lunes, 19 de octubre de 2015

"YO SOY EL ÚNICO RESPONDABLE..." (Artur Mas) El Confidencial Digital ( 19 - 10 - 2015 )

“YO SOY EL ÚNICO RESPONSABLE…” (ARTUR MAS)

Este fue el inicio de la frase que Artur Mas odreció al Tribunal Superior de Justicia para culminar de ese modo su intento de inmolación voluntaria, es decir de autoinmolación. La frase completa, (“yo soy el único responsable de lo que aconteció el 9-N, aunque fuera una legión de voluntarios la que lo ejecutó”), define claramente al personaje que nos ocupa, probablemente uno de los más nefastos políticos españoles desde que se recuperó la Democracia.
Pocas veces se ha visto una comitiva más absurda que la que formaron Artur Mas, y quienes le acompañaron, al acudir a declarar ante los jueces el día 15 de octubre en Barcelona. Es verdad que esta parafernalia impostada responde a ese empeño de una minoría de catalanes (poco más que un 33% de los contenidos en el censo electoral), que quieren la independencia de Cataluña. Y es verdad también que no es bueno que la Política muestre su impotencia ante esta propuesta populista de Mas, que está convulsionando en exceso a la sociedad catalana y está convirtiendo la convivencia de los catalanes en una quimera. Pero, siendo verdad eso, ya no caben más paños calientes: la máxima responsabilidad de esta debacle es de Artur Mas. Resulta clarísimo que si Artur Mas toma el camino que la Ética y la Decencia deberían dictarle, es decir si se va, la discusión sería más razonable y la solución del problema, aun siendo complicada, empezaría a ser atisbada.
15 de Octubre en Barcelona: la procesión de encorbatados, con Mas a la cabeza, para asistir a la autoinmolación del President resultó patética. La foto frontal exhibida en los diarios, que completaban siete hombres y tres mujeres (una de ellas, como es lógico, su esposa) no puede resultar más agresiva para tantos españoles, -catalanes incluidos-, que acuden solos a los Juzgados, interiormente avergonzados quienes se saben culpables, por causas mucho menos escandalosas que esta de Artur Mas. Porque a mí no me cabe ninguna duda de que Mas se va a ir de rositas, incluso reforzado, mientras que a quien, por ejemplo, ha robado en el cepillo de una iglesia para dar de comer a sus hijos hambrientos, la vergüenza ante sus vecinos y conciudadanos le caerá sobre la cabeza y su reputación como un mazazo irresistible.
Artur Mas no está avergonzado por incumplir la Ley o las normas democráticas. Inflado como un pavo ha pasado bajo la bóveda que improvisaron 400 alcaldes catalanes de las fuerzas afines ocasionalmente a Mas con sus bastones de mando, de madera noble tallada y puños esculpidos. Jamás los bastones de mando de los alcaldes sirvieron para un acto tan escasamente edificable. La cohorte que le acompañaba también pasó bajo los bastones, probablemente sintiendo como el poder legal y legítimo se doblegaba ante la soberbia de quien se considera por encima de la Ley. Así ha sido, tras la desobediencia la soberbia. Él, que ha firmado tantas leyes catalanas, controvertidas como casi todas, que algunos catalanes han aplaudido y otros han abroncado, se niega a acatar las Leyes de los estamentos superiores a los que él preside. Que pueden ser desacertadas, sin duda, lo mismo que las que él ha firmado. Por eso su deber es dar ejemplo y acatar la Ley.
El asunto traerá cola. Ya la traía desde que su cobardía le empujó a llamar “proceso participativo” a lo que era un referendo ilegal, lo que ha llevado a que alguien haya afirmado que se trata de “un demócrata perseguido por poner urnas”. Lejos de haber acudido al lugar convencido de que deberá acatar los veredictos, ha recibido con una sonrisa palmadas envenenadas de sus compañeros, como la del Coordinador de CDC Rull que se ha permitido adelantar que “Cataluña tiene el derecho y el deber de ignorar una posible inhabilitación del presidente catalán”. Me permito afirmar que no creo que haya habido nadie en ningún Gobierno del Mundo que haya apuntalado su liderazgo con una cartilla de servicios y éxitos tan escasa como la de Artur Mas. Como líder político, y como gobernante, no muestra más caudal que su oportunismo y su osadía. Ha dicho que “desoír a la Justicia si le inhabilita dependerá del momento político en que estemos y de la situación jurídica del país”. ¿Cabe desafío mayor?
Puede ser que llegue a armarse la de San Quintín, que debió ser farragosa e incomprensible. De momento la mayoría de los líderes políticos españoles que no están en ese engendro que se llama “Junts Pel Si”, resuelven el conflicto refiriéndose a él como buenamente pueden, y demasiado remisos en sus valoraciones sobre las bravuconadas de Mas. Desde luego que lo primero de todo critican, todos ellos, los pasos dados por Mas de forma unilateral; y después abogan para qué el problema sea resuelto en el ámbito de la Política, porque “la solución está en el diálogo, la amplitud de miras y los acuerdos democráticos”. Este último entrecomillado pertenece a otro líder político español, nacionalista como Artur Mas, pero mucho más juicioso que él.
Y yo subrayo estas últimas palabras de Ortúzar (PNV). Igualmente hago mías las palabras de Pedro Sánchez, que tendrá que afrontar el problema si finalmente llega a la Moncloa, que imputa la parte de responsabilidad que le toca a Rajoy y a su Gobierno, por haberse mostrado tan escasamente avezados e inteligentes para evitar este enfrentamiento irracional… Pero el responsable de este desaguisado ha sido, y sigue siendo, el incompetente Artur Mas.


Fdo.  JOSU MONTALBAN