lunes, 2 de mayo de 2016

NO PASARÁN A LA HISTORIA (La Informacion.com, 02 - 05 - 2016)


NO PASARÁN A LA HISTORIA…

¿Todos tenían la razón, tal como parecía? No, cada uno ha hablado desde “su” verdad. Bien poco han tenido en cuenta los versos de Machado: “¿Tu verdad? No, la verdad; y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela”. Cada cual, con su verdad a cuestas, se ha empeñado en inoculársela a los demás, pero no solo eso. También han querido, cada cual a su manera, inoculársela a todos los ciudadanos que votaron en el 20D con la papeleta en una mano y “su” verdad en la otra. El fracaso en las negociaciones para la formación del nuevo Gobierno ha tenido mucho que ver con que los cuatro líderes llamados a relacionarse entre sí y llegar a un acuerdo, se han considerado infalibles.
Pero la infalibilidad que no muestra razones convincentes, ni explica convenientemente cada uno de los pasos que da, se queda en mera intransigencia. Nuestros cuatro líderes no van a escribir sus nombres en la Historia, o al menos no los escribirán de forma indeleble, porque no han puesto toda la carne en el asador, porque no han asumido riesgos de calado, porque han puesto más interés en lo espectacular que en lo eficaz y útil, porque han tomado sus decisiones definitivas con remisión miedosa, en suma, porque no han sabido resolver el endiablado rompecabezas que los ciudadanos les legaron en las urnas. No era fácil resolver aquel embrollo pero, ¿para qué son los líderes si no es para capaces de ello? De momento, a pesar del fracaso, ni uno solo se ha atrevido a adjudicarse algo de responsabilidad en el desaguisado. La culpa es de los otros, han dicho, por incompetentes o por poco maleables en las discusiones. En realidad, lo que ha ocurrido ha sido que los liderazgos actuales han sido construidos sin la cimentación ideológica debida, sobre los fallos ajenos mucho más que sobre las virtudes propias.
Hay frases legendarias, llenas de dignidad, que a pesar de su profundo significado en el momento en que fueron pronunciadas, no sirven en todas las épocas o momentos, porque la Historia (las historias que llenan la Historia), nunca se repite de forma fidedigna. Quienes han querido protagonizar la del tiempo actual en España se han equivocado, por excesivamente rotundos o por intransigentes. Vivimos en una Democracia que puede ser mejorada, pero solo mediante comportamientos y actitudes democráticas. No vivimos buenos tiempos para ningún tipo de revolución y, en todo caso, la revolución se hace con las armas en la mano, alejados de los procedimientos democráticos, que siempre se basan en el juego de mayorías y minorías, en el diálogo sin límites y en el acuerdo. Cuando se pretende hacer la revolución en medio de la Democracia, se convierte a ésta en un títere al servicio de impostores y populistas de escaso calado y consistencia.
Durante las negociaciones algunos líderes han pronunciado frases legendarias, -“¡No pasarán!” y “No nos moverán”-, y se han mostrado fieles a las letras y a sus significados. No han tenido en cuenta que la primera frase  corresponde a un grito de guerra que estuvo vigente durante la Primera Guerra Mundial en Francia, y repitió Dolores Ibárruri durante la Guerra Civil Española. Ni han tenido en cuenta que el “no nos moverán”, que tanto emocionó en la boca de Joan Báez, corresponde a una canción que surgió como un mensaje de esperanza del pueblo chileno ante el dictador Pinochet, tras el asesinato de Salvador Allende.
De modo que los líderes que han protagonizado los cuatro meses de negociaciones baldías que no han servido para formar ni siquiera un mal gobierno, no pasarán a la Historia, y mucho menos a la Leyenda. Solo se les exigía responsabilidad y empeño en la labor, y ahí los comportamientos han sido bien diferentes en unos y otros. Hay que subrayarlo, porque en las Elecciones que tendrán lugar en Junio no pueden tener el mismo tratamiento por parte de los ciudadanos la desidia de Rajoy o la soberbia de Pablo Iglesias, que los denodados intentos de Pedro Sánchez, que consiguieron un acuerdo básico con el C´s de Albert Rivera.
No pasarán a la Historia, pero lo peor será que nos quieran condenar a todos a la histeria. Rajoy e Iglesias lo están intentando. De nuevo es el PSOE el llamado a resolver el embrollo, a buscar una Verdad que todos podamos compartir. El PSOE es el único que, a la vista de lo acontecido, se merece una buena dosis de confianza.


Fdo.  JOSU MONTALBAN