lunes, 26 de octubre de 2015

UNA ESCUETA Y BÁSICA REFLEXIÓN... (El Diario Norte, 26-10-2015)


UNA ESCUETA Y BÁSICA REFLEXIÓN…

… sobre la Propiedad privada.
La noticia que acabo de leer en un diario de gran tirada es fácil de interpretar: “Amancio Ortega pugna con Bill Gates por ser el hombre más rico del Mundo”. (En el mismo día hay otro diario que encabeza su información con “Amancio ortega, el hombre más rico del Mundo, según Forbes”. Ambas noticias son reales porque, al final, el detalle de ambas solo tiene que ver con el hecho de que determinados bursátiles de última hora hicieron fluctuar las fortunas de Gates y Ortega a la hora de definir quién de los dos es el más rico. ¡Qué más da! Me voy a quedar con quien más cerca está de mí es decir con Amancio Ortega, pero no precisamente para hacer una semblanza suya sino para sacar una conclusión tan sencilla como definitiva: la propiedad privada, en un sistema capitalista como el que nos atañe, puede degenerar en una flagrante e insoportable injusticia.
Si la “propiedad” es la “facultad o el derecho a poseer algo, dentro de los límites de la ley”, si Ortega ha sido capaz de amasar la terrible fortuna que posee, ha de ser porque la Ley ha sido poco estricta o, en todo caso, no se ha puesto al servicio de todos los ciudadanos por igual. Forbes ha hecho público el ranking de los más ricos. El patrimonio de Amancio Ortega, contabilizando sus bienes inmuebles, sus inversiones en Bolsa y sus propiedades empresariales, llega a 71.700 millones de euros, que puestos en pesetas, -que sigue siendo la unidad monetaria que usan tantos millones de españoles pobres o humildes-, son casi dos billones (con “b”, no con “m”) de ellas. No es extraño, por tanto, que aparezca en las fotos que ilustran la noticia con una sonrisa de oreja a oreja, las manos en los bolsillos y una oronda panza, que son los símbolos que identifican a los satisfechos.
Yo no sé si este hombre está preocupado por algo, porque para más inri su hija Sandra tiene el futuro solucionado, al menos en el aspecto económico, con su fortuna, conquistada o heredada, de 7.200 millones de euros. No parece estar preocupado, pero muchos de sus compatriotas españoles sí están preocupados, no en vano hay en España más de un 20% de personas por debajo del umbral de la pobreza. De cualquier modo, cuando no se controlan ciertos comportamientos, que permiten almacenar fortunas de esta dimensión deberemos convenir en que el sistema socioeconómico es tan injusto como inadecuado.
La injusticia inherente al mismo sistema pretender ser contrarrestada mediante acciones caritativas y solidarias, protagonizadas por los mismos favorecidos, que siendo encomiables y útiles para ganar la gloria del cielo, no deberían ser admitidas aquí en la Tierra. Por ejemplo Ortega anunció hace algunos días una donación de 17 millones de euros para financiar los tratamientos de cáncer en la sanidad pública gallega. Nada puede aducirse en contra, pero este tipo de donaciones, que acarrearán beneficios fiscales para el propio donante, no disminuyen la gravedad del problema, que no es otro que el que deriva del hecho de que en medio de una crisis económica que afecta a todo lo público, el patrimonio privado de una sola persona sea tan desmesurado.
Sería interesante conocer de qué modo ha hecho esta fortuna Amancio Ortega, y saber qué piensa de sí mismo, qué piensa de su gran fortuna, y si la considera justa o injusta a tenor de la situación actual que atosiga a tantos españoles. Y sería muy interesante conocer al detalle de qué modo cumple Ortega sus obligaciones fiscales. No lo escribo con ánimo condenatorio, sino por simple curiosidad. Sin otra pretensión añadida. Eso sí, he puesto en números lo que los diarios han puesto en letra para que los lectores se den cuenta de lo extraordinario de la cantidad. La fortuna de Amancio Ortega es de 71.700.000.000´- euros, que traducidos a pesetas  se convierten en 11.928.876.200.000´- pesetas. Lo cual alcanzaría para abonar durante casi seis millones de años a alguien que ganara un sueldo de mil euros mensuales. Como se puede ver se trata de cifras que no son comprensibles. Por eso precisamente me permito afirmar que este hecho tan desmesurado, -la fortuna de Amancio Ortega-, sólo responde a un sistema económico perverso, injusto y brutal. Además de inhumano.


Fdo.  JOSU  MONTALBAN