemplo que España “necesita un Gobierno equilibrado entre la responsabilidad y el compromiso social, y eso solo lo representa el PSOE”. Concluyó que “está muy bien que todos quieran ser socialdemócratas, pero para socialdemocracia el PSOE”.
¿Qué pretende Pablo Iglesias con esos piropos dirigidos a Zapatero? Solamente sembrar discordias donde solo hay sano debate. El debate ha venido acompañando al PSOE desde su formación, sin embargo, a pesar de la intensidad con que se ha desarrollado, en ningún momento ha llegado a provocar ninguna ruptura seria. El PSOE, como formación potente destinada a gobernar en España, ha venido abarcando un amplio abanico ideológico que ha aglutinado tanto a formaciones liberal-democráticas cercanas al centro político como a formaciones puramente socialistas (o a antiguas formaciones comunistas) que comprendieron las virtudes que engloba un partido de las características del PSOE. Pablo Iglesias sabe todo esto, y sabe también que su “marxismo-leninismo” de salón, que le sirvió para abrir las puertas de los medios de comunicación y forzar debates inservibles en la Europa actual, no es una tarjeta de presentación adecuada para obtener la confianza de los españoles. Por eso evita hablar de izquierda y derecha, o se muestra dispuesto al ejercicio del “derecho a decidir” que no cabe en ninguna de las ideologías clásicas de la izquierda, y por fin se ha declarado socialdemócrata, condición hasta ahora reservada al PSOE. Así es el camaleónico Pablo Iglesias, cuyo último capítulo ha tenido que ver con los piropos a Zapatero.
Forzando el alcance del piropo cabría preguntar a Pablo si en el catálogo de virtudes ejercidas por Zapatero cabe incluir la modificación del Artículo 145 de la Constitución que estableció el principio de estabilidad financiera para limitar el déficit. Es una pena que Iglesias no estuviera en el Congreso entonces para saber hoy su comportamiento, pero ha tomado la decisión de poner la diana en Zapatero, que fue un Presidente ejemplar por el alcance de su sentido democrático y por su dimensión social. Cometió errores, claro está, pero su balance fue muy positivo, sin embargo lo que resulta criticable es que Pablo Iglesias haya elegido a Zapatero, el ex Presidente español, para poner en vigor su comportamiento político, tan interesado como abominable.
Tal comportamiento parece copiado del comic de Ásterix titulado “La Cizaña”. En él un personaje que se hace llamar Perfectus Detritus sale de un campamento romano para instalarse en la aldea gala en que viven Ásterix y Obelix. El personaje se dedica a crear discordias constantemente entre quienes viven en la popular aldea, lo cual provoca no pocos conflictos entre los famosos y bárbaros personajes del comic que ven como sus conflictos contra los soldados romanos terminan siempre en infructuosos para ellos, porque la cizaña se convierte en un ingrediente esencial que impide y resta eficacia a la estrategia de los habitantes galos. El ejemplo cobra auténtico sentido si comparamos a la derecha española con los romanos y las izquierdas con los diferentes personajes de la aldea gala.
Pablo Iglesias se ha convertido en un Perfectus Detritus, incapaz de trabajar en contra de esta derecha española que ha conseguido instalar la precariedad y la desigualdad en la sociedad española, pero también ha instalado un caldo de cultivo que ha permitido que los Perfectus Detritus, como el ínclito Pablo Iglesias, lleguen a cercenar los efectos de unas izquierdas plurales, y debidamente compaginadas que fueran capaces de procurar ese cambio que sí, que es posible y necesario siempre que Pablo Iglesias no quiera hacerse con el cargo de Sumo Emperador Romano… Y ejercer de tal.


FDO.   JOSU MONTALBAN