jueves, 12 de mayo de 2016

EL PODER DEL MIEDO (DEIA, 12 - 05 - 2016)


EL PODER DEL MIEDO

Desde que la gente sabe que volveremos a las urnas el 26 de Junio, porque las urnas del 20 de Diciembre depararon unos resultados que los líderes políticos y sus partidos no han sabido aprovechar, son muchas las personas que me interpelan para preguntarme: “¿y ahora qué?”. Y yo respondo como buenamente puedo, intentando poner nombre y apellidos a la incertidumbre. Quienes me preguntan ya tienen forjada en su cabeza una respuesta que normalmente no tiene otra base científica que lo que han ido sembrando los múltiples sondeos y encuestas que se han venido realizando desde el pasado 20D. Los sondeos auguran un futuro muy parecido al pasado. De poco les va a servir a los líderes los cuatro meses de deambulación dialéctica en que, en lugar de procurar un acuerdo más o menos válido, se han dedicado a hacer electoralismo haciendo propuestas en el Congreso de los Diputados cuya tramitación ha chocado frontalmente con el propio Reglamento de la Cámara.
Yo siempre les respondo que, aunque los resultados no vayan a depararnos cambios importantes, la lectura que se haga de ellos va a ser muy diferente, que los líderes no se van a enrolar en aventuras inciertas ni van a afrontar travesías arriesgadas que no lleven a un destino apetecible. Incluso, que habrá más de uno que caiga en la melancolía al ver los nuevos resultados si son parecidos a los del 20D, porque eso será señal inequívoca de que los electores no habrán tenido en cuenta las actitudes y desvelos de los cuatro meses de porfías entre los líderes. Se da la circunstancia de que los menos leídos e informados, es decir los que pasan las páginas de los periódicos a la carrera leyendo únicamente los titulares, o los que ven los telediarios a la vez que descabezan un sueño, también opinan y tienen hecho su cálculo. En resumen que el 26 de Junio todo será parecido, pero el PSOE quizás baje un poco, como Podemos (aunque fagocite a IU), mientras C´s tal vez suba un poco. ¿Y el PP?
He ahí la incógnita. Nadie puede entender que el PP pueda llegar a mantener su apoyo electoral teniendo en cuenta la proliferación de corruptelas, y corrupciones, aparecidas en sus filas en los últimos tiempos, que vienen a sumarse a otras muchas más que han ido apareciendo a lo largo de la legislatura. Por si fuera poco el ejercicio de gobierno durante los últimos cuatro años ha estado caracterizado por la toma de medidas drásticas en el orden económico y social, que han acrecentado la desigualdad y han puesto las tasas de pobreza en niveles insoportables. Pues bien la pasividad de Rajoy, que se ha desentendido de casi todo, que ha dejado las responsabilidades suyas en manos de otros, que se ha entregado a la desidia y a la molicie, va a ser premiada, por acción o por omisión, en un caso por los miedosos y en otro por esos filósofos modernos que siguen el “sabio” designio del dicho “virgencita, virgencita, que me quede como estoy”.
Nunca como en estas ocasiones resulta tan trascendental el poder del miedo, sobre todo cuando el empleo está en horas bajas, cuando son tantos los trabajadores precarios o los que llevan años y años percibiendo ayudas sociales y subsidios mientras sus oficios y conocimientos se aviejan y deterioran de tal modo que salen despedidos del mercado de trabajo para siempre. Apuntalándose en ese miedo que atenaza los razonamientos y hace cobardes a los valientes, el capital deambula, igualmente temeroso, en manos de unos capitalistas voraces que no están dispuestos a ponerlo al servicio de las personas, pero sí al servicio de la Economía. Este comportamiento tan irracional como incomprensible es el que hace que unos datos como los aparecidos en la víspera del Primero de Mayo, en que la Economía resiste mientras los números relativos al empleo caen peligrosamente, hayan sido valorados tan positivamente por Rajoy, De Guindos, Montoro e, incluso, Fátima Báñez.
José Luis Sampedro, el gran filósofo de los últimos años del franquismo y primeros de la Transición, recomendaba el estoicismo, que fue una doctrina diseñada por Zenón, que ayuda a soportar la austeridad que el sistema y los poderosos imponen. Tal como propugnaba Sampedro, “la austeridad es triste cuando te la imponen”. El PP ha gobernado durante los últimos cuatro años infligiendo un castigo demasiado riguroso a los más humildes, presentando la austeridad como imprescindible para todos, pero las grandes fortunas han aumentado sus beneficios, convirtiendo a los ricos en riquísimos, mientras las capas más humildes de la sociedad han sufrido con gran vehemencia los rigores de la crisis, en muchos casos siendo tachados de culpables y responsables de ella por “haber vivido por encima de sus posibilidades”.
Que han gastado en exceso. Que se han endeudado más de lo que podían soportar. Que han sido unos manirrotos en la gestión de sus economías familiares… Mientras se extendían estas letanías en las calles, las entidades financieras facilitaban créditos, necesarios o innecesarios, que no estaban dirigidos a hacer halagüeñas las vidas de los humildes, sino a enriquecer mediante arteras prácticas a los Bancos y a las entidades financieras. Empeñados en ejercer el más grosero capitalismo, y auxiliados por un Gobierno especulador a ultranza, como lo ha sido el del PP, los ricos se han alzado con la victoria a costa de todos los demás. Hoy en día los derechos humanos se han convertido en mercancías. Como tal se compran y se venden, se comercia con ellos. Como ha hecho el PP, la rebaja de las coberturas sociales ha convertido a algunos servicios incuestionables como el cuidado de niños y ancianos, la salud, la educación, las pensiones o las atenciones a los desempleados, en mercancías que se compran y se venden, sometidas a los vaivenes de la economía.
El capitalismo, del que el PP es el más firme baluarte, se ha adueñado del capital y le ha puesto al servicio de los capitalistas, que son ellos mismos. Lo malo es que la gran mayoría de sus votantes no son ricos sino miedosos. Es el poder del miedo, amparado por la propaganda engañosa de los más poderosos económicamente, el que hace que sean tantos los pobres resignados a vivir de las migajas que caen de las mesas de los ricos.
No hay ninguna otra razón que justifique el hecho de que pueda volver a ganar las Elecciones del 26 de Junio el PP.

Fdo.  JOSU  MONTALBAN