EN TORNO A LA NOBLEZA DE LA POLÍTICA
(Escribo desde Euskadi. Debo advertirlo para que los lectores
entiendan la introducción)
Ya tenemos Gobiernos. Gobierno español y Gobierno vasco
(según todas las previsiones y anuncios). Gobierno del Estado y Gobierno de la
Comunidad Autónoma. Es lo lógico, aunque los procesos para llegar a constituir
tales gobiernos hayan sido tan disímiles. Conviene analizar ambos procesos,
principalmente para cerciorarse del diferente modo de actuar de los líderes,
-nacionales y autonómicos-, en las respectivas campañas y en los actos
preelectorales. Bien poco novedosos resultan los comportamientos de los líderes
de los partidos “viejos”, respetuosos con el orden, con los usos y con las
costumbres. Pero resulta novedoso que los líderes de Podemos hayan sido tan
comedidos en Euskadi, como han sido desenfrenados en Madrid. ¿Por qué?
Se trata de una incógnita o de un misterio difíciles de
resolver. No faltan los vascos que, empeñados en creerse y hacer ostentación de
sus esencias democráticas, pregonan que la Política en Euskadi se practica con
una mayor seriedad que en el resto del Estado. Sin embargo, no creo que sea
así, porque lo que favorece que Podemos no desvaríe en Euskadi es la
homogeneidad de la sociedad vasca que no les permite experimentar con
estrategias adaptadas a los caprichos de los lugareños de cada lugar, valga la
redundancia. Mientras en el ámbito español un andaluz puede diferenciarse, en
lo que concierne a problemas y necesidades (formas de vida) de un catalán o un
gallego, en el ámbito vasco un alavés es prácticamente igual a un guipuzcoano o
a un vizcaíno.
En suma, que esos devaneos del “podemita” Echenique, que es
capaz de pedir que todas las direcciones “regionales” de Podemos debatan el
carácter de sus respectivas autonomías, solo unos días después de defender “un
proceso constituyente que afirme la soberanía de Aragón”, constituyen la razón
de ser de una formación de corte “anarcoide” cuya ideología será de derechas o
de izquierdas conforme convenga, a la vista de los sondeos preelectorales.
Porque a los excesos de Echenique ha correspondido en sentido muy parecido la
responsable en Andalucía Teresa Rodríguez, que ha anunciado su pretensión de
convertir a Podemos-Andalucía en un partido autónomo respecto a Podemos. Es
difícil saber cuál es el alcance real de estos pronunciamientos pero, en todo
caso, convierten el mapa español en un mosaico de colores estridentes.
El líder (o líderes, Nagua Alba, Lander Martínez, Pili
Zabala, y no sé cuantos más habrá…) de Podemos en Euskadi se comporta como los
demás líderes de otros partidos, salvo por el batiburrillo organizativo que
asiste a sus cuadros directivos. Mientras tanto, el Congreso Español se ha
convertido en una caja de sorpresas, y los alrededores del Congreso, incluida
la gran plaza de la Puerta del Sol, en la pista gigante de un Circo de
varietés. Priman las ocurrencias. Lo mismo se acude a la Cámara con una niña en
brazos, eso sí, ataviada con las ropitas “apuntilladas” de las marcas mundiales
más elitistas, que se besan en la boca para felicitarse por la elocuencia de un
discurso. Lo mismo se atusa y se adorna Pablo Iglesias con un chaquet de máxima
etiqueta, pajarita incluida, para acudir a una entrega de premios de la “gente”
de la farándula, que Cañamero se pertrecha tras una camiseta negra en que se
lee “yo no voté a ningún rey”. Que es tanto como decir “yo no acepto el orden
constitucional”. Como puede verse, la pista central de este circo político
español ofrece un espectáculo variado. Apenas hay trapecistas en las alturas,
ni quienes caminan y hacen requiebros sobre alambres cortantes. Es tiempo de
artífices poco arriesgados, de transformistas que actúan a ras de suelo, de
tahúres y prestidigitadores, de payasos y de vedettes que lucen lentejuelas y
piel morena a partes iguales.
Que la investidura del Lehendakari Urkullu vaya a acontecer
con la debida mesura tiene que ver con la seriedad con que se ejerce la
Política en Euskadi. Pero sería muy injusto sacar la conclusión de que si en el
Estado todo acontece de otro modo es porque no hay seriedad. Nada de eso. Lo
que ocurre es que los líderes de las fuerzas emergentes, principalmente de
Podemos, se han empeñado en practicar acrobacias, en actuar como funámbulos o
volatineros (aunque sin los riesgos inherentes a los auténticos), para ocupar
un lugar de privilegio en el circo en que han convertido a las Instituciones
españolas.
Los españoles asisten boquiabiertos al espectáculo en que lo
estridente prima sobre lo sencillo, donde un impacto resulta más eficaz que una
caricia. La Política pasa por una crisis de efectividad y de utilidad, víctima
de los propios políticos, al menos de algunos de ellos, que son quienes tienen
la obligación de preservarla y dignificarla. Si los políticos han de ser los
“ejecutores de la Política”, es decir, los encargados de llevar a cabo lo que
la Política ordena y planifica, no puede ser admitido el empeño de tanto “nuevo
político” que quiere, en cambio, ser quien “ejecuta” a la Política, es decir
quien la cercena y la mata.
La Política es una ciencia, o un arte, que trata del gobierno
y la organización de los grupos y organizaciones humanas, especialmente te los
Estados. Es, por tanto, una actividad noble… Pero en manos de populistas,
oportunistas o desalmados se convierte en algo abyecto, bastardo, desleal y
falso.
Fdo. JOSU MONTALBAN