UNA VEZ MÁS, EL PSOE
En un titular de prensa leo lo siguiente: “Rajoy duda de que
el rechazo del PSOE a su Gobierno sea definitivo”. El titular es bastante
atinado, pero el objetivo del propio titular va más allá de lo meramente
informativo. De algún modo pretende influir en el modo de pensar de los
votantes socialistas para que vayan asimilando que si, como afirman todos los
líderes políticos y los opinantes, unas terceras elecciones supondrían un
fracaso mayúsculo de la Política y de los políticos españoles, en algunas manos
o mentes políticas tiene que germinar la inquietud para que se pueda investir a
algún Presidente para el futuro gobierno. Vistos los resultados, y escuchado a
los líderes, solo caben dos posibilidades, y ambas producen incertidumbre: o es
Presidente Pedro Sánchez con el apoyo de Podemos y C´s, o lo es Rajoy con la
abstención de PSOE, Podemos o C´s. Sin embargo todos dicen que “no”, que
reservan un “no” categórico para el día de la votación en el Congreso.
¿Por qué Rajoy piensa que el “no” del PSOE es un “no, pero
sí”? No es muy difícil de explicar, aunque en los tiempos en que vivimos, de
tanta precariedad en los liderazgos políticos, priman la intransigencia y la
obstinación que muchas veces se confunden con la firmeza y la integridad de los
principios y valores ideológicos. A pesar de la emergencia de dos nuevas
fuerzas políticas, como Podemos y C´s, siguen siendo el PP (derecha) y el PSOE
(izquierda) los partidos que generan una mayor confianza en los ciudadanos,
porque en todo caso tanto la derecha como la izquierda, cuando se han visto
sorprendidos por los nuevos tiempos, han mostrado su disposición a emprender
viajes pero no a enfrascarse en aventuras arriesgadas. Los ciudadanos huyen de
los sobresaltos, detestan a los fantasmas con forma humana porque quieren
escuchar palabras o frases fáciles de interpretar, y no ruidos estrambóticos
que muevan al nerviosismo. Es esta creencia la que lleva a Rajoy a advertir que
el rechazo del PSOE a su Gobierno tal vez no es definitivo.
Estas opiniones de don Mariano tienen además otro fundamento,
si bien en boca de Rajoy pierde cierta consistencia. El PSOE es un partido de
gobierno que se siente incómodo en la oposición. En sus filas conviven Rojos
“peligrosos”, revolucionarios convencidos, izquierdistas e izquierdosos,
liberales y libertarios, y algunos conservadores que no le perdonan al PP haber
aceptado ser una especie de continuación del franquismo pero sin Franco. Es
esta mezcolanza, en la que priman claramente los pensamientos de izquierda, lo
que le convierte en un partido comprometido, -muy útil, por cierto-, con los
cuarenta y tantos millones de españoles. Es un partido que tanto acoge a
jornaleros del campo como a obreros diversos, ejecutivos, directivos de
empresas o premios Nobel, eso sí, todos ellos dotados de una conciencia social
que permite construir una sociedad integrada, bien dotada de servicios, formada
por individuos responsables ante sí mismos y ante los demás. Estas condiciones
que concurren en el PSOE hacen que haya momentos en que el debate político que
se produce en sus propias filas, cuando tal trasciende al exterior, muestre una
especie de guirigay que los enemigos y contendientes del PSOE se empeñan en
identificar con peleas de gallos, muy poco edificantes ante la opinión pública.
Pero no es así. Los socialistas debaten, debatimos, porque
nuestra “mercancía”, -permitidme la licencia-, son las vidas humanas de todas
las personas, en contraposición con la mercancía de la derecha (esta vez sí,
sin puntualizaciones ni comillas) que es el capital y las posesiones de cada
cual. De modo que la duda de Rajoy procede de la constatación, a lo largo del
tiempo, de que el PSOE no es un partido pensado ni para hacer revoluciones
desordenadas, ni para quedarse en una oposición testimonial e improductiva para
los ciudadanos. Es evidente que este modo tan remiso e interesado de
congraciarse con el PSOE mediante insinuaciones bobas, tiene que ver con la
escasa vergüenza mostrada por el PP durante los últimos cuatro años de gobierno
en que, sirviéndose de su mayoría absoluta, ha tratado a los españoles como
marionetas movidas por su vocación y actitudes totalitarias. Y sin embargo, el
PSOE estará a la altura de su dignidad porque se sabe el blanco de todas las
miradas.
Si el PSOE ayudara a que hubiera gobierno y se evitaran unas
terceras elecciones, tan denostadas por los ciudadanos, estará siendo útil… Y
lo será tanto más si en el viaje ahorma a esta derecha española tan arisca como
perversa. Y si el PSOE se empeña, como lo intentó en la primera oportunidad, en
formar gobierno con Podemos y C´s, también estará siendo útil porque estará
consiguiendo el cambio que muchos dicen desear, pero por el cual trabajan muy
poco quienes con más estridencia hablan de él.
Una vez más tendrá que ser el PSOE el que “resuelva” el jeroglífico
que otros han configurado de forma tan defectuosa.
FDO. JOSU MONTALBAN