sábado, 11 de junio de 2016

¿SORPASSO? ¿Y LUEGO QUÉ? (LaInformacion.com, 11 - 06 - 2016)


¿SORPASSO? ¿Y LUEGO QUÉ?

Dicen muchos especialistas que estamos ante unas Elecciones trascendentales, que el 26J va a ser una fecha histórica. Lo mismo que dijeron cuando, hace seis meses, se celebraron las anteriores elecciones que resultaron un fracaso flagrante y colectivo, razón por la que nos vemos abocados a volver a las urnas a ver si, entre todos, encontramos una solución para el desaguisado en que vivimos.
Trascendentales no digo que no sean, pero sobre todo presentan todos los ingredientes para que esperemos a los resultados con buenas dosis de ansiedad, a pesar de que sean bastantes las cosas que se van a repetir en relación a la convocatoria anterior. De momento conviene subrayar que el PP, que ha gobernado durante la última Legislatura, va a obtener el mayor número de votos a pesar de haber gobernado de modo tan sectario, y de haber sido el blanco de los dardos envenenados de todos los líderes políticos. A pesar también de que tras el 20D Rajoy se llamara andana y renunciara a formar un Gobierno que parecía imposible de configurar. Las encuestas se muestran contundentes mostrando al PP en el cajón más alto del pódium. ¿Por qué ocurre esto? Esto no se atreven a interpretarlo los comentaristas, que prefieren entretenerse en interpretaciones mucho más nimias en torno al comportamiento de los votantes con la nueva opción “Unidos Podemos”, o a la gran disyuntiva en torno a quién ocupará el segundo puesto. Es la primera vez que en unas Elecciones Generales provoca una mayor expectación quién ocupe el segundo lugar que quién ocupe el primero.
En resumen, que si el PSOE es segundo en escaños, todo dependerá de la soberbia que embargue a Pablo Iglesias, mientras que si es segundo “Unidos Podemos”, todo dependerá de que el PSOE opte por un rearme partidista o por ejercer la responsabilidad inherente a un partido tan apegado al Gobierno que ha ocupado y ejercido durante el 65% del tiempo de nuestra Democracia posfranquista. Las operaciones tácticas que han acabado uniendo a Podemos e IU, al mismo tiempo que Iglesias se ha proclamado “socialdemócrata”, -es decir, como Felipe González-, a la vez que Alberto Garzón se ha definido como izquierdista inequívoco en contraposición a las palabras de Iglesias que negó la existencia de izquierdas y derechas, y al mismo tiempo que “Unidos Podemos” ha convertido su programa electoral en un catálogo de muebles perteneciente a una multinacional que explota a los trabajadores que confeccionan mesitas de noche y aparadores: esas operaciones tácticas no tienen otro objetivo que llegar a ese segundo lugar clasificatorio para poner al PSOE entre la espada y la pared, más o menos en el mismo lugar que estuvieron ellos tras los resultados del 20D… Y bien, si Podemos resolvió la situación practicando un contubernio cuyo objetivo no era otro que destruir al PSOE, ¿cabe pedirle al PSOE esfuerzos que Poddemos no quiso hacer tras el 20D?
La irresponsabilidad de Podemos, ahora remediada parcialmente mediante el apósito facilitado por la IU de Garzón (que no es la de Llamazares, ni la de Cayo Lara), no debe ser premiada ni con votos que pudieran responder a esperanzas aún infundadas, ni con ningún otro tipo de reconocimiento. Lo más contradictorio de cuanto está aconteciendo es que las encuestas no hagan pagar los platos rotos ni a la desidia de Rajoy ni a la soberbia de Pablo Iglesias (Turrión, que no Posse). De modo que se avecinan tiempos extraños, nada convencionales, en los que una vez más el socialismo se erige en árbitro y juez de una contienda absolutamente artificial que han puesto sobre la mesa esas fuerzas emergentes, -sobre todo Podemos-, pero que siendo surgidas del mismo magma que las no emergentes no ofrecen nada nuevo, nada que no está ya inventado.
La Transición no la hicieron los actuales “emergentes”, y esa “segunda transición” de la que hablan con la boca pequeña, es tan innecesaria como el populismo que rodea a tantas de sus propuestas. Si el PSOE está siendo arrinconado, a pesar de su legendaria y honrosa Historia, es porque los “emergentes” son incapaces, por inanidad o por cobardía, de apoyar a una izquierda potente, civilizada y constructora de sana convivencia, que en España, de momento, solo pasa por un Gobierno amplio alrededor del PSOE. Un Gobierno que reforme cuanto sea necesario a partir de consensos intensos y estables.


Fdo.  JOSU  MONTALBAN