jueves, 10 de noviembre de 2016

ESPERCULACIONES ELECTORALES DE UN SOCIALISTA DESCONCERTADO (LaInformacion, 19 - 10 - 2016 )



ESPECULACIONES ELECTORALES DE UN SOCIALISTA DESCONCERTADO
Empiezo por la segunda parte del título: ¿por qué me encuentro desconcertado? No solamente porque me encuentre “confuso”, sino también porque me siento “corrido” (avergonzado) y además “consternado” (entristecido). Son estas las tres acepciones que el Diccionario que tengo más a mano considera sinónimos de “desconcertado”.
 La furia con que se han venido expresando los socialistas para definirse en relación a la crisis que afecta al PSOE es tan inexplicable como antisocialista, además de inhumana. Nadie ha buscado, ni encontrado, responsables sino que ha buscado culpables. No siempre los responsables tienen que ser culpables, mucho menos cuando las responsabilidades y las culpas se buscan en el seno de un grupo humano al que los individuos se afilian voluntariamente tras aceptar una serie de reglas y normas que deben ser cumplidas con el máximo rigor. De modo que todo lo que es reglamentario es aceptable, aunque algunas veces deban ser tenidas en cuenta la transigencia y la benevolencia a la hora de interpretar los reglamentos.
Tras las Segundas Elecciones Generales en algo más de medio año, el mapa electoral apenas ha cambiado desde las Primeras, aunque sí hayan cambiado las circunstancias que han venido acompañando a la crisis del PSOE. Cualquier socialista que sepa un poco de aritmética sabe que son imprescindibles 176 escaños para acceder al Gobierno de España, por eso debe saber que la “incompatibilidad de caracteres” (y demás) que afecta a los líderes de Podemos y C’s, sumada a la imposibilidad de acordar nada provechoso con los independentistas que no quieren ser españoles y aborrecen a España, imposibilita los 176 pertinentes. De modo que las posibilidades de alcanzar el Gobierno son nulas. Así que al socialismo le queda dar testimonio de que se opone al partido más votado (PP) diciendo que “no”, sin más, o dar testimonio de lo mismo pero anunciando que el Parlamento español, como Cámara de debate y discusión, se convierte en un “gobierno” democrático que, con todos los medios a su alcance, va a domeñar al Gobierno minoritario y le va a obligar a enmendar y cambiar todo aquello que ha venido estropeando durante los últimos cinco años.
Sin embargo, los socialistas cruzan espadas en sus reuniones y profieren amenazas impropias de “compañeros”. Importa poco saber lo que les puede deparar el futuro, ellos están en una lucha sin cuartel en la que brillan más los más intransigentes. Unas Terceras Elecciones pueden premiar o castigar a las cuatro fuerzas dominantes. Quizás el juicio “Gurtel” pase factura al PP, aunque no se la ha pasado hasta ahora. Tal vez la crisis interna que padece convierta en víctima al PSOE. Puede ser que Podemos se vea cercenado como consecuencia del miedo que provoca, o de las discusiones bizantinas y nada discretas en que andan metidos Pablo Iglesias y Errejón. Y casi seguro que C’s volverá a descender en votos porque la flaccidez que muestra cuando negocia no le confieren la debida credibilidad. Se trata de especular, que es lo mismo que jugarse la fortuna a cara o cruz. Por eso, queridos amigos y apreciados “compañeros”, me siento desconcertado. Mi desconcierto viene motivado, sobre todo, por la escasa solvencia mostrada por las elites socialistas, incapaces de conducir al “rebaño” por las veredas adecuadas, lo que les lleva a hacer propuestas tan peregrinas como preguntar “uno por uno” a todos los integrantes de la manada (afiliados) para decidir sobre algo para lo que fueron elegidos ellos. Yo estoy convencido de que para hacer consultas cada vez que el rebaño se encuentra en una bifurcación o una encrucijada de caminos basta con un mero administrador que interprete y desarrolle los estatutos, que no es necesario un líder.
Lo dicho, el PSOE está en una importante crisis, pero los socialistas tenemos el deber y la obligación de no convertir la crisis en una catástrofe. No solo porque nuestra voluntad nos lo dicte, ni porque nuestros ideales nos inciten a seguir siendo útiles a la sociedad, ni siquiera porque nos lo impongamos como grupo humano comprometido con los valores humanos de la justicia y la igualdad que deben definir toda convivencia, sino porque los españoles y la humanidad nos necesitan frente a la derecha ramplona del PP que se frota las manos y muestra sus colmillos. El socialismo no debe construirse mediante especulaciones extrañas. La lucha no pasa por la obstinación, aunque sí por la constancia y la lealtad a nuestros principios y nuestra Historia.

FDO.  JOSU  MONTALBAN